The neutral positivist processualism in the search for sociocultural laws, the materialist dialectic that has been involved in the most significant and profound social activities of human collectives, and the interpretive hermeneutics that has approached with eloquence and fluidity to the task to look for meanings, it has formed in this first third of the XXI century an Archaeology as Active Social Science that observes with the same devotion the two patterns, or models that are the reason and substance of its scientific task: its unquestionably materialistic qualification and at the same time reflexively symbolic, and all of this owing to our specific and particularly human condition, although now all is inserted in the complex web of ideas, debates and opinions that intersect profusely in our current condition of a captivating Western Postmodernism.
El procesualismo positivista neutro en la búsqueda de leyes socioculturales, la dialéctica materialista que se ha involucrado en las actividades sociales más significativas y profundas de los colectivos humanos, y la hermenéutica interpretativa que se ha aproximado con elocuencia y fluidez a la tarea de buscar significados, han conformado en este primer tercio del siglo XXI una Arqueología como Ciencia Social Activa que observa con la misma devoción los dos patrones, pautas o modelos que son el motivo y sustancia de su quehacer científico: su carácter incuestionablemente materialista y a la vez reflexivamente simbólico reflejado todo ello en nuestra condición específica y particularmente humana, si bien recogido ahora en el complejo entramado de ideas, debates y opiniones que se entrecruzan profusamente en nuestra condición actual de un cautivador Posmodernismo Occidental.
Arqueología y Cultura: un planteamiento epistemológico en clave hermenéutica y dialéctico materialista, más nexos lógicos congruentes
1. Antonio Brunet Merino
Arqueología y Cultura: un
planteamiento epistemológico en clave
hermenéutica y dialéctico materialista,
más nexos lógicos congruentes
2. Arqueología y Cultura: un planteamiento
epistemológico en clave hermenéutica y dialéctico
materialista
Autor: Antonio Brunet Merino
Como ejemplo de arqueólogo saturado, empapado e imbuido de ideas siempre renovadas por
vocación —pues así es como me siento— deseo presentarme profesionalmente en función del
principal interés que me ha guiado durante más de veinticinco años, vinculados a la Ciencia
Antropológica chilena y universal. Con esta exposición no pretendo más que ofrecer mis
conocimientos y mi constante vinculación con la arqueología, disciplina que ha dado un sentido a
mi vida y a mi concepción del mundo y del hombre.
1.- En primer lugar, siento una especial predilección por el estudio de la Teoría en Antropología y
Arqueología. Como ejemplo de ello indico el siguiente documento que he remitido y ha sido
publicado por la revista Arqueología Mexicana Nº 60, Marzo 2003 del INAH (Instituto Nacional de
Antropología e Historia) en México:
Señores
Arqueología mexicana De
mi consideración:
Soy egresado de la carrera de Arqueología en la Universidad de Chile, en Santiago, y estoy suscrito
a vuestra excelente revista desde hace algunos años. Creo que el objetivo de divulgar y exhibir los
logros obtenidos por las culturas de Mesoamérica se cumple cabalmente a través de los artículos e
imágenes ofrecidos por la publicación. Especialmente interesante me pareció la última entrega de la
serie Historia de la Arqueología en México VII de Manuel Gándara, número 58, Noviembre-
Diciembre 2002. En dicho trabajo se exponen por primera vez los enfoques teóricos recientes (de la
segunda mitad del siglo XX) que han pretendido guiar a la investigación de la arqueología en
México, y son una alternativa a la interpretación trad icional histórico cultural o difusionista, a saber:
arqueología procesual, arqueología social marxista y arqueología posprocesual. Siempre es un
acierto que el arqueólogo tenga en sus manos una parte del conocimiento de la rica diversidad de
pensamientos y enfoques de una disciplina que discute sus propios paradigmas, y evoluciona hacia
nuevos planos de complejidad. No estaría de más realizar pequeñas aproximaciones en futuros
artículos a los postulados de, por ejemplo, la arqueología social latinoamericana, considerada el
más importante paradigma alternativo a la arqueología tradicional vigente.
Sin otro particular se despide atentamente de Uds. Antonio
Brunet Merino
Santiago de Chile República
de Chile
(Brunet A., Comunicación personal, 18 de Noviembre del 2002)
3. 2.- He diversificado además mis intereses teóricos hacia una epistemología de la Hermenéutica
(conjunto de reglas que deben seguirse para la interpretación de textos escritos, pintados, hablados
y actuados que contengan polisemia (es decir, multiplicidad o pluralidad de significados), realizados
por el ser humano).)
A esta epistemología de la Hermenéutica le he otorgado dos sentidos muy precisos:
2.1.- De análisis ontológico del Ser del Dasein (el concepto de Dasein es conferido u otorgado por
Heidegger al Ser Humano en cuanto ser-ahí). Expresa el hecho de que la existencia no se define
sólo como rebasamiento que trasciende la realidad dada en dirección de la posibilidad, sino que
este sobrepasamiento es siempre sobrepasamiento de algo, está siempre situado, está aquí.
