Las constituciones imperiales eran actos mediante los cuales los emperadores creaban normas jurídicas a través de edictos, epístolas, decretos, rescriptos y mandatos. Los edictos se dirigían a toda o parte de la población y derivaban del derecho de ordenar del emperador. Los decretos decidían controversias judiciales referidas al emperador. Los rescriptos respondían cuestiones de derecho sometidas al emperador. Los mandatos impartían instrucciones a la administración periférica.