Las cuentas fiscales del sector público no financiero se debilitan, con altos déficits y una rápida acumulación de deuda. El déficit fiscal alcanzó los US$499 millones en septiembre de 2015, financiado principalmente por el aumento de la deuda de corto plazo. Los ingresos tributarios se recuperaron lentamente, pero no fueron suficientes para cubrir el gasto corriente creciente, impulsado por las remuneraciones. El gasto de capital siguió reduciéndose, lo que afecta negativamente