Existencia, Dasein, ser -en-el- mundo, son sinónimos.
Nota: Concepto de Dasein, según el filósofo alemán
Martin Heidegger.
Traducción desde la lengua inglesa a la lengua española por Antonio Brunet Merino.
Para Heidegger el Dasein (el Ser Humano, el YO en la Tierra) era una manera de estar involucrado
con, y a la vez velando y cuidando por, el mundo inmediato en el cual uno vivía, en tanto se
permanecía siempre consciente del elemento contingente de aquel sentido de pertenencia al mundo,
de la prioridad del mundo para el YO, y de la naturaleza evolutiva del mismo YO. En armonía
con la crítica del Sujeto de Nietzsche, como algo definible en términos de consciencia, Heidegger
distinguió el Dasein de la consciencia de todos los días a fin de enfatizar lo que el “Ser” tiene
para nuestra comprensión e interpretación del mundo. Heidegger observó y vio como usar el concepto
de Dasein para descubrir la naturaleza primigenia del “Ser” (Sein, en lengua alemana), estando de
acuerdo con Nietzsche y Dilthey de que el Dasein siempre es un Ser-en-el-mundo: no es ni un
sujeto solo por un lado, ni tampoco el mundo objetivo de afuera por otro lado, o sea el mundo externo
al Dasein por sí solo, sino la coherencia de Ser-en-el-mundo. Esta base ontológica (es decir, una
base centrada en El Individuo) del trabajo de Heidegger se opone así de este modo al “Agente
Abstracto” Cartesiano en favor de involucrarse de manera práctica con el ambiente de uno. El
Dasein es revelado por una proyección hacia Sí Mismo y está involucrado entonces y
fuertemente conectado con un mundo personal —un proceso de nunca acabar de
involucramiento con el mundo mediante una mediación a través de los Proyectos del YO. Heidegger
consideró que el lenguaje, la curiosidad de la vida diaria, los sistemas lógicos, y las creencias comunes
obscurecen la naturaleza del Dasein de sí mismo, es decir de lo que en sí mismo es. La Elección
Auténtica significa apartarse del mundo colectivo de ELLOS (de los demás que nos rodean),
para mirar cara a cara el Dasein; la individualidad de uno; el propio y limitado espacio de vida de
uno; el propio ser de uno. De este modo, Heidegger entonces dio impulso el concepto de Dasein
para proporcionar un peldaño en el cuestionamiento de los que significa ser o existir – tener
el propio ser de uno, la propia muerte de uno, la propia verdad de uno. El Dasein tiene en sí mismo,
una distinción especial cuando es comparado con otras entidades[...] es distinguido
ónticamente (vale decir, desde una perspectiva sumamente inscrita en El Individuo)
4. por el hecho de que, en su propio SER, aquel SER es algo importante para el propio Dasein, es
decir para SÍ MISMO, como aquello que está representando LO MÁS ÍNTIMO de lo Humano en
su calidad de Dasein. En su Obra Magna llamada SER Y TIEMPO (en alemán SEIN UND ZEIT),
Heidegger forzó las diferencias Ontológicas (relacionadas con lo que denominamos habitualmente El
Individuo) entre las entidades y el ser de las entidades: “El SER es siempre el SER de una entidad”.
Establecer esta diferencia es el motivo general que atraviesa toda esta magnífica obra de Martin
Heidegger, Ser y Tiempo.
-Véase. Vid.: Dasein, definición en lengua inglesa https://en.wikipedia.org/wiki/Dasein
2.2-. También remitido a la tarea de desenmascarar las fábulas ilusorias y falsos valores de la
conciencia (Ricoeur), suponiendo un esclarecimiento de la verdadera intención y del interés
que subyace bajo toda comprensión de la realidad. Además la propia teoría hermenéutica
volcada en la exégesis (interpretación crítica) de los signos y de su valor simbólico, no son por
supuesto de ningún modo subjetivos, por el contrario, su condición sustantiva e intrínseca los
registra ordenadamente como intersubjetivos.
-Véase. Vid.: Intersubjetividad,
http://es.wikipedia.org/wiki/Intersubjetividad
El positivismo arqueológico americano o estadounidense representado por la arqueología
procesual afirma que la hermenéutica sólo es una filosofía sin valor heurístico, explicativo, incapaz
de originar nuevos principios, máximas e ideas, y de proyectar soluciones novedosas a los
problemas científicos.
