La psicología cognitiva se opone al conductismo y analiza los procesos mentales como la percepción, la memoria y el aprendizaje. Se basa en influencias de la teoría de comunicaciones, la cibernética y la psicolingüística. Considera a la mente como un procesador de información y estudia sus estructuras y procesos mediante métodos como la introspección y modelos computacionales. También recibe críticas por falta de validez ecológica y por descuidar factores sociales y semánticos.