1. Tecnologías de la Información Aplicadas a la Educación
Multimedios
Televisión
McLuhan dijo en 1960 “...Hoy en nuestras ciudades la mayor parte de la enseñanza
tienen lugar fuera de la escuela...”, sin embargo, aún pasados 40 años de este comentario y
aunque los medios masivos de comunicación caracterizan nuestra cultura actual, su
incorporación en la educación escolarizadas es de lento proceso. La pregunta es entonces:
¿Por qué los docentes usan tan poco la televisión y el video en las aulas?
Las respuestas surgen desde el punto de vista de analizar la tarea de los docentes como
individuos o desde perspectivas institucionales y políticas.
Si pensamos en los docentes podríamos decir que porque no saben para qué sirven o
porque les requiere un esfuerzo mayor para realizar su tarea. Si pensamos desde el punto de
vista de la institución, porque no hay remuneración económica que cubra el tiempo extra
necesario para capacitación e implementación, o porque no hay equipos y materiales
suficientes.
La realidad es que no se han cumplido las expectativas puestas en estos medios,
algunas razones que plante el ILCE en 1979 son las siguientes:
a) Falta de capacitación de los docentes en cuestión del conocimiento de su
aprovechamiento.
b) Falta de sistemas de mantenimiento del equipamiento.
c) Una vez acabados los pocos materiales producidos, ya no se supo qué utilizar.
d) Escasa o nula difusión de una justificación teórica que sustente su utilización.
Hoy algunas de estas cuestiones han sido superadas, como las que tienen que ver con el
mantenimiento, disponibilidad de equipamiento (tanto la TV como las reproductoras son casi
elementos de uso corriente), y materiales para proyección. Sin embargo no es tan así en el
caso de la capacitación y de la justificación para la utilización de materiales en video. Si bien
está instalada la discusión acerca del uso de estos medios, parece no haber llegado a las aulas,
ni a los docentes. Son determinantes las discusiones acerca de conceptos tales como:
“cultura”, “comunicación” y “televisión” para llegar a conclusiones medianamente sostenibles
en cuanto la comprensión de producciones para televisión educativa.
Podríamos decir que la evolución de la televisión educativa en el país pasó por tres
etapas: Una primera en que la escuela intentó reproducirse a través de la televisión, una
segunda en la que los propios desarrollos de la televisión incidieron en las propuestas
educativas programas para la TV, y una última (la actual) en la que se comprende que tanto la
televisión como la escuela son instituciones culturales con discursos, retóricas, lenguajes y
contenidos propios para a la vez espacio culturales que se entrecruzan en la vida cotidiana, en
particular en la de los alumnos.
PRIMERA ETAPA: LAS INSTITUCIONES INTENTAN REPRODUCIRSE.
Orígenes de la TVE. En los comienzos de las transmisiones televisivas se pensaba a
los canales culturales como portadores de temáticas “cultas” y contenidos del currículo escolar.
El ámbito educativo criticaba a la televisión comercial acerca de problemáticas que aún hoy
están pendientes y que terminan por ser el nudo de la discusión: la concepción de cultura que
se sustenta y cómo se proyecta el uso de los medios de comunicación en el ámbito de la
educación. Algunas de estas críticas son: “mal uso o excesos en el uso del lenguaje, temas
2. subalternos y sin valores culturales”, es como si estuviese instalada una discusión entre cultura
e incultura; o los gustos de una elite frente a los de las masas, considerando los productos para
una audiencia masiva como “degradación cultural”. Si bien actualmente esta discusión se
encuentra bastante superada, pues la cultura popular se ha incorporado al medio televisivo (tal
vez en demasía) como un espacio en el que transmitir valores tanto como disvalores.
Así se produjeron programas en los que el docente daba clase frente a la “cámara en lugar de
frente a los alumnos”, es decir un “telemaestro” (Telescuela Técnica); como otros de circuito
cerrado, en particular para el caso de universidades con una parte de los contenidos llamados
“de enriquecimiento” por TV como complementos de los materiales escritos.
Si analizamos esta primera etapa vemos que se configuraron dos modelos: una televisión con
intención de “reemplazo” del docente llamadas teleclases y otra con intención de apoyo a la
tarea docente en la escuela donde el medio se utilizó para permitir el acceso a información
actualizada.
Los dos modelos suponían que el éxito estaría dado por:
1) La posibilidad de igualar el mensaje emitido con el recibido ignorando los “ruidos” de la
comunicación, este aspecto refiere a cuestiones que hacen a la comunicación.
2) La concepción de la imagen televisiva como una suerte de ventana, este a conceptos
referidos a la imagen en movimiento.