-Véase. Vid.: http://es.slideshare.net/antonbrunet/ciencia-y-religin-ideologas-de-la- completitud-
37605529
En otra definición complementaria, se entiende por hermenéutica aquella corriente filosófica que,
hundiendo sus raíces en la fenomenología de Husserl y en el vitalismo nietzscheano, surge a
mediados del siglo XX y tiene como máximos exponentes a Gadamer (1900-2002), Heidegger
(1889-1976), Luigi Pareyson (1918-1991), Gianni Vattimo (nacido en 1936) y Ricoeur (1913-2005).
Ellos adoptan una determinada posición en torno al problema de la verdad y del Ser, siendo la
primera definida como fruto de una interpretación, y el Ser (mundo y ser humano) como una gran
obra textual inconclusa que se comporta de manera análoga a como lo hace el lenguaje escrito.
La validación de la Hermenéutica para la Arqueología se sostiene en que cuando los
arqueólogos interpretan objetos lo hacen asignando significado a estos objetos, significados que se
suponen son los mismos que les daban los pueblos antiguos que los habían producido y usado. La
arqueología posprocesual piensa que todos los arqueólogos proceden de la misma forma, lo
admitan o no. Incluso los arqueólogos procesuales —aseguran los posprocesuales— deconstruyen
informes de pruebas científicas asumiendo implícitamente significados y valores de los pueblos
antiguos. Sin considerar que los arqueólogos implicados se consideren a sí mismos unos
especialistas en teoría o no, los posprocesuales se han fijado en la manera en que se razona cuando
se excava, sugiriendo que se procede siempre como en un “círculo hermenéutico”.(*)
5. (*) Precomprensión y “círculo hermenéutico”.
El hecho de que no sólo los objetos de conocimiento sean históricos, sino también el hombre
mismo lo sea, nos impide valorar “neutralmente” la realidad. No existe un saber objetivo,
trasparente ni desinteresado sobre el mundo.
Tampoco el ser humano —(Dasein según Heidegger)— es un espectador imparcial de los
fenómenos. Antes bien cualquier conocimiento de las cosas viene mediado por una serie de
prejuicios, expectativas y presupuestos recibidos de la tradición que determinan, orientan y
limitan nuestra comprensión. El hombre está arrojado a un mundo que le surte de una
cultura y un lenguaje determinados (la facticidad, el hecho social y cultural, y lo real,
establecido por sí mismo y para sí mismo, por y para cada una de las sociedades y por y para
cada una de las culturas humanas) que delimita y manipula su conocimiento de la denominada
Realidad como Estructura y Configuración Occidental. Ésta no surge de la subjetividad, no es
original de cada hombre particular, sino que está condicionada históricamente, y se vertebra
en la articulación entre pasado y futuro, esto es, en una presumible Circularidad del Diálogo
entre tradiciones. La realidad siempre remite a un Proceso, a un Desarrollo en el Tiempo
(historia), a un Proyecto que nos ha sido transmitido (tradición) y que nosotros retomamos. Por
ello, entender el mundo es tomar Conciencia Histórica de la Vertebración que se Produce Entre
Tradiciones y de da Distancia que se da entre ellas (para nosotros, los autodenominados
occidentales es una evolución diacrónica al interior del Tiempo Lineal Sociocultural Occidental
localizado en conexión con el Realismo Crítico —que constituye una Filosofía de la Percepción y
una variedad del Realismo Científico— y que se define como la perspectiva que asegura que
algunos datos proporcionados a los humanos por sus sentidos son eslabones concordantes con
la evidencia existencial de esos objetos en el mundo, al exterior de la mente humana).
Esto significa que cualquier pregunta prevé su respuesta y presagiamos o anticipamos de
antemano aquello que queremos conocer, por lo que se crea cierta circularidad en la
Comprensión denominada “círculo hermenéutico”, criticada por la ciencia positivista y la lógica
clásica como un error o petición deprincipio.
Se comprende mediante la comparación de lo que se necesita entender con algo que ya se
conoce. Entender es circular; se está siempre en un “círculo hermenéutico” o de “interpretación.”
Una frase, por ejemplo, es una unidad de entendimiento. Las palabras se entienden con relación
al significado de toda la frase. El significado de la frase depende del significado de las palabras
individuales en la frase. Un concepto deriva su significado del contexto donde se encuentra, pero
el contexto está formado por los elementos a los cuales da significado. La lógica no es suficiente
para el entendimiento (León, 2009: pássim).
Heidegger define sentido de la siguiente manera: “Sentido es el horizonte del proyecto,
estructurado por el haber-previo, la manera previa de ver y la manera de entender previa,
horizonte desde el cual algo se hace comprensible en cuanto algo” (cf. Heidegger. 2003: §32.
150).
