El documento habla sobre la prevención de la violencia en las escuelas. Argumenta que cursos solidarios y amistosos permiten que los profesores enseñen mejor y que los estudiantes se desarrollen personalmente. También menciona que la agresividad se aprende a través del modelaje y que la tarea humana es canalizar nuestros impulsos de manera más sofisticada. Finalmente, propone diseñar escuelas que enseñen una forma democrática y no violenta de resolver conflictos.