En resumen, las fluctuaciones cíclicas, son señales que en Latinoamérica no debemos dejar de percibirlas en virtud a la dominante influencia financiera y comercial de nuestros vecinos del norte en nuestra región y si a eso le sumamos la errática y desfachatada política económica y financiera de Bolivia, 2020 será un año difícil.
1. Kontratieff y el ciclo económico americano
Juan Manuel Arias Castro
La inversión en acciones de compañías globales parece haber entrado en un letargo como el
de la economía estadounidense, esto sirve como base a 90% de las operaciones bursátiles que
se realizan “on line” alrededor del mundo, sumada a la guerra arancelaria entre China y
Estados Unidos. Y es que de acuerdo al último informe económico y financiero revelado por el
gobierno de Donald Trump, aún es temprano para hablar de recesión, pero lamayor economía
del mundo se encuentra en un proceso de desaceleración que se acentúa más al paso de cada
trimestre. Las desastrosas caídas de los principales índices bursátiles en todo el mundo, la
valorización del dólar en Latinoamérica que no se han detenido desde el año pasado, han
cobrado ya sus primeras víctimas: los consumidores, que hasta hace unos meses confiaban en
la prosperidad de sus pequeños portafolios de acciones, y que ahora han tenido que
interrumpir abruptamente la demanda de productos y servicios de todo tipo. Ello incluye
desde artificios de alta tecnología a la última moda -como los celulares de tercera generación
y otros dispositivos inalámbricos para conectarse con Internet- hasta viajes de turismo y todos
aquellos productos de consumo masivo de los que -aunque pareciera que no- era posible
prescindir.
En abril, el consumo privado subió tan solo 2,1%, la tasa más baja desde 1997. La adquisición
de bienes duraderos, como inmuebles y automóviles, pasó de crecer 10,6% en el trimestre
anterior a 6%; y la compra de bienes perecederos, como alimentos, ropa y calzado, pasó de
crecer 2,4% a 0,4%. A entender esto sólo podía conducir a una segunda y más grave
consecuencia de la desaceleración. En mayo las empresas prescindieron de 114.000
trabajadores del sector no agrícola de la economía y, antes de que se publique el informe
correspondiente, se prevé que en mayo ocurrieron otros 53.000 despidos. Otros indicadores
revelaron que muchas de las características que le conferían vigor a la economía
estadounidense también cambiaron radicalmente. Las inversiones de las empresas en equipos
de tecnología y en programas de computación -uno de los principales componentes del PIB
estadounidense- cayeron entre abril y junio a una tasa que, anualizada, representa 14,5%. La
cifra revela en forma dramática cómo el sector tecnológico se precipita hacia la recesión.
Durante el primer trimestre, lacaídafue mucho más leve, de 4,1%, y es la primera vez que este
tipo de inversión cae durante tres trimestres consecutivos.
No obstante, los anuncios de ajustes a la economía americana hechas en mayo pasado parece
que todo apunta, no tanto para estimular el consumo y la inversión privados, como para
aplicarle una agresiva terapia de resucitación a los mercados financieros, espejo del pulso de
la economía. Y sin éxito, a juzgar por los resultados de los principales indicadores bursátiles. El
promedio Dow Jones de acciones de empresas industriales -o de la vieja economía- cayó 1,5%
al cierre de la semana pasada, y el índice Standard & Poor's de 500 empresas no reflejó
cambios en absoluto durante las últimas 5 sesiones. El vapuleado sector de la alta tecnología
2. vivió 3 sesiones consecutivas de alzas, sólo para derrumbarse nuevamente y volver al mismo
punto en que se encontraba al comienzo de la semana. En resumen, las fluctuaciones cíclicas,
son señales que en Latinoamérica no debemos dejar de percibirlas en virtud a la dominante
influencia financiera y comercial de nuestros vecinos del norte en nuestra región y si a eso le
sumamos la errática y desfachatada política económica y financiera de Bolivia, 2020 será un
año difícil.
Escrito el 03 de septiembre de 2019