Para aprender y adquirir los conocimientos que se plantean en el colegio día a día es necesario que los niños adquieran el valor del esfuerzo y se comprometan. Algunos conocimientos académicos como la lectura, un segundo idioma, la lengua o las matemáticas requieren mucha práctica, que implica más tiempo y repetición.
2. » A medida que los niños con TDAH al igual que el
resto de los niños, se hacen mayores, van teniendo
cada día más responsabilidades. Los deberes
escolares son uno de los más grandes retos a los
que nos enfrentamos cada año. Con cada curso
escolar, el niño va dilatando su agenda de deberes
para hacer en casa, hasta tal punto que muchos
padres se preguntan por qué los niños no realizan
estas actividades en el colegio. Y por qué, después
de pasar tantas horas en un aula, tienen que traer,
además, deberes para casa.
3. » Para aprender y adquirir los conocimientos que se plantean en el
colegio día a día es necesario que los niños adquieran el valor del
esfuerzo y se comprometan. Algunos conocimientos académicos
como la lectura, un segundo idioma, la lengua o las matemáticas
requieren mucha práctica, que implica más tiempo y repetición. Y
es en este punto donde juegan un papel fundamental los deberes.
En la escuela, el niño aprende con los profesores, pero son los
deberes los que le ayudarán a convertirse en un aprendiz
independiente, a poner en práctica lo que le enseñaron en clase y
a interiorizar los conocimientos de manera individual.
» La hora de los deberes es, sin duda, uno de los momentos más
difíciles para la familia de un niño con TDAH. Muchos niños lloran,
gritan y ponen excusas para no tener que hacerlos. Los padres
están cada vez más implicados en esta tarea y, muchos se frustran,
cuando al intentar ayudarles, no todo sale como uno espera,
convirtiendo la hora de los deberes en una auténtica batalla diaria.
4. » A partir de Tercero de Primaria, es importante que niño sea
consciente de que debe dedicar diariamente un tiempo para hacer
los deberes. Cada colegio y cada profesor tienen un sistema, pero
suele ser habitual dedicar una o dos horas diarias a realizar esta
tarea.
» Los deberes deben entenderse como un compromiso que el niño
debe cumplir sin precisar de la orientación constante de otra
persona. A través de los deberes, los niños deben aprender a
administrar su tiempo y a organizarse, y deben servir de incentivo
para responsabilizarse de hacer su trabajo de una forma correcta y
precisa.
» Pero el caso de los alumnos con TDAH, esta tarea se presenta
ardua por lo que en principio, los padres deben planificar y
organizar el tiempo de estudio en función de las actividades y los
temas a estudiar para, con el paso del tiempo, ir dando
independencia al niño en la realización de las tareas escolares,
aunque se continúe con la supervisión de las mismas.
5. 1. Realizar los deberes en lugares inadecuados.
» El lugar escogido para realizar los deberes tiene
mucho que ver en la correcta realización de los
mismos. Debemos escoger, junto al niño, un lugar
que nos permita trabajar libre de distracciones
(televisión, juegos, muñecos, etc.), silencioso, con
una buena iluminación (preferiblemente natural),
con unas condiciones de temperatura adecuadas,
etc.
» En resumen, un lugar que favorezca la
concentración y que permita al niño estar a gusto
mientras realiza su trabajo.
6. 2. No dar descanso entre las tareas.
» La cantidad de tareas, la dilación temporal en
realizarlas, así como el cansancio tanto de padres
como hijos, hace que intentemos terminarlas de un
tirón, aspecto nada recomendable.
» No podemos olvidar que el esfuerzo que realizan
los niños con TDAH para mantener la
concentración, atención, etc. es mucho mayor que
en el resto de los niños, lo que hace que su umbral
de trabajo sea menor, por lo que será necesario
introducir pequeños descansos entre tareas para
conseguir mantener el nivel de esfuerzo durante
estas.
7. 3. Hacerle nosotros los deberes.
