Este documento discute el multiculturalismo y la globalización. Explica que la globalización no implica necesariamente renunciar a las diferencias culturales, sino aceptarlas en una unidad totalizadora. También analiza los problemas asociados con la identidad cultural planteados por el multiculturalismo, como la alteridad y el racismo. Finalmente, contrasta el discurso colonizador que desprestigiaba el arte de culturas no occidentales con el discurso descolonizador que buscaba reconocer cada cultura y derribar fronteras culturales.