Un buen empaque de producto es importante para atraer la atención de los clientes en un mercado competitivo. El diseño del empaque incluye elementos gráficos como la marca y colores, e información sobre el producto, así como elementos estructurales como el tamaño, forma y facilidad de uso. Un buen empaque debe proteger el producto, informar sobre él, diferenciarlo de la competencia y provocar la compra.