» El miedo ante los malos resultados o el daño en la
autoestima de los niños, hace que en ocasiones se
planteen (voluntaria o involuntariamente) ayudar
en exceso a sus hijos o incluso completarles los
deberes.
» Parte principal de los aprendizajes son las
equivocaciones, que nos permiten establecer que
hemos hecho mal y realizar la corrección oportuna,
tanto de manera externa (profesores) como interna
(auto-corrección), por lo que es necesario que los
niños cometan tanto aciertos como errores.
8. 4. Entender los deberes solo como nuevos
aprendizajes.
» Además de ser el refuerzo de los aprendizajes
llevados a cabo en la clase, los deberes son a su vez
otra manera de trabajar aspectos como la
responsabilidad, la organización y el aprendizaje
autónomo.
» Por ello no debemos resolverles todas las dudas,
sino que debemos ayudarles a que ellos mismos las
aclaren facilitándoles materiales, estrategias o
herramientas para este fin.
9. 5. Convertir los deberes en el momento reproche.
» Muchas veces el nivel de estrés y ansiedad que
provoca en tanto en los padres como en los niños el
tiempo dedicado hacer los deberes, desemboca en
una batalla de reproches, gritos, llantos, etc. que en
nada favorecen los aprendizajes.
» Si esto se convierte en una dinámica habitual, los
niños terminaran asociando los deberes y por ende,
los estudios, ha momentos desagradables. Esto
provocará a la larga un rechazo cada vez mayor, con
las implicaciones que esto supone.
10. 6. Olvidar nuestra presencia y apoyo.
» Nunca debemos confundir la autonomía con la
dejadez. Aunque les estemos dando cierto
grado de autonomía en la realización de sus
tareas escolares para que ganen en
responsabilidad y confianza, debemos estar
disponibles para ellos, mirándoles o
escuchándoles, en los momentos adecuados y
oportunos.
11. 7. Imponer un control absoluto.
» El hecho de controlar absolutamente todos los
aspectos que conciernen a los deberes (horario,
orden, organización, materiales a utilizar, tipo de
estrategia de estudio, etc.) y reducir al niño a un
mero ejecutor de las tareas, provoca una sensación
de que los deberes no van con él, es algo impuesto
desde fuera que debe realizar, sin ningún tipo de
relevancia en sí.
» Por ello es necesario que les hagamos sentirse
responsables de sus tareas y solo servirles de guía u
orientación cuando se sientan perdidos, abrumados
o soliciten nuestra ayuda.
12. 8. Abrumar al profesorado.
» Cada profesional tiene una manera de realizar su
trabajo dando mayor o menos importancia a los
deberes en función del objetivo que pretenda
desarrollar con los mismos (reforzar los
aprendizajes trabajar la responsabilidad y la
autonomía, etc.).
» Así pues se hace necesario potenciar el dialogo y la
colaboración con el profesorado de nuestros hijos,
teniendo en cuenta su disponibilidad y tiempo.
13. 9. Forzar que afronten las tareas escolares
agotados.
» Es bueno que todos los alumnos desarrollen sus
capacidades y favorezcan sus habilidades
sociales participando de actividades
extraescolares pero no debemos caer en la
premisa de `cuantas más mejor`.
» Debemos adecuarlas a la personalidad del niño,
permitiendo que tengan tardes de estudio y
juego solamente.
14. 10. Ser nosotros mismos desorganizados y poco
sistemáticos.
» Los niños son un fiel reflejo de sus padres y si
estos no son organizados o no tiene claras las
rutinas, no conseguirán que estas se
establezcan en los niños.
» Deben establecer rutinas y hábitos que faciliten
a los niños adquirir autodisciplina y autonomía,
estableciendo un equilibrio entre trabajo y ocio,
con unas reglas definidas (horas, lugares, etc.)
15. » Guía para docentes: TDAH en el aula -
Fundación CADAH
» GUIA PARA EL PROFESORADO: Entender y
atender al alumnado con déficit de atención e
hiperactividad (TDA-H) en las aulas. (2012.)
Departamento de Educación del Gobierno de
Navarra.
» www.guiainfantil.com