Realitat o fake news? – Què causa el canvi climàtic? - Modificacions dels pat...
Capitulo 6 - Tejido Muscular
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CAPÍTULO 7
TEJIDO MUSCULAR
El tejido muscular es un tejido altamente diferenciado y responsable de los movimien-
tos corporales y de la locomoción. Las contracciones de los músculos esqueléticos
representan la principal fuente para la producción de calor y contribuyen a conservar
la homeostasis de la temperatura corporal. Su excitabilidad le permite responder a un
impulso nervioso mediante su característica especial que es la contractilidad mediante
la cual sus fibras musculares se acortan para cumplir su función; luego de la
contracción el músculo recobra su forma original mediante su tercera cualidad que es
la relajación, a la espera de volver a ser estimuladas. El cuerpo tiene alrededor de 600
músculos que funcionan en pares (agonistas y antagonistas) de manera que cada
movimiento utiliza un par de músculos. Sus células alargadas se llaman fibras
musculares o miocitos y pueden presentarse aisladas o como fascículos acompa-
ñados por tejido conectivo que las mantiene unidas y les proporciona el sostén
necesario para la contracción muscular, además de los nervios y los vasos sanguíneos.
Los miocitos son células tan especializadas que algunos de sus componentes reciben
nombres especiales:
-Citoplasma: sarcoplasma
-Retículo endoplásmico liso: retículo sarcoplásmico
-Mitocondrias: sarcosomas
-Membrana plasmática+membrana basal: sarcolema
En el sarcoplasma del tejido muscular esquelético y cardíaco hay elementos contrác-
tiles longitudinales y paralelos llamados miofibrillas. Cada miofibrilla es un haz de mio-
filamentos de actina y miosina. El tono muscular es el estado de semicontracción que
se logra de diferentes maneras en el músculo estriado y el liso.
VARIEDADES DE TEJIDO MUSCULAR
-Tejido muscular estriado esquelético: tejido asociado al esqueleto y tendones. Es de
contracción voluntaria y el responsable del movimiento locomotor.
-Tejido muscular estriado cardíaco: se encuentra en el corazón y en las paredes de los
vasos adyacentes al corazón. Su contracción es involuntaria.
-Tejido muscular liso: se encuentra en las paredes de las vísceras huecas, formando
pequeños grupos celulares en el iris, el músculo piloerector en la piel y otros. Es de
contracción involuntaria.
TEJIDO MUSCULAR ESQUELÉTICO
Es la variedad de tejido muscular más abundante en los vertebrados y que constituye
la musculatura somática. Se inserta en los huesos por medio de los tendones para
permitir el movimiento y está inervado por axones procedentes de neuronas motoras
de la médula espinal y del tronco encefálico
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Forma parte de los órganos llamados músculos, cuya contracción mueve alguna parte
del cuerpo. Se le llama voluntario porque se contrae a voluntad del sujeto y estriado
porque su fibras presentan estriaciones transversales claras y oscuras alternadas.
Las fibras del músculo estriado esquelético varían en diámetro, en contenido sarco-
plásmico, de mitocondrias, depósitos de glucógeno y de mioglobina, por lo que se
clasifican como fibras rojas, fibras blancas e intermedias. Estas propiedades no son
fijas, ya que bajo ciertas condiciones fisiológicas una fibra muscular rápida puede
cambiar a lenta y viceversa, debido al entrenamiento y a los cambios de inervación de
un músculo postural o locomotor.
TIPOS DE FIBRAS MUSCULARES ESQUELÉTICAS
Fibras rojas (lentas). Son fibras
pequeñas y ricas en mioglobina.
Tienen gran cantidad de mito-
condrias y de enzimas oxidativas
lo que les hace muy resistentes a
la fatiga. Poseen actividad cons-
tante y se contraen con lentitud.
Son fácilmente estimuladas. La
producción de energía se realiza
por glucólisis aerobia que genera
gran cantidad de ATP. Estas fibras
se encuentran más adaptadas para
las pruebas de resistencia, que re-
quieren contracciones repetidas en
un período prolongado de tiempo.
