La dislexia afecta la decodificación lectora y el establecimiento de las correspondencias entre grafemas y fonemas, lo que causa dificultades en la adquisición del lenguaje oral y la lectura. Los niños con dislexia tienen problemas con habilidades lingüísticas como el procesamiento fonológico, lo que dificulta que entiendan la estructura interna de las palabras y la relación entre sonidos y letras. En la escuela, las dificultades con la lectura y escritura empeoran y se vuelven más
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Etapa escolar
1.
2. Etapa escolar
La dislexia afecta a la ejecución lectora, es decir, a la decodificación
lectora y al establecimiento de las correspondencias grafema-fonema y al
reconocimiento fluido de las palabras, esto es, a la identificación y
emparejamiento de la palabra escrita con su representación en el léxico mental.
Las dificultades en la adquisición o el desarrollo del lenguaje oral, se
relacionan con las dificultades en la lectura, con mucha frecuencia. Dentro de los
problemas del desarrollo del lenguaje oral, las alteraciones fonológicas, en la
discriminación y uso de los sonidos del habla, las que se relacionan más
directamente con el aprendizaje deficiente de la lectura.
Los niños con dislexia, aunque hayan presentado o no problemas
específicos de lenguaje (trastorno específico del lenguaje o retraso simple de
lenguaje), presentan dificultades con algunas habilidades lingüísticas,
especialmente, aquellas relacionadas con el procesamiento fonológico.
En la etapa preescolar, es frecuente que los niños disléxicos muestren
como consecuencia del trastorno, escaso interés hacia el aprendizaje de la
lectura y tiendan a evitar las actividades relacionadas con la lectura o escritura.
Debido a sus escasas habilidades fonológicas, los niños con dislexia en
esta etapa, tienen dificultades para entender que las palabras tienen una
estructura interna, basada en los sonidos y que la secuencia de letras que forman
las palabras, representa los sonidos del lenguaje hablado. Consecuentemente,
tienen dificultades para establecer la relación entre los sonidos del habla
(fonemas) y las letras que representan estos sonidos.
Cuando el niño presenta signos disléxicos, en colegios y escuelas,
muchos profesores, que ignoran la condición del niño, suelen calificar a estos
niños de haraganes o poco adaptados. Los padres de niños con problemas
disléxicos, preocupados por el retraso escolar que muestra su hijo, suelen
consultar a los maestros, sin saber a qué atribuirlo, ya que consideran que el
3. niño es inteligente, que razona bien, que comprende y adquiere conceptos
fácilmente y les desconcierta cómo puede tener problemas para aprender a leer
y escribir.
En la etapa escolar, las dificultades presentadas en la etapa preescolar,
en la escritura, como disgrafías, escritura en espejo y disortografías, se
mantienen y en muchos casos se agravan, ya que al ser una etapa más
avanzada, el niño suele tener una lectura vacilante, no siempre del todo
comprensiva, escritura irregular y factor verbal, comprensivo como expresivo
bajo.
A medida que el niño avanza en la escolaridad, las dificultades se hacen
evidentes en la lectura en voz alta, con una ejecución poco fluida y esforzada,
decodificando con lentitud. El niño comete errores al reconocer las palabras,
omite, sustituye o añade palabras o partes de ellas, con falsos inicios, frecuentes
y repitiendo o rectificando lo leído.
Para comprender el texto debe realizar un gran esfuerzo y al tardar en
identificar las palabras puede no recordar lo leído anteriormente, perdiendo su
significado. En la medida en que no hace de forma rápida y automática el
reconocimiento de las palabras, no puede dedicar recursos cognitivos a la
comprensión del texto, ya que todo su esfuerzo está centrado en el
procesamiento.
La superación de estos aspectos está condicionada por las posibilidades
intelectuales, la gravedad del trastorno y el adecuado diagnóstico e intervención
psicopedagógica.