La acelga tiene su origen en el Mar Mediterráneo desde el siglo IX a.C. y ha sido consumida históricamente en Egipto, Grecia, Roma y el mundo árabe. Nutricionalmente, la acelga proporciona carotenoides, yodo, vitamina C, magnesio y otras vitaminas y minerales. Medicinalmente, ayuda a prevenir problemas oculares y digestivos, combatir infecciones, mantener un buen tránsito intestinal y regular el colesterol, entre otros beneficios.