Ej: carreras de fondo, remo, fút-
bol, ciclismo, etc. Estas fibras requieren de una red de capilares que facilitan la provi-
sión de oxígeno, glucosa y ácidos grasos a las fibras. Tienen mayor depósito de grasa,
la cual pueden utilizar durante el ejercicio. La energía de la contracción proporciona el
ATP, pero el músculo fabrica ATP a partir de la creatinina y la glucosa. La creatinina
está almacenada en el músculo en forma de fosfato de creatinina y no requiere oxíge-
no para su utilización, la cual combinada con ADP (adenosin-difosfato) forma ATP.
Fibras blancas (rápidas). Son las fibras que se requieren en las contracciones mus-
culares breves y potentes, como en saltos, levantamiento de pesas, carreras cortas y
de velocidad, movimientos rápidos en tenis, fútbol u otros deportes. Estas fibras
requieren niveles altos de ATP, sustancia responsable de liberar energía durante el
deslizamiento de los filamentos de actina sobre la miosina. Son fibras más gruesas que
carecen de mioglobina y su función depende de la glucólisis anaerobia y gastan gran
cantidad de glucosa para obtener ATP. Están inervadas por neuronas de mayor
tamaño que proveen mayor velocidad de contracción. Se contraen rápidamente y se
fatigan rápidamente. Se usan para obtener cantidades extra de esfuerzo en situacio-
nes críticas. En condiciones anaeróbicas la glucosa, para ser utilizada, se transforma
en ácido láctico.
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Fibras intermedias. Son fibras que presentan cualidades intermedias entre las fibras
rojas y blancas. Todos los músculos están formados por fibras rojas y blancas pero se
llama músculo rojo aquel en el que predominan las fibras rojas sobre las blancas y
músculo blanco a aquel donde predominan las fibras blancas.
ESTRUCTURA DE LA CÉLULA MUSCULAR ESTRIADA ESQUELÉTICA
La unidad histológica del músculo
esquelético es la fibra muscular.
Son células largas, cilíndricas y
multinucleadas con extremos del-
gados, además de tener varios
centímetros de longitud, hasta 35
cm y hasta 0,1 mm de diámetro.
Sus numerosos núcleos ovoides se
ubican en posición periférica, muy
cerca de la membrana plasmática.
Alrededor de cada núcleo hay una
zona de citoplasma donde está el
complejo de Golgi, algo de RER,
ribosomas libres y glucógeno. El
resto del citoplasma está ocupado
por las miofibrillas que forman
haces paralelos longitudinales com-
puestos por miofilamentos gruesos y delgados. Las estriaciones transversales, que se
tiñen de color claro y oscuro en forma alterna, son el resultado de la alineación de los
sarcómeros en las miofibrillas.
Las miofibrillas están constituidas por miofilamentos gruesos de miosina y miofila-
mentos delgados de actina. La base fundamental de los miofilamentos son sus proteí-
nas miosina y actina que representan el 70% del total de las proteínas del músculo.
El 30% restante está constituido por proteínas solubles, como algunas enzimas y la
mioglobina, proteína encargada de transportar oxígeno. Otras proteínas involucradas
en la contracción muscular son: la tropomiosina, la troponina y la alfa-actinina, entre
otras.
La característica propia de las fibras
musculares esqueléticas es la pre-
sencia de estrías transversales. Bajo luz
polarizada se identifican bandas
oscuras A (= anisotrópicas) que
alternan con las bandas claras I (=
isotrópicas). A su vez, las bandas A
tienen una zona central, la banda H; en
el centro de esta banda existe una línea
M.
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En las bandas H sólo hay miofilamentos gruesos de miosina (14 a 15 nm de diámetro).
La banda I sólo muestra miofilamentos delgados de actina (6 a 8 nm de diámetro).
