La autora reflexiona sobre sus prácticas pedagógicas en el colegio mixto Antonio Nariño, donde se dio cuenta que los niños de 3 a 5 años son vulnerables y necesitan profesoras lúdicas que sepan valorarlos y darles amor. Aunque tuvo dificultades cantando con los niños cuando se lo pedían, en general la experiencia le sirvió para contar y darse cuenta de lo lindo que es apoyar a los niños.