El documento aborda la necesidad de adaptar la educación para alumnos con dificultades de aprendizaje en un contexto de escuela inclusiva, buscando interrogar y reconstruir experiencias y expectativas de los estudiantes. Propone tanto adaptaciones no significativas como significativas en los métodos de evaluación para que los alumnos puedan ser considerados en su totalidad, destacando la participación del estudiante en el proceso educativo. Además, plantea que las resistencias de los docentes hacia estas adaptaciones pueden ser el resultado de factores como el miedo, el prejuicio y la falta de conocimiento.