Cada banda I posee una línea central llamada línea Z. Al nivel de la línea Z se
insertan los miofilamentos delgados en forma de una línea en zigzag. La proteína de la
línea Z es la alfa-actinina. La de la línea M donde se insertan los miofilamentos
gruesos es la proteína miomesina. El segmento comprendido entre dos líneas Z se lo
denomina sarcómero y esta secuencia se repite miles de veces a lo largo de la fibra
muscular.
En cortes transversales observados al microscopio electrónico, es posible notar que en
la banda A cada miofilamento de miosina se encuentra rodeado de seis miofilamentos
de actina. Además la miosina envía prolongaciones que se disponen radialmente hacia
los miofilamentos de actina.
El sarcómero es la unidad
estructural de las fibras
musculares estriadas, que
en estado relajado miden
2,4 µm de longitud. La mi-
crofotografía electrónica de
transmisión adjunta, mues-
tra la alternancia de las ban-
das A e I.
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En el citoplasma de las
fibras musculares esque-
léticas hay abundante
REliso asociado a in-
vaginaciones periódicas
de la membrana plas-
mática.
1) El retículo sarco-
plásmico está represen-
tado por un sistema
longitudinal de canalí-
culos y de sáculos o
cisternas con almacena-
miento de calcio rodean-
do las miofibrillas.
2) El tubo T está formado por túbulos transversales o invaginaciones de la membra-
na plasmática que rodean a cada miofibrilla a nivel de la unión las bandas A e I. En
este lugar hay dos cisternas terminales y un túbulo T, que en conjunto constituyen
una tríada. El calcio acumulado en las cisternas de REL es liberado durante la
contracción muscular. La señal para liberarlo es un impulso nervioso proveniente de
una neurona motora.
UNIÓN NEUROMUSCULAR Y CONTRACCIÓN MUSCULAR
La unión del telodendron de una neurona mo-
tora con varias fibras musculares esqueléticas
constituyen una unidad motora. Esta unión
neuromuscular es una sinapsis que adopta la
forma de una placa motora.
Antes de establecer sinapsis, el axón despro-
visto de mielina se ramifica originando múlti-
ples terminaciones axónicas. Cada termina-
ción axónica ocupa una depresión de la su-
perficie celular revestida por sarcolema
llamada aparato subneural. Esta depresión
presenta una serie de invaginaciones de la
membrana plasmática. La fuerza de con-
tracción de un músculo esquelético depende
del número de unidades motoras del mismo.
Durante la contracción muscular los miofila-
mentos delgados se deslizan sobre los miofi-
lamentos gruesos. Los miofilamentos de acti-
na penetran en la banda H con lo que la banda H e I disminuyen su grosor.
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El impulso nervioso que llega al telodendron libera el neurotransmisor acetilcolina. La
ACh liberada a la hendidura sináptica se fija sobre receptores en el sarcolema de la
fibra muscular y genera un potencial de acción en la fibra muscular. Este cambio se
transmite por toda la superficie celular e ingresa al retículo sarcoplásmico a través de
los túbulos T como una
“onda de despolarización”
que provoca la liberación
del calcio al citoplasma. El
Ca++ se une con la tropo-
nina ubicada sobre el fila-
mento de actina, dejando
libres los sitios activos de la
tropomiosina para unirse a
la cabeza de la miosina. Las
cabezas de miosina se
adhieren al filamento de
actina mediante puentes
cruzados. Ambos filamen-
tos se deslizan uno a lo
largo del otro, repitiéndose
esta acción hasta que ocu-
rre la contracción del sarcó-
mero y del músculo en ge-
neral. La fuente de energía
para la contracción provie-
ne de las moléculas de ATP.
Así, los miofilamentos finos de actina se desplazan sobre los miofilamentos gruesos de
miosina. Una vez acabada la contracción, el calcio vuelve al retículo sarcoplásmico y se
produce la relajación muscular.
Cuando se agota el calcio, finaliza la contracción muscular. El calcio es bombeado
desde el sarcoplasma hacia el retículo sarcoplásmico, donde se almacena. La troponina
y la tropomiosina se desacoplan, se interrumpe la utilización del ATP, los miofila-
mentos de miosina y actina regresan a su estado original de reposo y la fibra muscular
se relaja.
