El documento describe la evolución histórica de la profesión docente, desde su origen religioso hasta su actual estructuración como parte de los sistemas educativos nacionales. Explica que en Venezuela la profesión ha pasado por diferentes etapas y reformas educativas que generan tensión entre los actores del sistema educativo. Sin embargo, cuando los docentes se enfocan en su vocación de formar a los estudiantes más que en cumplir objetivos políticos, pueden promover cambios positivos a pesar de los desafíos.
1. UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS OCCIDENTALES
“EZEQUIEL ZAMORA”
UNELLEZ
EXTENSIÓN SUCRE
LA PROFESIÓN DOCENTE
Facilitador Bachiller
Lcdo. Simón Olinto Bastidas Rafael Ignacio Quevedo
Sub-proyecto: V-20.151.416
Gerencia Educativa Semestre: V
Carrera: Ed. Física
Deporte y Recreación
Biscucuy, Junio de 2021
2. LA PROFESION DOCENTE EN EL CONTEXTO DE LA HISTORIA, LA
CULTURA Y LA POLITICA EN EL QUE LE CORRESPONDE ACTUAR
COMO PROMOTOR DE CAMBIO
El arte de enseñar se encuentra estrechamente ligada con la
historia de la humanidad. No obstante, algunos elementos que
consienten caracterizar como profesión esta actividad sólo se
encuentran a partir de la conformación de los sistemas educativos
como resultado de la estructuración de los Estados nacionales.
Haciendo un poco de historia, la actividad docente, tal como es
conocida sólo se conformó en cuanto se fue estructurando el
sistema educativo. De hecho, los didactas de la Reforma y de la
Contrarreforma, fundamentalmente a partir de Comenio,
establecieron una discusión sobre la función del docente, la cual se
encuentra vinculada a una ética religiosa como orientación global de
esa práctica. A la vez, con ellos se inició un modelo de actuar
apoyado en técnicas de trabajo en el aula. Sólo la conformación de
los sistemas educativos, como resultado de la integración de los
Estados nacionales, creará condiciones para la estructura de la
actividad docente que conocemos.
Para mediados del siglo XIX, ocurre una transformación que dio
como resultado un tránsito de la visión religiosa a una perspectiva
profesional, convirtiendo la actividad docente en una actividad
fundamental para el estado inclusive hasta la actualidad. A inicios de
la década de los 90 con el advenimiento de la democracia, la
mayoría de los países latinoamericanos ha sido testigo de grandes
transformaciones en las formas de comprender y re-pensar el
3. sistema escolar, sus fines y metas. Las claras prerrogativas de
instituciones internacionales han movilizado cambios y reformas en
la mayoría de nuestros países.
En el caso de Venezuela, los evidentes logros del sistema
educativo durante los periodos democráticos del siglo XX
comenzaron a disminuir al inicio de los años 80, tanto así que la
democracia arrojó luz y sombra sobre uno de los principales anhelos
de los venezolanos ser incorporados al sistema escolar en sus
diversas modalidades y niveles; pero las posibilidades de ingresar y
permanecer en el mismo fueron reduciéndose progresivamente.
Por consiguiente, en la década de los 90 la matricula mostró un
notable descenso y retroceso educativo, esto como efecto de la
situación vivida en 1978 cuando se inicia la recesión económica en
Venezuela y la reducción del intervencionismo estatal, la eliminación
de los subsidios, liberación de precios, enfriamiento de las finanzas,
como resultado de la deuda externa, la reducción de los precios del
petróleo, la mala administración de las finanzas, la corrupción, el
peculado, entre otros.
En la década de los 80 continua el desmoronamiento del
rendimiento del sistema educativo, mientras que el Ministerio de
Educación centraba su atención en la discusión de las reformas del
diseño curricular de educación básica y la formación de docentes,
para ese momento era notable el abandono de las escuelas y liceos,
lo cual motivó al personal docente a buscar alternativas para
financiar gastos de recursos, mantenimiento y suplencias, a través
del cobro de matrícula como colaboración.
4. Cabe destacar que, la profesión docente en Venezuela ha
pasado por distintas etapas a través de las distintas épocas y
gobiernos que se han sucedido, cada uno con sus ventajas y
desventajas diferentes.
Por ejemplo, en cuanto a la formación de docentes en
Venezuela, esta se inicia en 1953 en las universidades, con la
creación de la escuela de Educación de la Universidad Central de
Venezuela, continuando con la Universidad del Zulia en 1969 con la
apertura de la especialidad en Preescolar como carrera corta. En
1980 la Ley Orgánica de Educación legaliza la formación de todos
los docentes en las diversas instituciones de nivel superior.
Consecutivamente, se decreta en 1983 la Universidad
Pedagógica Experimental Libertador, destinada a liderar la
formación de docentes en el país, función que cumple en la
actualidad la Universidad Nacional Experimental del Magisterio
“Samuel Robinson” fundada en el año 2019.
Por otra parte, la profesión docente ha sufrido diversas
modificaciones generadas por las transformaciones o cambios en el
currículo o reformas educativas demandadas por los distintos
gobiernos de turno, considerando estas como actos de gobierno, es
decir, como acciones a través de las cuales el Estado establece
elementos para orientar las políticas de la educación, son el
resultado de un proceso complejo en el que han intervenido
componentes internos y externos a la realidad social y educativa del
país.
