2. APROXIMACIONES AL CONCEPTO DE IRA
• Es una emoción básica que presenta unas características faciales específicas (cejas bajas,
contraídas y en disposición oblicua; párpado inferior tensionado; labios tensos o en ademán de
gritar; y mirada prominente).
• Es una respuesta emocional que se da de acuerdo a un rol social y que cumple una función en ese
sistema social.
• Es un estado indiferenciado de activación o arousal (Nivel de Activación Cerebral) emocional.
• Es un estado de activación física que coexiste con actos fantaseados o intencionados y que
culmina con efectos perjudiciales para otras personas.
• Es un estado que dota de mayor energía al comportamiento, con una agitación e interferencia
cognitiva que interrumpen la conducta, con expresión de afectos negativos hacia otros, con una
actitud de defensa donde se elicita la oposición como un estímulo aprendido para la agresión y
discriminando sucesos como provocativos.
• Es un determinante causal de la agresión, aunque no por ello se puede entender esta emoción
como una condición necesaria y/o suficiente para la agresión .
3. Al igual que el resto de las emociones, la ira
puede ser vista como un estado limitado en el
tiempo o como una disposición duradera y
consistente o una tendencia general para
experimentar frecuentes y pronunciados
episodios de estados de ira (Smith, 1994).
De ahí la importancia de distinguir entre:
Estado de IRA Rasgo de IRA
4. Así mismo conviene destacar la diferencia
entre
Ira, Hostilidad y Agresión…
Mientras que la Ira es una emoción primaria, la
Hostilidad connota un grupo complejo de actitudes
(irritabilidad, sensibilidad a los desaires, cinismo, interpretación
negativa delas intenciones ajenas) que favorecen la Agresión,
que no es más que una conducta dirigida a causar
daño en personas o cosas.
5. PREDISPOSICIÓN A LA IRA
Factores comunes que pueden predisponer la IRA
son: fatiga, hambre, sufrimiento, frustración
sexual, recuperación de una herida, el uso
de drogas y cambios hormonales.
6. ¿DÓNDE SE
ENCUENTRA LA IRA?
El Cerebro controla las
emociones, específicamente el
Sistema Límbico.
Está situado justo debajo de la
corteza cerebral y está formado
por el tálamo, el hipotálamo, la
amígdala cerebral y el
hipocampo. Su función está
relacionada con el aprendizaje, la
memoria y las respuestas
emocionales.
Es además la zona del cerebro
que dirige nuestras emociones y
nuestras sensaciones más
primitivas, como el miedo y la
IRA.
7. RESPUESTA FISIOLÓGICA DE LA IRA
• Incremento de la frecuencia cardiaca y la tensión arterial
sistólica,
• Aumento de la resistencia vascular periférica, de modo que
la tensión arterial diastólica sube (al contrario de lo que
sucede con el miedo).
• En el sistema neuroendocrino, niveles altos de testosterona
(hormona vinculada a la conducta agresiva y dominante),
así como niveles bajos de cortisol.
• En el sistema nervioso central, destaca la actividad cerebral
asimétrica de los lóbulos frontales que se produce cuando
experimentamos emociones.
8. LA IRA Y EL APRENDIZAJE
La combinación del Cociente Intelectual (CI) y el Cociente Emocional (CE), es la idea básica de la
denominada Psicología positiva respecto al aprendizaje. En ella se establece que la motivación tiene un
carácter emocional. Por ello el equilibrio emocional incrementa el aprendizaje. Resaltar que es el
equilibrio, y no su ausencia o exceso emocional. Pues estados de ánimo bajo (depresión) o demasiados
intensos (ira), conducen a dificultar el aprendizaje. Esta es la base de la Ley de Yerkes-Dobson (1908).
Estos autores demostraron matemáticamente la relación entre la emoción y el aprendizaje
representándola en una U invertida: a poca activación emocional, poco aprendizaje.
La emociones desagradables poderosas (la ira, ansiedad, tensión o tristeza) desvían la atención hacia sus
propias ocupaciones interfiriendo el intento de concentración en otra cosa. Cuando las emociones
entorpecen la concentración lo que ocurre es que se paraliza la capacidad mental cognitiva que los
científicos llaman “memoria activa”, la capacidad de retener en la mente toda la información que atañe a la
tarea que estamos realizando. La memoria activa es una función ejecutiva por excelencia en la vida
mental, que hace posible todos los otros esfuerzos intelectuales, desde pronunciar una frase hasta de
desempeñar una compleja proposición lógica.