6. El sentido es aquello en base a lo cual podemos comprender algo en tanto que algo, aquello
hacia lo que se proyecta la existencia humana y desde lo cual es posible comprender mejor a los
entes, hacerse cargo de ellos como algo determinado. Es una estructura del hombre en tanto
que Dasein, no es algo que esté adherido a los entes, u oculto detrás de ellos, ni flotando en
algún espacio ideal. En ese “hacia dónde” ya está dado por anticipado lo que se comprende, de
las siguientes maneras: lo que se interpreta se posee ya de antemano, recortado o perfilado de
una cierta manera y acompañado de una cierta conceptualización (León, 2009: pássim).
Si la interpretación dentro de lo ya comprendido se nutre de ello, entonces se mueve en un
círculo. Pero no se trata de un círculo vicioso, sino de un círculo hermenéutico. Es decir, no es un
círculo que haya que eliminar del saber, como aspiran a hacerlo algunos historiógrafos
positivistas, sino un círculo en el que hay que entrar de manera adecuada. Lejos de hacer
caducar “las cosas mismas”, (una propuesta del fenomenólogo Edmund Husserl), conlleva, según
Heidegger, la exigencia de legitimar la interpretación desde las “cosas mismas”, vale decir, desde
La Existencia Humana Misma. Esta precomprensión de las cosas produce una circularidad
natural en la comprensión que va de lo incomprendido a lo comprendido, y que ha sido
denominada “círculo hermenéutico”. Por ejemplo, para responder a la pregunta: “¿Qué es una
obra de arte?”, es necesario saber previamente qué es el arte; ahora bien, ¿cómo conozco éste si
no reconozco las obras? El círculo hermenéutico no es exactamente un límite o un error del
conocimiento (como condenaría la lógica clásica y el pensamiento científico) sino algo
intrínseco al hombre e inevitable, pero que se constituye como una oportunidad que nos permite
conocer el todo a través de las partes y viceversa (León, 2009: pássim).
La primera, constante y última tarea de la “interpretación” consiste en no dejar que el haber
previo, la manera previa de ver y la manera de entender previa le sean dados por simples
ocurrencias y opiniones populares, sino en asegurarse el Carácter Científico del Tema mediante
la elaboración de esa estructura de prioridad a partir de las cosas mismas. (León, 2009: pássim).
3.- Deseo reconsiderar la constatación epistemológica de los presupuestos del materialismo
histórico (que trataré en otro momento) y de manera preferencial de la segunda y la primera leyes
de la dialéctica materialista precisamente en ese orden. En el primer caso —muy breve— referido
solamente a la Evolución de la Cultura y en el segundo caso –más extenso–en conexión con el
Escrutinio Global de su Contradicción. Del dinamismo interno de la segunda ley dialéctica
materialista, se nutrieron por ejemplo las socioculturas prehistóricas tardías y protohistóricas
tempranas del Cercano Oriente a través de la evolución de pequeños avances cuantitativos que
se acumularon en torno a segmentos coordinados reconocidos como fenómenos culturales:
3.1.- nomadismo - sedentarización
3.2.- domesticación de animales
3.3.- domesticación de plantas o vegetales
3.4.- paso de la aldea a la ciudad
7. y fueron seguidos de cambios revolucionarios cualitativos de acuerdo con las propuestas de
Revolución Neolítica y Revolución Urbana por el arqueólogo australiano
V. Gordon Childe (segunda ley: paso de la cantidad a la cualidad). Asimismo, la ley de la
interpenetración de los opuestos (primera) y la ley de la negación de la negación (tercera) permite,
según Engels, explicar los cambios socioculturales. Tomemos ahora la primera ley de la dialéctica
materialista formulada en la “relación dialéctica” entre ser humano y objeto de su trabajo lo que
significaría que “el ser humano se produce a sí mismo mediante el trabajo”, es decir, que el ser
humano hace el trabajo (la cultura
—“trabajo ejercitado por el individuo”— tiene un sentido antropológico; es la antropología la luz
que científicamente ilumina su origen, evolución, reproducción y persistencia permitiendo al
individuo pensar sobre sí mismo y ‘desengañar’ o reconocer el ‘error’ en su calidad de actor social,
o lo que es lo mismo desmistificar o clarificar la realidad del mundo sociocultural que le sirve de
hábitat) y el trabajo hace al ser humano (réplica a la lucha por la fusión e identificación entre
estos opuestos: las culturas
—“trabajos ejercitados por la colectividad”— son a su vez portadoras de humanidad, mediante la
actividad de las comunidades que presionan por la enculturación de todo mamífero humano
inmerso en su seno). De esta manera, podemos inferir que el Ser Humano por compenetración y
contradicción (**) se hace a sí mismo por medio de la Cultura, una creación suya. La síntesis
obligada y llevada aquí a su perfección es entonces la resultante de la disputa, contienda o
discrepancia pertinaz entre desmistificación y enculturación, que produce al final la Cultura
Autocreada. Es en este momento cuando los opuestos se resuelven en una forma superior y el
Humano se transmuta o se transforma en un auténtico Ser Especie.