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En el esquema adjunto se representa un
sarcómero relajado y otro otro contraído.
En el sarcómero contraído prácticamente
desaparece la banda H y las bandas I se
acortan, debido a la introducción de los
miofilamentos delgados al interior de la banda
A.
ENVOLTURAS DEL TEJIDO MUSCULAR ESQUELÉTICO
Las fibras musculares esqueléticas se aso-
cian unas a otras formando fascículos
musculares. Alrededor de cada fibra, los
fascículos y el todo el músculo hay tejido
conectivo. En los músculos como el bíceps o
el triceps una envoltura externa de tejido
conectivo laxo los rodea completamente,
envoltura denominada epimisio (o aponeu-
rosis). Sin embargo en órganos que poseen
musculatura esquelética en su pared, como
la lengua o el esófago, no hay epimisio. El tejido conectivo laxo que rodea a cada fibra
se llama endomisio y la envoltura de tejido conectivo denso que envuelve a cada
fascículo muscular es el perimisio. La finalidad del tejido conectivo es mantener uni-
das las fibras musculares para que ejerzan su función. Este tejido tiene casi tantos
capilares como fibras musculares y fibras nerviosas responsables de la inervación mo-
tora y sensitiva. Aquellas fibras musculares que se unen al hueso lo hacen mediante
los tendones, donde las fibras colágenas se unen a la membrana basal de cada
fibrocélula haciendo una sólida unión músculotendínea. Acompañando a las fibras
musculares esqueléticas hay un pequeño número de células mesenquimáticas alarga-
das y aplanadas, las células miosatélites, con capacidad de proliferar y diferenciarse
hacia nuevas fibras musculares. Cada una de estas células está contenida dentro del
endomisio.
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ORGANO TENDINOSO DE GOLGI
Estos receptores encapsulados, también deno-
minados órganos neurotendinosos, están presen-
tes en las uniones de los músculos con sus ten-
dones (unión neurotendínea) y también en las
aponeurosis. Se trata de estructuras sensoriales
cuyo tamaño es de 1 a 3 mm de longitud que
reaccionan frente al estiramiento del tendón.
HUSO NEUROMUSCULAR
Son órganos sensoriales incluidos en el endo-
misio y que captan la distensión de los músculos
esqueléticos regulando el tono muscular. Los
reflejos sencillos en que participan tales receptores producen la contracción del
músculo o fibras extrafusales.
El huso muscular es fusiforme, lo envuelve una cápsula de tejido conectivo que
encierra linfa. Cada huso contiene de 2 a 10 fibras y miden entre 3 a 5 mm de longitud
y unos 0.2 mm de diámetro.
Los husos neuromusculares son numerosos en aquellos músculos que participan
movimientos finos. Cada uno muscular contiene de 2 a 12 fibras musculares especiales
denominadas fibras intrafusales para diferenciarlas de las fibras musculares extra-
fusales, situadas fuera del huso. Al interior del huso cada fibra está unida al tendón e
inervada por neuronas motoras de la médula espinal llamadas motoneuronas gamma y
por conectadas a neuronas sensitivas por fibras nerviosas sensitivas.
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TEJIDO MUSCULAR CARDÍACO O MIOCARDIO
El tejido muscular cardíaco consti-
tuye gran parte del corazón,
aunque también está presente de
manera mínima en las paredes de
las venas pulmonares y la vena
cava superior. Sus células presen-
tan estriaciones pero a diferencia
de las fibras esqueléticas, son invo-
luntarias. Están bajo un control
nervioso simpático, parasimpático y
endocrino.
Las células musculares cardíacas
son ramificadas y no se disponen
de manera paralela, ya que se
anastomosan y bifurcan formando
una red tridimensional compleja y resistente. Son células mononucleadas cuyo su
núcleo está situado en posición central. Tanto las fibrocélulas cardíacas auriculares
como ventriculares se insertan de modo separado en el llamado esqueleto cardíaco.