La comunicación era concebida sólo como transmisión de información, tratar que fuera
adecuada y asegurarse que el mensaje sería recibido y comprendido exactamente como se
emitió. No se reconocía que la comunicación implica además de lo explícito, la intencionalidad
con que ejerce, ni se abordaban los temas que tienen que ver con que la transmisión de la
información de una persona a otra implica procesos de construcción del significado.
En cuanto a la concepción de imagen como una ventana podemos pensar que hay dos
posiciones al respecto: una primera busque intencionadamente este efecto “mirar a través de
una ventana” y una segunda que supone que los audiovisuales no reproducen la realidad sino
que la reconfiguran en función del montaje.
SEGUNDA ETAPA: LA TV INFLUYE EN LOS PROYECTOS EDUCATIVOS TELEVISIVOS
Aún siendo la televisión educativa fuertemente criticada porque no había solucionado los
problemas esperados, se esperaba de ella que abriera el futuro a la educación. Se consideró
que había fracasado la forma de implementación pero no el recurso en sí. Por tanto surgieron
opiniones que sostenían que el fracaso se debió a que las informaciones que circulaban por TVE
no coincidían con las necesidades de la población. El tema redundaba en cómo era posible que
si la TV comercial captaba tantos grupos de personas, no lo hiciera la TVE.
Con la creación del CENTE (Centro Nacional de Televisión Educativa) se inicia en
Argentina la ejecución del Proyecto Multinacional de Televisión y Tecnología Educativa
impulsado por OEA. Se planteaba la necesidad de realizar cambios en las estructuras clásicas y
utilizar técnicas modernas de enseñanza, que incluían el uso de medios audiovisuales. Pero aún
así, se concebía que el recurso fundamental era la metodología, así el CENTE asumió
capacitación y producción.
Uno de los proyectos que llevó a cabo fue el denominado “Módulos de apoyo para la
labor docente”, destinado a mejorar cualitativamente los procesos de enseñanza y aprendizaje.
El material didáctico estuvo organizado en módulos cada uno formado por un material impreso
y emisiones televisivas de 15 minutos de duración. Cada una de estas emisiones respondía a
distintos momentos: incentivación, desarrollo, fijación y síntesis, utilizaba distintos tipos de
recursos. Los docentes debían ajustar sus planificaciones a la propuesta del sistema,
incluyendo los horarios de clases.
La evaluación de resultados de este proyecto arribó a las siguientes conclusiones:
3. - Dificultad de implementar un mismo proyecto en todos los grupos escolares.
- Defasajes entre ritmo de aprendizaje y de a programación.
- Críticas en cuanto a la realización de los programas.
- Aún cuando los docentes sentían que las actividades eran atractivas y novedosas
argumentaban que había aumentado su tarea docente.
- Estimulante para zonas desfavorecidas.
- Enriquecimiento de la labor docente, en cuanto a una revisión de los contenidos y
metodologías que enseñaban.
Como ventaja vemos que la TVE permitió mostrar documentación, observar
experimentos científicos y lugares lejanos, generando además una capacitación del maestro.
Como desventajas las que tienen que ver con la recepción de os programas en las escuelas. De
este análisis podemos dar por incompleto el argumento de que hasta ahora la TVE sólo había
sido mal implementada, sino reconocer que el mismo método televisivo generaba posibilidades
como límites a la educación escolarizada.
Una postura es que las propuestas televisivas educativas respetaran el lenguaje del
medio, evitando el método de las cabezas parlantes. En esta línea surge plaza Sésamo,
algunos dicen que en este caso en particular pudo desarrollarse esa forma de trabajo, porque
es un producto pensado para niños de preprimario. Aún siendo así, es bueno como reconocer
su éxito, y saber que según la franja etaria de trabajo, es la forma de generar el producto.
Además cuenta con la ventaja de que al no ser un producto pensado por el sistema educativo,
sino por el comercial, tiene un cuidado especial en captar y “cautivar” la audiencia. Varias
discusiones surgen a partir de este programa en cuanto a los aprendizajes obtenidos, los
resultados, como era de esperar, dependen de tantas situaciones externas al medio en sí, que
es casi imposible generar un juicio universal.
Otra crítica a este producto tiene que ver con la ideologización de la audiencia, que en
realidad surge de la crítica a la ideologización de los medios masivos.
Otras producciones exitosas fueron las que tuvieron que ver con propuestas de
educación no formal, en cuanto a la apertura de espacios participativos a los grupos de
personas pensadas como receptores.
