La arquitectura manierista se caracteriza por edificios con composiciones menos claras y solemnidad que el clasicismo. Algunos ejemplos notables son la Villa Caprarola con su patio circular y decoración espacial perfecta, la Villa Dulia de Roma con su fachada que juega con luces y sombras, y la Basílica de Vicenza con su uso de columnas a diferentes escalas. En escultura, destacan obras como el Perseo de Cellini que representa el triunfo de los Médicis, y el Mercurio de Juan de Bolonia con su