Un rasgo que las diferencia de la musculatura
esquelética es que presentan discos inter-
calares, mediante los cuales la célula mus-
cular cardiaca se une a células vecinas. Los
discos intercalares son complejos de unión
especializados que se presentan como una
escalera a lo largo de las miofibrillas.
En el miocardio se identifican miofilamentos
de actina y miosina que se agrupan en mio-
fibrillas que se disponen en forma de una red
acompañada de mitocondrias y retículo sar-
coplásmico. En el retículo sarcoplásmico hay
también un sistema de túbulos T que procede
de invaginaciones de la membrana plas-
mática y que se encuentran a nivel de la línea
Z. El retículo sarcoplásmico, formado por
túbulos interconectados longitudinalmente se
acoplan a los túbulos T mediante cisternas
terminales.
Sólo hay una cisterna terminal asociada al
tubo T. Hay por lo tanto, díadas y ausencia
de tríadas, lo que implica que la irrigación debe aportar calcio para la contracción.
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DISCOS INTERCALARES
Son uniones celulares espe-
cializadas que atraviesan las
fibras musculares de manera
escalonada y por ello tienen
porciones transversales y longi-
tudinales. Las porciones trans-
versales se sitúan al nivel de las
líneas Z, se encuentran trans-
versales a los miofilamentos y
su contorno es sinuoso; posee
uniones adherentes y desmoso-
mas. En las membranas plas-
máticas adyacentes hay un
material denso donde se anclan
los filamentos de actina. En las porciones longitudinales de los discos intercalares hay
uniones comunicantes, las cuales permiten la extensión de la excitación a través del
resto del miocardio contráctil. Este tipo de uniones intercelulares son un medio por el
cual las células musculares se mantienen conectadas. El calcio juega un papel im-
portante en esta conexión y su ausencia desune los discos intercalares produciendo
paro cardíaco
MIOCARDIO ESPECÍFICO
En el corazón existe un tejido mus-
cular especializado llamado miocar-
dio específico, capaz de generar los
estímulos que hacen latir el corazón y
los conducen por las paredes del
miocardio. El miocardio específico late
rítmicamente sin necesidad de estí-
mulos nerviosos. El ritmo viene
determinado por la actividad intrín-
sica de las células de marcapasos que
se sitúan en el tejido subendocárdico.
La contracción del miocardio con-
tráctil es generada por las células del
miocardio específico y es modulada
por el sistema nervioso simpático y parasimpático. La velocidad del latido se modifica
por la acción de estos dos sistemas. El parasimpático regula el ritmo lento y el sim-
pático el ritmo rápido y acelerado, por lo que se contraen en primer término las
aurículas y después los ventrículos, en una secuencia sincronizada de 70 latidos por
minuto, en reposo.
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TEJIDO MUSCULAR LISO
El tejido muscular liso está formado fibras musculares carentes de estriaciones y
rodeadas por una MEC rica en fibras reticulares, el endomisio, ya que carecen de una
organización en forma de fascículos. Sus células miden unos 30 a 500 micrones de
longitud y 2 a 5 micrones de diámetro. La fibra muscular lisa relajada es fusiforme y
alargada, de tamaño variable de acuerdo al órgano donde se encuentre. Se disponen
en forma alternada, de modo que la región central de una fibra se halla en contacto
con el extremo ahusado de las fibras vecinas. Posee un solo núcleo central con dos o
más nucleolos. Cada célula muscular lisa está recubierta por una membrana basal y
por endomisio. La inervación está a cargo del sistema nervioso autónomo, por lo que
la contracción del tejido muscular es involuntaria.
El músculo liso está localizado en la
pared del tubo digestivo, en la pared
de la vía respiratoria, desde la tráquea
a los bronquios, en la pared de la vía
urinaria y genital, en la pared de
arterias y venas, en el iris y en el cuer-
po ciliar del ojo.
