La educación popular en América Latina surgió en los años 1960 como respuesta a la imposición de un nuevo modelo económico que generó desigualdad y exclusión social. Promueve una educación comprometida con los sectores populares, que los ayude a organizarse y transformar su realidad opresiva. No se limita a centros educativos oficiales, sino que implica un estilo que desarrolla la identidad y participación comunitaria con el objetivo de promover el cambio social.