(**) nulificándose esta contradicción de forma únicamente fragmentaria pues el humano puede
tomar conciencia de la contradicción incrustada como Paradoja de la Cultura: se es ‘engañado’
para convertirse en humano, más cuando el entendimiento es iluminado por la ciencia se
observa en ese instante la emancipación total del ‘misterio’ y con ello la liberación absoluta del
‘error’
En este acoplamiento o compatibilidad, la primera ley junto con interpretar un cambio del
propósito de los individuos hacia el fenómeno, la manifestación o la apariencia de la Cultura, nos
aclara el porqué de la existencia y del entrelazamiento de esta. La avenencia de la Cultura tiene
también inesperadamente un compromiso evolutivo supeditado a la segunda ley, con una noción
indispensable para comprenderla en última instancia: el concepto de sinergia.
La tercera ley de la dialéctica materialista, la negación de la negación, expresa la idea del desarrollo.
Es una ley más brumosa o nebulosa que entra en ciertos entornos o espacios borrosos, o que
muestran ciertas manifestaciones de diferencia, desemejanza, o variedad, con los esquemas
paradigmáticos marxistas habituales de la ciencia arqueológica y de la antropología socio-cultural,
(***)
8. (***) entendidos estos esquemas como ampliación, validación y aceptación del materialismo
histórico de Marx que declara y explica epistemológicamente el conflicto de clases —como
motor de la historia— en el interior del modo de producción capitalista con sus antagonismos y
sus desigualdades a través de un pensamiento crítico no valórico, llamado así por constituir una
precisa forma de ejercicio cognitivo que sin ingresar al ámbito de los valores exige un
conocimiento del mundo y de nuestras propias existencias para su transformación. Ya en el
siglo XX, continúan esta labor otros intelectuales marxistas o marxianos con los demás modos
de producción humanos que antecedieron al capitalismo y que se concatenan o enlazan en el
devenir de la historia occidental uno después deotro
—otorgando la razón sin embargo a un proceso socio-evolutivo multilineal— conduciendo al
cambio histórico a pesar de tener una base inicial de tipo evolucionista eurocéntrica,
permitiendo articularse adecuadamente sin embargo, bien sea para penetrar las Sociedades
Prehistóricas y las Altas Culturas Antiguas o los Colectivos Etnográficos actuales.
pues remite a una predicción que en su estado final de evolución social multilineal es más o menos
utópica (Castro,1993:646-650). Marx realiza confiadamente la exposición de una sociedad sin clases
y sin Estado coercitivo; de una nueva humanidad que ha de vivir en un comunismo finalista
autosuficiente y definitivo, en una suerte de aproximación evolutiva convergente hacia el
igualitarismo idealizado inicial representado por la banda cazadora-recolectora primordial, si bien
esta progresión o perfeccionamiento se produce ahora en un nivel más alto. De acuerdo con esta
concepción, la tercera ley plantea que en lugar de un círculo cerrado en el que los procesos se
repiten continuamente, el movimiento a través de contradicciones sucesivas lleva en realidad al
desarrollo, de simple a complejo, de inferior a superior, pues los procesos no se repiten
exactamente de la misma manera, a pesar de que pueda parecer lo contrario.
De este modo, la tercera ley de la dialéctica materialista considera cualquier proceso fundamental
de la sociedad y la historia no como un círculo cerrado, en el que el mismo proceso simplemente se
reitera en un ciclo mecánico sin final, sino como una especie de espiral abierta de desarrollo, en la
que nada se recapitula nunca de la misma manera desde el comunismo primitivo hasta el
comunismo final. (****)
(****) esta formulación de categorías evolutivas, que intentan o emprenden un desarrollo en
espiral de los procesos dialéctico-materialistas históricos y socio- culturales es, ciertamente, un
aporte valioso y estimulante entre los productos intelectuales del pensamiento de Marx y Engels
4.- Quiero involucrar por el momento al empirismo, —solo un ejemplo: la experiencia del
arqueólogo procesual en el quehacer de la traducibilidad etnoarqueológica — (*****)
(*****) un breve enfoque u orientación del trabajo científico del procesualismo se expone en la
definición de Empirismo.
como la metodología mediana, regular, razonable o suficiente para la arqueología a pesar de sus
rasgos atomistas y a-históricos. (******)
9. (******) una entrega cognitiva de estos elementos más completa y acabada se ofrece en la
definición de Etnoarqueología.