En estos lugares actúa regulando y
conservando el diámetro del lumen de
la víscera hueca. Las fibras de músculo
liso de las paredes de los vasos san-
guíneos son capaces de producir elas-
tina y desempeñan la función impar-
tante de regular el tono muscular y por lo tanto de la presión sanguínea.
ESTRUCTURA DEL TEJIDO MUSCULAR LISO
Sus células alargadas y fusiformes presentan un sólo núcleo en posición central. Los
extremos del núcleo son redondeados pero se ondulan durante la contracción. En el
sarcoplasma encontramos mitocondrias, algunas cisternas del RER, numerosos
ribosomas libres, un pequeño complejo de Golgi y granos de glucógeno, todos ellos
concentrados en regiones desprovistas de miofilamentos. El resto del sarcoplasma está
ocupado por miofilamentos finos de actina y gruesos de miosina.
Los miofilamentos de actina se anclan en zonas electrondensas llamadas placas de
fijación que se encuentran adosadas a la membrana plasmática. El retículo sarcoplás-
mico de las fibrocélulas lisas tiene escaso desarrollo y consiste en REL sin cisternas
terminales ni túbulos T, aunque en la membrana plasmática existen unas pequeñas
cavéolas que se consideran equivalentes de los túbulos T por donde ingresa el calcio
necesario para la contracción. El citoplasma posee cuerpos densos que contienen
alfa-actinina y son por lo tanto, equivalentes de las líneas Z. A cada placa de fijación le
corresponde otra en la célula vecina. Por ello las placas de fijación son puntos de unión
intercelular.
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El espacio intercelular está ocupado
por una membrana basal y fibras
colágenas tipo III. Este espacio
desaparece en ciertos lugares lla-
mados nexos o uniones comu-
nicantes, que constituyen zonas de
menor resistencia para la trans-
misión de la excitación de una
célula a otra.
Las fibras musculares lisas se
presentan en dos variedades: de tipo unitario y de tipo multiunitario. Las fibras
lisas del tipo unitario corresponden a cientos de fibras que se contraen juntas como
una sola unidad por sus uniones comunicantes o del tipo gap. Se les encuentra
constituyendo la pared de las vísceras y son la base del peristaltismo.
Las fibras lisas del tipo multiunitario son
fibras aisladas de contracción indepen-
diente como las del músculo ciliar, el iris
y el músculo piloerector. Una fibra ner-
viosa hace sinapsis con cada una de las
fibras musculares. Este tipo de orga-
nización es típica de las arterias mus-
culares y de los esfínteres involuntarios.
La contracción del músculo liso es más
lenta y duradera que en el músculo
esquelético debido a que:
• No existe el complejo de troponina-
tropomiosina.
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• El mecanismo de la contracción es dependiente del calcio aportado por los capilares
sanguíneos del endomisio y que es captado por la proteína calmodulina localizada
en las cavéolas.
• La calmodulina activa una proteína denominada quinasa (de cadena larga de
miosina) con capacidad de fosforilar la actina para que se produzca la contracción.
• Para terminar la contracción se elimina el grupo fosfato mediante la enzima fosfa-
tasa.
REGENERACIÓN DEL TEJIDO MUSCULAR
- El músculo estriado esquelético crece por hipertrofia de las fibras musculares
existentes al nacimiento. También tiene capacidad para crecer por hiperplasia, a partir
del aporte de células miosatélites. Las fibras musculares dañadas se necrosan y son
fagocitadas por macrófagos tisulares. La regeneración depende de las células miosa-
télites.
- El músculo cardíaco crece por la hipertrofia de las fibras musculares existentes y por
hiperplasia del tejido conjuntivo (el corazón aumenta durante la vida 17 veces su
tamaño debido al crecimiento de sus fibras). Las células muertas no tienen recupe-
ración y son sustituidas por tejido conjuntivo. Tras un infarto las células musculares
dañadas mueren por falta de oxígeno y son sustituidas por una cicatriz conectiva que
persiste para toda la vida.
