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LA TRAMPA DEL AREA MONETARIA OPTIMA.
Manfred Nolte
Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, dos de los más finos analistas mundiales
del ciclo económico, que es tanto como decir de las crisis económicas, son
coautores de un clásico sobre el tema titulado ‘Esta vez es diferente. Ocho siglos
de locura financiera.’ A lo largo de la historia, los países ricos y los países pobres
han tenido que enfrentarse de forma aparentemente determinista a una
extraordinaria variedad de crisis financieras. Y en cada ocasión, los políticos y
analistas han sostenido que "esta vez es diferente", que las anteriores reglas ya
no valían y que la nueva situación tenía poca o ninguna similitud con los
desastres pasados.
Pero en la obra citada, Reinhart y Rogoff demuestran que están equivocados.
Analizando decenas de países en cinco continentes, ‘Esta vez es diferente’ realiza
un recorrido exhaustivo a través de ocho siglos de recesiones, desde los pánicos
bancarios medievales hasta la reciente crisis ‘subprime’, ‘made in USA’. Los
autores extraen la esencia de las lecciones importantes de la historia para
mostrarnos lo poco que aprendemos de los errores previos, y que la razón
ultima de que la crisis nos cojan desprevenidos no es otra que la desmemoria y
la estulticia humana. El dinero fácil, la desregulación, la ausencia de supervisión
efectiva y otras variables determinantes tejen la red en la que se camufla una
oferta enferma y desmesurada, que aboca en la burbuja, su explosión, la crisis y
el paro.
Hay que reconocer que el exceso de confianza también ha sido un lugar común
en los años precedentes a la crisis de 2008. Académicos y políticos de renombre
se hurtaban el protagonismo para proclamar que las palancas de las crisis
estaban bien localizadas y sometidas a control y de lo improbable que resultaba
que nada ni nadie tuviese la posibilidad de accionarlas.
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Pero también es verdad que la crisis que ha azotado a Europa y a España ha
tenido algunas especificidades difícilmente reconducibles a la memoria de otras
anteriores, siendo la más importante de todas ellas la trampa del euro o si se
quiere la deficiente construcción de la Unión Monetaria. Viene bien hacer un
breve repaso a este grave efecto inadvertido, ahora que los países de la eurozona
quieren realizar una revisión profunda de los fallos pasados y sugerir acciones
para una unión monetaria europea estable y eficiente1.
En el año 1986, España se convirtió en miembro de la Unión Europea junto con
Portugal, pero no fue hasta el 1 de enero de 1999, cuando se constituyó como
miembro fundador del euro, siendo uno de los 11 primeros países en adoptar el
euro como moneda, introduciendo finalmente los nuevos billetes y monedas en
2002, sustituyendo a la peseta.
La adopción por los 112 de la moneda única europea el 1 de enero de 1999,
reemplazando a la antigua Unidad Monetaria Europea3 obedecía no solo a
criterios de consolidación democrática sino a la profundización en el mercado
único y a la eliminación del riesgo de cambio y los costes asociados con la
conversión de la moneda. Pero además la entrada en el selecto club del euro
otorgaba a sus miembros el valor entendido de la solidaridad y la armonización
económica y financiera, de tal modo que con independencia de su origen y
características estructurales el nuevo signo monetario europeo nacía con la
asunción de la igualdad de todos sus partícipes: una sociedad en la que todos los
socios eran de una única clase. El gráfico revela la evolución de los tipos de
interés del bono a 10 años4 en los países integrantes de la moneda europea.
Como puede observarse, con independencia de los valores ‘fundamentales’ de
los países partícipes, el fenómeno de la constitución del nuevo colectivo de la
eurozona armoniza los tipos de interés de todos los bonos gubernamentales de
los distintos países, equiparando en consecuencia la solvencia de todos ellos a
efectos del inversor internacional.
1 La cumbre europea del 28-29 de junio próxima reta a los líderes de la UE a consensuar una
hoja de ruta para reformar la Unión Económica y Monetaria (UEM).
2 El Euro fue adoptado en 1999 por Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia,
Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal. El 1 de enero de 2001 se incorporó Grecia.
Y Posteriormente la lista se ampliaría a Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia,
Lituania y Malta.
3 ECU: European Currency Unit.
4 El tipo del bono a 10 años es el mejor indicador de la valoración internacional del país que lo
emite en los mercados de títulos soberanos. Se complementa con el rating otorgado por las
agencias de calificación. Posteriormente ha surgido la consideración de la prima de riesgo que
muestra la diferencial de tipos de los distintos títulos en relación al ‘Bund’ alemán que goza de la
condición de referente o ‘benchmark’.
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Pero con el advenimiento de la crisis y el colapso de la economía financiera y
real de la eurozona, los analistas internacionales comienzan a discriminar a los
países por sus fundamentales, esto es por el valor intrínseco en una serie de
indicadores de solvencia tradicionales, tarea que habían abandonado a lo largo
de 10 años. Los diagnósticos son meridianos: mientras los países centrales había
mantenido una estela de navegación razonable, los llamados países periféricos5
se había entregado a una orgía crediticia con grave deterioro de sus cuentas
exteriores, un ahorro interior insuficiente y una productividad en caída abierta
como consecuencia del aumento incontrolado de sus costes laborales. Este es el
escenario que aboca a los sucesivos rescates de los países menos competitivos de
Europa una vez que los mercados internacionales se niegan a seguir financiando
los niveles de sus deudas insostenibles.6
¿Por qué hemos señalado que, junto a la relajación de los principios básicos de
la disciplina financiera, los países recusados por los mercados también han sido
paralelamente victimas de los fallos de concepción del proyecto del euro?