Junto al empirismo destaco la labor métodológica de la hermenéutica (interpretación del
Significado y de todo Valor Inscrito en el Símbolo, para intentar alcanzar a incorporar primero, y
percibir luego, intersubjetivamente, una Comprensión que logre la intención y el interés volcados
hacia la Constitución, aunque sea Parcial, de una Realidad, de tal manera que esta sea satisfactoria
para un especialista en Ciencias Sociales y Humanas), ocupando el marxismo (materialismo
histórico con todo su contenido e implicaciones, y el evolucionismo de la segunda ley materialista
dialéctica) y la propia hermenéutica el papel de Teoría de la Arqueología. Por cierto, valoro también
el quehacer de las ciencias que colaboran con la Arqueología y sus métodos de indagación en los
yacimientos y en el laboratorio.
5.- Acepto con decisión que la ciencia (y junto a ella la técnica o tecnología) es también en sí misma
una ideología —de acuerdo con los teóricos sociales marxistas de la Escuela de Frankfurt—
retroactuando con las condiciones históricas concretas que le dan origen y justificando una
determinada visión socio-cultural del mundo. Es precisamente la pretensión de la ciencia de
constituirse en metadiscurso verdadero por encima de las ideologías, saberes y opiniones
particulares la que la constituye como ideología dominante. Aún así, y a pesar de cierta arrogancia
en este enunciado, yo postulo que la ciencia a diferencia de otras ideologías establece un diálogo
crítico con la realidad, sin importar cuál sea el énfasis en la diversidad de interpretaciones que
abarca el concepto de lo real.
6.- Por último, me he puesto al día en Arqueología, gracias a la suscripción a publicaciones
periódicas como Latin American Antiquity, Revista Española de Antropología Americana, Chungará,
Estudios Atacameños y multiplicidad de libros que afortunadamente dispongo en mi biblioteca
privada.
Definición de términos complejos
Polisemia = muchos significados.
Semiótica = es la disciplina que estudia el signo y aborda la interpretación y producción del
sentido. Esto es, analiza los fenómenos, objetos y sistemas de la significación, de los lenguajes y de
los discursos y los procesos a ellos asociados: es decir, la producción y la interpretación. Toda
producción e interpretación del sentido constituye una práctica significante, un proceso de semiosis
que se vehiculiza mediante signos y se materializa en textos. La semiosis consist e en la
producción de signos o la forma en que éstos operan para producir significados, es decir, la
semiosis es cualquier forma de actividad, conducta o proceso que involucre signos, incluyendo la
creación de un significado. Es un proceso que se desarrolla en la mente del intérprete; se inicia con
la percepción del signo y finaliza con la presencia en su mente de la cosa, o del constructo o del
objeto del signo. El estructuralismo antropológico mentalista y materialista del antropólogo franco-
belga Claude Lévi-Strauss llevó a cabo una aportación a la Teoría Semiótica al plantear la existencia
de ciertos patrones o constantes en las estructuras profundas del pensamiento antropológico
humano.
10. Lévi-Strauss, en su análisis estructural del mito de Edipo, consideraba que había una organización
de contenidos que podía ser formulada por categorías binarias de oposiciones, a través de un
análisis paradigmático. Los avances de los lingüístas en el campo de la fonología representaban
para Lévi-Strauss una revolución científica que ponían en la atención de las disciplinas sociales un
cambio de enfoque.
Revelaban la existencia de una estructura inconsciente que subyace a los fenómenos
conscientes, cuyos elementos deben ser abordados desde la perspectiva de sus relaciones,
mediante un auténtico análisis científico explicativo. De esa manera, los antropólogos
sociales deberían aspirar a formular o leyes o paradigmas generales con validez intercultural.
En definitiva, el enfoque semiótico responde pues al siguiente interrogante: ¿Por qué y cómo en
una determinada sociedad algo —una imagen, un conjunto de palabras, un gesto, un objeto, un
comportamiento, etc. — significa?
http://www.monografias.com/trabajos37/semiotica/semiotica.shtml
Epistemología = es la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento científico.
Dicho de otro modo, es todo lo relativo al conocimiento en las ciencias y a la filosofía elegida que lo
hace posible. La epistemología, como teoría del conocimiento, se ocupa de las circunstancias que
rodean la obtención de este, y de los criterios por los cuales se le justifica o invalida.
Heurística = relativo a la invención de procesos explicativos para abordar con creatividad los
problemas que van emergiendo. Incluye la elaboración de principios, reglas, estrategias y
programas que faciliten la búsqueda de vías de solución a problemas científicos. Una teoría
científica tiene un alto valor heurístico si es capaz de generar nuevas ideas o inducir nuevas
invenciones.
Exégesis = concepto que involucra una interpretación crítica y completa de un texto. Por ejemplo:
Una exégesis de signos.