La corteza prefrontal ejecuta la memoria activa y el recuerdo es el punto en el que se unen las sensaciones
y emociones. Cuando el circuito límbico, que converge en la corteza prefrontal, se encuentra sometido por
la perturbación, queda afectada la eficacia de la memoria activa: no podemos pensar correctamente.
.
9. TRASTORNOS RELACIONADOS CON LA IRA
Se han estudiado algunos
trastornos asociados a la
IRA, como por ej:
Trastorno Explosivo
Intermitente
Enfado Crónico
La IRA es una emoción normal y
saludable.
Nos señala cuáles son nuestras
necesidades y deseos. La ira se activa
cuando nos sentimos atacados o
heridos, por lo que nos prepara para
lucha, para marcar un límite, es una
emoción con mucho poder.
Sin embargo, si no se maneja
adecuadamente, la IRA tiene el
potencial de ser destructiva, puede
ser debilitante, nublar el juicio de
una persona y disminuir su calidad
de vida, deteriorando sus relaciones,
así como la salud.
10. TRASTORNO EXPLOSIVO INTERMITENTE
El trastorno explosivo intermitente (abreviado TEI) es un trastorno del
comportamiento caracterizado por expresiones extremas de enfado, a menudo
hasta el punto de enojo incontrolable que son desproporcionadas respecto a las
circunstancias en que se producen. Actualmente, dentro del Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales se categoriza dentro de los Trastornos Del
Control De Impulsos.
La agresión impulsiva no es premeditada, y se define como una reacción
desproporcionada ante cualquier provocación, real o percibida como tal. Algunos
pacientes han referido experimentar cambios afectivos justo antes del estallido de
ira (estrés, cambios de humor, etc.).
Puede estar relacionado con cambios genéticos hereditarios, desequilibrios de la
insulina y glucosa, niveles anormales de serotonina, alteración de las
concentraciones de ácido 5-hidroxindolacético en el fluido cerebroespinal,
trastornos de la personalidad o lesiones en el cortex prefrontal.
11. TRASTORNO DE ENFADO CRÓNICO
El enfado crónico es un estado de ira permanente que se aplaca y se agrava según
las circunstancias pero que siempre está presente. Son pacientes que hacen pensar
a su entorno que su forma de ser es estar enfadados ya sea con los demás o con sí
mismos. Son estados en los que las emociones y los pensamientos negativos los
mantienen completamente afectados.
Hay personas que debido a un aprendizaje erróneo, la única expresión emocional
que se permiten expresar es la ira. Esta conducta aprendida provoca un
desequilibrio, ya que al no poder expresar la emoción genuina (tristeza o miedo),
esta se va acumulando y por más que expresen rabia, nunca desaparece el
malestar, convirtiéndose en un enfado crónico.
En este caso el enfado crónico está relacionado con la creencia errónea de que
mostrar tristeza o miedo ante los demás o ante uno mismo es un signo de
debilidad, mientras que mostrar ira se asocia a un sentimiento de fortaleza.
12. TRATAMIENTO DE LA IRA
El tratamiento puede conllevar una mezcla de terapia cognitivo-
conductual y tratamiento farmacológico. La terapia puede ayudar
al paciente a reconocer los impulsos para facilitar la adquisición
de un mayor nivel de conciencia y control de los accesos de ira, así
como a tratar el estrés emocional que acompaña estos episodios.
Existen diversos tratamientos farmacológicos indicados para este
tipo de pacientes. Los antidepresivos tricíclicos y los inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) como
la fluoxetina, la fluvoxamina y la sertralina parecen aliviar algunos
de los síntomas psicopatológicos. Los estabilizadores de
ánimo gabaérgicos y las drogas anticonvulsivas como
la gabapentina, el litio y la carbamazepina parecen ayudar a
controlar la aparición de los accesos de ira.
Los ansiolíticos ayudan a aliviar la tensión y pueden favorecer la
reducción de los ataques de ira mediante el incremento de la
tolerancia a los estímulos que los provocan, y están especialmente
indicados en pacientes que también sufren de un trastorno
obsesivo-compulsivo, u otros trastornos de ansiedad.