La relación entre docentes y estudiantes no se basa en la simpatía mutua sino en sus roles. Es una relación bidireccional entre personas de diferentes edades y madurez. El profesor debe responder con paciencia y exigencia, mientras que los estudiantes aportan su propio marco de referencia incluyendo necesidades e influencias. Corresponde al profesor generar un clima adecuado en el aula y fomentar situaciones de crecimiento.