El documento habla sobre la metodología adecuada para difundir el mensaje de salud adventista. Señala que se debe presentar el mensaje de forma positiva y atractiva, evitando el fanatismo y las críticas. También advierte sobre generalizar excepciones o enfatizar ciertas prácticas fuera de contexto. Finalmente, propone que la mejor forma es educar de manera agradable e inteligente, presentando los grandes principios bíblicos y dejando que el Espíritu Santo guíe los cambios.