Desde hace 22 años, se han sucedido modificaciones y
adaptaciones al currículo básico nacional, específicamente desde
5. 1999 con la promulgación de la Constitución. Partiendo de allí, los
cambios se caracterizan por el establecimiento de un conjunto de
reformas educativas que tienen una serie de metas comunes, entre
las que podemos mencionar: lograr mayor equidad en el acceso a la
educación; mejorar la calidad del servicio ofrecido, así como de sus
resultados; establecer un conjunto de sistemas que tiendan a
informar a los usuarios (estudiantes, padres de familia y sociedad)
de los resultados de la educación; revisar los contenidos que se
integran al currículo y en algunos casos a los libros de texto.
En opinión, todo se dice muy bonito, pero la realidad es otra. La
transformación del currículo con el objetivo de dar a comprender y
repensar el sistema educativo, sus metas y fines, es una estira y se
encoge que afecta a todos los actores del momento educativo,
quienes no se terminan de adaptar a un cambio, cuando ya inicia
otro.
Situación que afecta directamente a la institución y a sus actores,
tanto así que la institución deja de ser una institución al servicio de
proyectos culturales compartidos, para constituirse en una
organización orientada a producir y enseñar competencias útiles
para los individuos y a generar títulos que certifiquen dichas
competencias, así como al docente que en ella se desempeña,
quien pasa de ser un actor protagónico a un actor pasivo y sujeto a
cambios externos.
Es innegable no reconocer que la educación en Venezuela está
politizada, basada en un modelo cubano que está fuera del contexto
del país, agregando que con cada cambio de ministro se realizan
cambios en el currículo educativo, lo cual genera, tensión en los
6. procesos de individualización de la escuela poniendo entre dicho el
sentido de ésta, asimismo, desconcierto entre los actores del acto
educativo, afectando el modo de actuar de los profesores y
estudiantes.
Según, PNUD. (2009). Dicha tensión, expone al profesorado a
procesos de negociación constantes entre la adopción irreflexiva de
la política de turno, que demanda el "hacer" del profesor, y la
práctica pedagógica que valoriza el "ser" del docente en tanto sujeto
de juicio, comprometido y socialmente situado. De esta forma, en la
experiencia de dar cuenta sobre resultados, los actores sociales, y
particularmente los docentes expuestos a políticas de apoyo
externo, pueden desarrollar, como mecanismos de estructuración,
juegos de intercambio de aceptación recíproca o sumisión
estratégica que generalmente conllevan altos costos para ambas
partes y que, incluso, pueden impulsar a que los mismos actores
sociales construyan prácticas que hagan fracasar la política.
Sin embargo, a pesar de la circunstancia y cambios surgidos en
los distintos momentos de la historia educativa de Venezuela, la
profesión docente liderada por docentes, fuerza pedagógica, que
siempre ha estado comprometida a la formación de los ciudadanos
y a la promoción del cambio social; esperando que en algún
momento la profesión docente sea valorada por encima de otros
intereses.
En este contexto, la capacidad del docente de responder
constructivamente a las tensiones propias de su quehacer, que le
son inherentes, se convierte en una herramienta clave que fortalece
y mantiene el compromiso, ya que implica que el docente desarrolla
7. su trabajo porque elige hacerlo, y no en función de presiones y
requerimientos externos; tampoco en base a resultados, aprobación
social, reconocimiento, logro de aprendizaje o cualquier otro
elemento que impulse externamente el trabajo que realiza, sino más
bien porque el trabajo es importante y significativo para él, lo hace
por vocación. En tal sentido, su labor deja de ser simplemente una
actividad e influye en la conformación de la identidad,
transformándose al mismo tiempo en parte importante de la
sociedad.
Ciertamente, no todo lo que atañe a la profesión docente es
negativo, por lo tanto, los docentes amorosos del trabajo que
realizan y ante el compromiso que tiene con su país, se forman a
través de los diversos programas que ofertan las universidades del
país, especialmente la Universidad del Magisterio, formadora de
docentes. Esto con la finalidad de actualizar estudios, fortalecer
conocimientos y prepararse cada día ante la demanda de las aulas
de clase y de las transformaciones continúas producto de la
globalización, la tecnología y los efectos de la Pandemia del Covid-
19.
En tal sentido, la profesión docente como promotora de cambio,
se vale de métodos, estrategias y recursos, a fin de lograr un
proceso formativo de calidad, que por medio del trabajo intelectual
de los docentes desarrollen la vocación de los estudiantes, a través
de un proceso formativo que ayuda encontrar vocaciones a los
jóvenes; muchos jóvenes hombres y mujeres terminan el bachillerato
sin comprender su vocación; es decir no saben que talentos tienen
como ser humano para desarrollarse y ser un buen ciudadano.
8. Cabe destacar, que para transformar el mundo, hay que
transformar las mentes. El docente, transforma a través de su
actuar, su comportamiento, conocimiento, liderazgo, ejemplo,
orientaciones practica de valores y enseñanza de los mismos; es
formador de generaciones. Por ello, el buen docente transformador,
no se define por su actividad, sino por sentido que da la profesión,
educar implica dirigir, orientar, facilitar un cambio en la personalidad
de los estudiantes que son la generación de relevo y el futuro de la
patria.