Si analizamos toda esta época, podemos señalar que en esta etapa convivieron diversas
posiciones. Hablemos de las dos que tienden a oponerse, sabiendo que hay muchas posturas
intermedias. Por un lado los estudios sobre lenguaje televisivo y los efectos de la televisión en
la gente. Por otro, la denuncia ideológica sobre los contenidos de los medios y las propuestas
para desarrollar una comunicación participativa en oposición a la unidireccionalidad de la TV.
TERCERA ETAPA: LA TV Y LA ESCUELA COMO MEDIADORAS DEL CONOCIMIENTO.
En la actualidad cuando pensamos en televisión educativa, ya no lo hacemos pensando
en emisiones por canales de aire, pues presenta dos problemas: la organización de la recepción
en cuanto a horarios y las dificultades en cuanto a que los ritmos de estudio y aprendizaje de
los alumnos no se puede restringir al cronograma de una programación televisiva. Por esto en
el ámbito escolar recurrimos más al video educativo, pues eliminamos todo tiempo de problema
en relación con tiempos de televización y señales. Se pueden adaptar cuestiones que tienen
que ver con flexibilidad de horarios, adecuación de ritmos de estudio y planificación y
corrección de problemáticas en la recepción.
En particular, en nuestro país, la producción de materiales educativos en video tiene la
concepción de segmentación del destinatario, en cuanto a franjas etarias, temáticas de interés,
hasta en algunos casos problemáticas regionales. En cuanto a los productos que siguen siendo
4. televisados, podemos citar a aquellos canales de cable que tienen especificidad educativa, como
EDUCABLE.
ATEI, es una señal educativa satelital, se convenia con distintos países de latinoamérica
y ellos tienen las antenas y los equipos receptores.
Una buena opción para la utilización de la televisión educativa, es como refuerzo de
propuestas de educación a distancia.
A principios de los ´80 comienza a estudiarse prioritariamente el contexto de los
procesos de comunicación, es decir la cultura y, en especial, la cultura popular y los medios de
comunicación como una parte de ella. Se paso época tras época desde ver a la televisión como
un reproductor –sin consideración del ruido o de la pérdida de señal- del mensaje, a las
corrientes teóricas que señalaban a los medios masivos como mecanismos de alineación de la
población e imperialismo cultural. Esto dejó sembrada la suspicacia sobre los medios y sobre la
escuela misma en cuanto a mecanismo de ideologización. En una tercera etapa los estudios
sobre la comunicación marcan el eje en la recepción. Se entiende que la misma es un proceso
cultura y una práctica social. Cambian las preguntas en lugar de preguntarse por la influencia,
se pregunta por cómo la gente usa los medios con fines distintos a los propuestos por lo
“emisores”. Podemos recién ahora, reconocer la importancia de lo cultural, sus procesos, su
heterogeneidad y la variedad de escenarios que se construyen.
La televisión y la escuela: este cambio de perspectiva es la que nos permite ver a la
televisión y a la escuela como instituciones culturales, que tienen discursos retóricas, lenguajes
y contenidos propios y a la vez espacios compartidos o superpuestos.
Los problemas principales que plantea la televisión a la educación escolarizada tienen
que ver con el reconocimiento de las formas de transmisión del conocimiento, por un lado, y
por el otro con los nuevos procesos de socialización existentes. Hoy por hoy la cultura de la
letra se encuentra en crisis que supone le provoca la cultura audiovisual. Se sostiene que gran
parte del saber pasa por las imágenes y no es solamente información, sino también los cambios
que se están produciendo en nuestras sociedades tienen que ver con nuevas condiciones del
saber, nuevas formas del sentir y de la sensibilidad, nuevos modos de juntarse y de
socializarse. En cuanto a los modos de pensamiento se sostiene que la televisión desarrolla
formas analógicas y fragmentadas, antes que lógicas y secuenciales.
Por último una de las más duras críticas es que hoy la escuela tiene el lugar del saber y
la televisión el del placer. Esto más allá de parecer una afirmación más que liviana, tiene gran
peso a la hora de pensar cómo generar interés en la escuela, aunque personalmente creo que
tiene gran parte de prejuicio.
Algunas propuestas tendrían que ver con pensar a las tecnologías no como
transmisoras de contenidos, sino como estrategias de conocimiento y objeto mismo de estudio.
Otra tendría que ver con desarrollar educación para los medios, pensar lo audiovisual como
forma de escritura y de lectura de la realidad.
Fuente: Tecnología Educativa. Política, historias, propuestas. Compilación Edith Litwin.
Capítulo 5: Un análisis comunicacional de la televisión en la escuela. Roig, Hebe. 1995. Paidós.
Cuestiones de Educación.