La ira se define como una respuesta emocional primaria que surge cuando un organismo se ve bloqueado en la consecución de una meta o necesidad. Se manifiesta corporalmente a través de un aumento en la frecuencia cardíaca, presión arterial y niveles de adrenalina. Los desencadenantes más comunes son cuando la persona es engañada, traicionada o sus derechos son vulnerados. Para regular la ira se recomienda trabajar la empatía, practicar el respeto, no ceder al resentimiento y utilizar técnicas como poner distancia