Intersubjetividad = se dice que existe intersubjetividad entre aquellas personas que acuerdan un
determinado significado o una determinada definición de una situación. Para la epistemología y la
metodología de la Ciencia Occidental, especialmente en las Ciencias Sociales, como la antropología
y la arqueología, la reflexión sobre la posibilidad o imposibilidad de un enfoque objetivo lleva a la
necesidad de superar la oposición entre objetividad (la de una inexistente ciencia “pura” que no se
contamine con el científico) y subjetividad (implicada en los intereses, ideología y limitaciones de
éste) con el concepto de intersubjetividad, que obliga a considerar la tarea del científico como
un producto social, inseparable del resto de la Cultura Humana en un sentido antropológico de
esta, en diálogo con los demás científicos y con la sociedad entera. Es, entonces, tanto en los
Congresos Científicos, como en las Actividades Universitarias de Extensión a los Ciudadanos de una
Nación, donde se expone sin restricciones aquello que la Concordancia Intersubjetiva de la Ciencia
ha logrado ejecutar.
Desmistificar = eliminar el misterio que rodea a alguien o a algo.
11. Conciencia = conocimiento que le permite a una persona percibirse a sí misma en el mundo.
Positivismo = manera de pensar que se sostiene en el postulado de ideas científicas, formuladas
como hipótesis solamente calibradas en experimentos saturados de la rigurosidad o precisión que
exige la ciencia positiva minuciosamente controlada, o bien ajustadamente sometida al laboratorio,
y apelando al recurso fundamental de la lógica y la matemática.
Arqueología procesual = es la arqueología positivista o empirista americana o estadounidense.
Arqueología posprocesual = a diferencia del procesualismo, reniega de la capacidad de alcanzar
verdades absolutas por medio del método de la ciencia, asegurando que cada investigador lleva a
cabo su trabajo, no sólo desde un paradigma, sino también fuertemente influido por sus
circunstancias personales y su experiencia vital y laboral. Si consideramos que en la arqueología de
campo cada fenómeno es singular, por más que comparta con otros ciertos rasgos comunes, y,
sobre todo, si aceptamos que cada yacimiento es único, su estudio, su excavación nunca puede ser
equiparada a un experimento de laboratorio, pues es un proceso destructivo e irrepetible. La
arqueología se convierte, entonces, en un procedimiento relativo cuyo método no sólo consiste en
analizar los restos procedentes de una excavación, sino también las actitudes y opiniones que
suscita. Este enfoque es radicalmente opuesto al procesualismo, ya que reconoce que cada
miembro del equipo puede, y debe, brindar su diferente interpretación de los hechos, construyendo
el pasado intersubjetivamente. Los posprocesualistas defienden la validez de ciencias como la
Historia (o sea, la Historiografía). Contrariamente a lo que podría suponerse, los estudios
posprocesualistas no carecen de mérito científico. Paradójicamente ellos sugieren que el protocolo
debe seguirse lo más fielmente posible: los procedimientos científicos deben ser respetados porque
la experiencia indica que el método permite avanzar (no siempre en la dirección adecuada). Aunque
eso no hace que se elimine el relativismo: en esto no aceptan el falsacionismo popperiano, se puede
contrastar una hipótesis favorablemente muchas veces, y, por supuesto, no basta una neg ativa
para refutarla. Esto no quiere decir que todo valga. El posprocesualismo comparte un nuevo
acercamiento al Historicismo Cultural (cauteloso, eso sí), gracias a que este dispone de herramientas
de trabajo de campo, para períodos remotos, más potentes que el procesualismo, al que califica de
más enfocado en la interpretación teórica, y en recurrir a las comparaciones etnográficas
tradicionales (censurándolo incluso por descuidar y relegar su propia etnoarqueología) y a los
escritos de aventureros o viajeros occidentales para interpretar el pasado, pero no a la Historia.
Arqueología histórico-cultural o difusionista = la arqueología tradicional nació en el marco de
una Europa colonialista, lo que condicionó su forma de interpretar los aspectos culturales. Los
europeos enseguida asignaron a ciertos puntos geográficos el papel de núcleos histórico-culturales
difusores de los que partían todas las grandes innovaciones. Es lo que se ha llamado difusionismo.
Paradigma = modelo o patrón que guía a la investigación en cualquier disciplina científica
12. Enculturación o Endoculturación = es el proceso mediante el cual una cultura establecida
enseña a un individuo, con la repetición, sus normas y valores creados, de tal forma que el individuo
pueda convertirse en un miembro aceptado de la sociedad y encuentre su papel adecuado.
También establece un contexto de límites y formas correctas que dictan que es apropiado y que no
es apropiado en el marco de una sociedad. Este proceso se desarrolla tanto desde la niñez hasta la
vida adulta y puede ser consciente o inconsciente.