- El músculo liso conserva su capacidad de multiplicación. Si sus células son dañadas
pueden ser sustituidas por células nuevas por lo que su capacidad de regeneración es
notable. Ej: la reparación de la musculatura uterina luego de una cesárea o ante una
intervención intestinal.
Hipertrofia muscular
Se pueden representar dos tipos de hipertrofia de la fibra muscular: sarcoplásmica y
miofibrilar.
La hipertrofia sarcoplásmica está caracterizada por el aumento del sarcoplasma y
de las proteínas no contráctiles que no contribuyen directamente en
la producción de la fuerza muscular. Esto explica el caso de los
fisicoculturistas porque sus entrenamientos no son de fuerza
propiamente dichos y están dirigidos más sobre elementos
metabólicos relacionados con la resistencia que se realizan en el
citoplasma que sobre las proteínas contráctiles. Específicamente,
disminuye la proporción de elementos contráctiles en las fibras
musculares, mientras que el área transversal de las fibras musculares
incrementa, sin un acompañamiento del aumento de fuerza muscular.
Ello se debe a que la fuerza muscular no aumenta si no aumenta el
tamaño del elemento contráctil.
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La hipertrofia miofibrilar es un agrandamiento de la fibra muscular que gana más
miofibrillas y por lo tanto, más miofilamentos de actina y de
miosina. Al mismo tiempo, se sintetizan proteínas contráctiles y
aumenta la densidad filamentosa. Este tipo de hipertrofia fibrilar
conduce a un incremento de la fuerza muscular. Ejercicios con
resistencias pesadas puede llevar a ambos tipos de hipertrofia de las
fibras musculares. Sin embargo, dependiendo de la rutina de
entrenamiento estos tipos de hipertrofia fibrilar se manifestarán en
varios grados. La hipertrofia miofibrilar es típicamente conseguida
por los levantadores de peso de elite, mientras que la hipertrofia
sarcoplásmica es característica de los fisicoculturistas. Excepto en
casos especiales en los que el punto de mira del entrenamiento con
resistencias pesadas es conseguir ganancias en el aumento de peso,
los atletas están interesados en inducir la hipertrofia miofibrilar. El entrenamiento
debería organizarse para estimular la síntesis de proteínas contráctiles y aumentar la
densidad de los filamentos musculares.
Troponina: marcador bioquímico específico de daño al miocardio
Las troponinas cardiacas son proteínas que forman parte de los mecanismos de regu-
lación de la contracción del músculo cardiaco. La troponina es una proteína globular de
gran tamaño que contiene tres subunidades: troponina C (fijadora de calcio), tropo-
nina I (inhibidora de la interacción actina-miosina) y troponina T (fijadora de tropo-
miosina).
Cuando las células cardíacas se dañan, liberan enzimas y otras moléculas al torrente
sanguíneo. Los niveles elevados de estos marcadores de lesión cardiaca en sangre
pueden ayudar a predecir el infarto en pacientes con dolor torácico importante.
Cuando se necrosan las células miocárdicas pierden la integridad de la membrana
celular y las moléculas intracelulares difunden hacia la microcirculación y a los
linfáticos. Estas macromoléculas se detectan en la circulación periférica y constituyen
los marcadores bioquímicos específicos de daño al miocardio. Las isoformas cardiacas
específicas como la troponina T y la troponina I, pueden ser medidas en laboratorio
utilizando sistemas inmunoenzimáticos, inmunocromatográficos y de quimiolumi-
niscencia permitiendo distinguir entre pacientes con insuficiencia aguda de miocardio,
de aquéllos que presentan dolor en el pecho de origen no cardiaco. De este modo la
troponina es utilizada para establecer diagnóstico diferencial y pronóstico de los
pacientes que presenten un síndrome coronario agudo.
La troponina T aparece en el plasma en casos de isquemia o muerte tisular, con una
especificidad del 98% para el infarto agudo al miocardio. Es un marcador temprano,
que refleja datos sobre la extensión y evolución del mismo, también se utiliza en el
diagnóstico de microinfartos en pacientes con angina inestable.