Fundamentalmente por el consenso adquirido con el advenimiento de la crisis
5 Que llegan a agruparse bajo el acrónimo ‘PIIGS’ que corresponde a las iniciales de los países
considerados periféricos, pero cuyo significado en inglés resulta insultante.
6 El primer rescate de la UE se concedió a Grecia el 2 de Mayo de 2010 y el segundo el 9 de
marzo de 2012.El importe de los dos rescates asciende a 240.000 millones de euros(110.000 y
130.000).Expira a finales de 2014 y los mercados esperan un tercer rescate. El 28 de noviembre
de 2010, el Eurogrupo concedió a Irlanda asistencia financiera por un valor de 85.000 millones
de euros que ha vencido exitosamente el 15 de diciembre de 2013. El 16 de mayo de 2011 fue
aprobado el recate a Portugal por 78.000 millones de euros que expira entre serias dudas de su
repago en mayo de 2014. El 16 de marzo de 2013, los ministros de economía y finanzas de la
zona del euro acordaban el rescate de Chipre por 10.000 millones de euros. Se ha establecido un
paquete de medidas hasta 2018.
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de que la Eurozona era un ‘Área Monetaria óptima’ en el sentido mundeliano7
del término. Lo cual ha resultado en una gran falsedad8. Para familiarizarnos
con el concepto, en principio una área monetaria óptima no es otra cosa que una
demarcación que agrupa a una suma de regiones en la que se espera la
maximización de la eficiencia económica debido al hecho de compartir una
única divisa.
El modelo planteado por Robert Mundell en 1961 se basa en una serie de
requisitos según los cuales una Unión monetaria –una demarcación con
moneda única- tendría garantías de funcionar con éxito. La primera y decisiva
es la movilidad laboral a través de la Unión sin ningún tipo de restricción o
traba. Lo que era ya una de las libertades clásicas de un mercado común se
exhibe también como exigencia para equilibrar las crisis regionales dentro de la
unión. La ausencia de visados o limitaciones se daban por hechos. Pero ¿qué
decir de aspectos como la mera capacidad física para el viaje, o la disposición
para superar barreras culturales y sobre todo idiomáticas?
Un segundo factor de éxito lo constituiría la movilidad de capitales y la
flexibilidad de precios y salarios en la zona. De tal modo que, en función de la
leyes del mercado, capitales, productos y asignación de precios se realizarían
según las necesidades de cada región, compensándose con la movilidad laboral
descrita. Pero ya se ha dicho que la flexibilidad laboral es una falacia por mucho
que la crisis haya propiciado un éxodo de los países afectados hacia otras zonas
más prósperas y con mayor demanda de recursos productivos.9
Un tercer supuesto descansa en la existencia de esquemas de demanda/oferta
similares y la consiguiente respuesta similar a ‘shocks’ coyunturales entre
regiones. Según este enunciado los ciclos de las regiones deben ser sincrónicos.
Las expansiones de unos serán acompañadas por expansiones de los pares lo
mismo que sucederá en épocas de recesión. De esta manera, las políticas
monetarias practicadas por el Banco Central Europeo –por citar un ejemplo-
promoverán la contención para todos o el estímulo para todos según la situación
económica por la que atraviese la Zona. Pero la evidencia ha mostrado, con el
advenimiento de la crisis, que los países registran ciclos dispares, y el Banco
central no puede de forma simultanea compensar la recesión de unos países
miembros mientras observa la reticencia de los que aquellos otros que no se ven
afectados por la crisis, como ha sido el caso, con la divisoria europea de
periferia/centro, países deudores/países acreedores.
La simetría ha brillado por su ausencia, agudizada por la falta de mecanismos
de transferencia fiscal, derivadas de la inexistencia de un Tesoro único europeo,
que redistribuya los fondos hacia las regiones desfavorecidas por las dos
características antes señaladas. Para mayor contrariedad, los Pactos de
estabilidad y crecimiento estipulan la prohibición de transferencias fiscales
7 Cf. MUNDELL, R. (1961). El economista canadiense fue nombrado Premio Nobel de Economía
en 1999.
8 BOGDAN,GL.(2004) ha explicado: “La teoría de Mundell se ha mostrado irrelevante, debido a
sus supuestos irreales.” También puede verse RICCI, Luca Antonio (2008).
9 En España supone el retorno masivo de los emigrantes a sus países de origen y una población
estimada en los 400.000 efectivos de nacionales que salen de España fundamentalmente a los
países centrales de la Unión Europea.
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entre países miembros si bien los Fondos de rescate europeos debieron acudir al
salvamento de los países afectados por la deuda soberana, ya citados con
anterioridad.
Resumiendo lo dicho, una área monetaria sin Tesoro único ni autoridad fiscal
tuvo que conducir de forma obvia y natural no solo a crisis soberanas, sino
también a perpetuar sus consecuencias en forma de la fragmentación de los
mercados financieros incluso después de adoptarse las terapias correctoras. Sin
recurso individual de los países miembros a actuar sobre el tipo de cambio o los
tipos de interés y sin acceso a un Banco central prestamista de última instancia,
como ha sido el caso de otros países desarrollados –Estados Unidos, Reino
Unido, Canadá o Japón- Europa ha cargado con todas las desventajas
comparativas derivadas de estos hechos. Las regiones que se endeudan en
exceso en un área monetaria pagan primas que reflejan el riesgo de impago o de
salida del sistema, como ha quedado patente en la crisis global que estamos
glosando.
Incontinencia propia pero también fallos de concepto del marco de la Eurozona
se conjugan para llevar a su economía a una crisis sin precedentes. España, que
iba en el mismo barco, pero en peor camarote, sufre de lleno los azotes del
temporal e incluso ha tenido que ser rescatado –al menos parcialmente- ante el
eminente peligro de zozobra.