El documento describe la ira como un sentimiento violento y enfadado que surge de la frustración e imposibilidad de resolver algo. La ira puede ser causada por factores genéticos, biológicos o situacionales como fatiga, cambios hormonales o problemas. Se recomienda exteriorizar la ira de forma no violenta, como practicando deportes o música, para evitar que se convierta en enfermedad. La psicología cognitivo-conductual es útil para mejorar el manejo de la ira reconociendo los impulsos y desar

2. Sentimiento de enfado muy grande y
violento.
"una ira sorda lo consumía; tenía el
rostro congestionado, los ojos turbios
de ira, y adelantaba hacia mí su gran
dedo índice amenazador y tembloroso“
En general, la ira se encuentra
íntimamente ligada a la frustración,
dado que surge como
una combustión ante la imposibilidad de
resolver algo.
Algunos especialistas aseguran que la ira puede surgir por una
predisposición de tipo genética o biológica. Se sabe que la
fatiga, los cambios hormonales, los problemas sexuales,
la depresión o el hambre inciden en las reacciones que
manifiestan ira.
Localización en el cerebro El control de la
ira reside en los lóbulos frontales .
Genera incremento en la frecuencia
cardíaca, Aumento de la tensión arterial,
Altos niveles de testosterona, adrenalina
y noradrenalina. Tensión en la
musculatura, Descienden los niveles de
cortisol

3. La psicología recomienda
exteriorizar la ira de
alguna manera, para evitar
que ésta devenga en
enfermedad. Es
importante señalar que
existen diversas formas no
violentas de canalizar un
sentimiento negativo;
actividades tan sanas
como la práctica de algún
deporte o tan
enriquecedoras como el
estudio de música y la
ejecución de un
instrumento representan
algunas de las decisiones
más adecuadas
para convertir al ira en
algo positivo.
Dado que se trata de una cuestión
interna, la visión que cada persona
tiene de la ira es potencialmente
diferente, independientemente de
la definición oficial que le haya
dado la psicología.
Podemos
distinguir, a
grandes rasgos,
entre un tipo de
ira que persiste
a lo largo del
tiempo, que
aparece como
respuesta a un
suceso negativo
del pasado que
aún no haya
sido resuelto, y
otro pasajero,
puntual,
provocado por
un conflicto
bien definido y
que tenga lugar
en el presente.

4. Trastornos comunes Trastorno
Explosivo Intermitente (TEI).
Trastorno de Estrés Postraumático.
Depresión Mayor. Trastorno de
Personalidad Límite. Trastorno de
Personalidad Antisocial.
Enfermedades del Eje III
(hipertensión, enfermedad
coronaria)
Tratamiento Para mejorar el manejo de
la ira se emplea ampliamente la terapia
congnitivo-conductual, la cual a partir
del reconocimiento de los impulsos de
ira pretende: Crear un nivel de
conciencia sobre los impulsos.
Controlar los pensamientos negativos
relacionados. Gestionar el estrés
emocional derivado al episodio de ira.
Desarrollar estrategias para resolver
conflictos adecuadamente.
Influencia en el aprendizaje: La ira
dificulta la asimilación de
conocimientos, en muchas
ocasiones impidiendo totalmente el
proceso de aprendizaje. La ira desvía
la atención y paraliza la memoria
activa vital para aprender.
Los centros nerviosos y los
neurotransmisores que regulan
las emociones y la motivación
están involucrados en el
proceso de aprendizaje
también. Es necesario regular la
intensidad de la emoción (ira)
para evitar el bloqueo
inconsciente de la información.