Empirismo = es toda teoría o metodología que considere que la experiencia es el origen del
conocimiento. La disposición por hallar un método adecuado para dirigir el pensamiento fue uno de
los intereses principales tanto del racionalismo como del empirismo. La diferencia entre ambos
estriba en que, si para los racionalistas el modelo ideal de método era matemático y deductivo, para
los empiristas debía ser experimental e inductivo. Para los empiristas la ciencia no puede basarse
en hipótesis o presupuestos no contrastados con la experiencia. El filósofo alemán Immanuel Kant
(1724- 1804) realizó una tesis en el siglo XVIII que supone una síntesis entre el racionalismo y el
empirismo. El procesualismo arqueológico solamente tiene sentido cuando todo estudio profundo
del material arqueológico parte de una idea previa cuya finalidad es dirigir la investigación. En
arqueología procesual se hace imperioso entonces agregar un método hipotético-deductivo a la
conexión organizada de la información obtenida de los hallazgos materiales de el o los yacimientos
arqueológicos estudiados, y la idea previa enunciada en consecuencia como guía de la investigación
—es decir, vincular o relacionar a través del método hipotético - deductivo la idea anticipada que
conduce la investigación, con el registro arqueológico localizado en el o los yacimientos — y
verificarla con el proceso de la traducibilidad etnográfica que suministra o prepara el dato o el
principio inductivo pretendido, afirmado o postulado a partir de la experiencia etnoarqueológica,
cuyo corolario es el originar y alimentar la Teoría de Alcance Medio. Todo esto debería permitir —
según los procesualistas— ampliar la relevancia del conocimiento científico de la disciplina.
Metadiscurso = es el discurso que habla de sí mismo, que se toma a sí mismo como objeto y
tema.
Sinergia = acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos
individuales. Un entramado dialéctico sinergia-holismo puede definirse dialécticamente en que no
sólo o simplemente los todos son más que la suma de sus partes, lo que ocurre es que aquellas
partes se han vuelto cualitativamente nuevas al ser o siendo partes del todo.
Traducibilidad = es la extrapolación a las sociedades del pasado, del comportamiento de los
pueblos etnográficos actuales llamados también preindustriales o de tradición oral, pues no
producen a primera vista ningún tipo de escritura simbólicamente comunicable a nosotros los
occidentales, y sus presuntas codificaciones —si las poseen— son inalcanzables y aún no las hemos
logrado comprender.
Utopía = concepto que se refiere a la representación de un mundo ideal que se presenta como
alternativo al mundo social en el que vivimos, mediante una crítica dura de este mundo, que es real
para nuestros sentidos, conformado por seres humanos existiendo y cohabitando en colectividades
y agrupamientos socioculturales (Castro, 1993:646-650).
13. El término fue concebido por el filósofo social y humanista inglés Thomas More, castellanizado
como Tomás Moro (1478-1535). El origen etimológico de ‘Utopía’ no fue del todo explicitado por
Moro, pero deja entrever un doble juego de significados, ambos del griego. Por un lado, un ‘no
lugar’ = ‘lo que no está en ningún lugar’, y por otro lado, un ‘buen lugar’ (Ibid, 1993:646-650).
Etnoarqueología = es una disciplina que se encarga de realizar estudios de cultura material de
comunidades preindustriales contemporáneas, con una visión eminentemente arqueológica. Para el
procesualismo se planteaba aquí algo novedoso que era buscar principios generales que
conectaran el comportamiento humano con la cultura material y obtener conclusiones que no
dependieran exclusivamente del campo teórico de la antropología socio-cultural, dando origen y
alimentando con datos a las Leyes o Teorías Arqueológicas de Alcance Medio. Para el
posprocesualismo se pretendía una expansión en cuanto al rango de interés de la Etnoarqueología
sobre todo porque se sostenía que ella ampliaba su Órbita de la Cultura más allá de los aspectos
tecnoeconómicos y apuntaba al entendimiento de niveles mayores de complejidad, intentando
discernir los correlatos materiales de los aspectos cognitivos, sociales e ideológicos. Se trataba de
un modelo presuntamente más generalista que pretendía abarcar todas las manifestaciones
materiales posibles de una sociedad humana determinada. Dentro de este nuevo marco conceptual
la Etnoarqueología no se interesaba por explicar en el sentido procesual del término (o sea
entender la observación o proceso como resultado de una ley o de algún otro modelo teórico
universal) sino que trataba de Interpretar el Significado para la sociedad que lo produjo. En
ambos casos era un enfoque traducible, pero además específicamente en el procesualismo
científico, era atomista (inductivista tecnoeconómico), a-histórico (enfocado en peculiaridades
complejas —fundamentalmente el inductivismo tecnoeconómico—) que caracterizaba a una
sociedad suspendida en un tiempo presente que para beneficio o rendimiento de la arqueología
procesual no poseía un curso libre, que estaba al margen del fluir del tiempo, configurando una
totalidad invariable y constante que solo pretendía cosechar fines y elaborar efectos o resultados
para alimentar la Teoría de Alcance Medio) y sincrónico pues se desarrollaba en perfecta
simultaneidad o coexistencia con otro proceso o causa, a saber: el ocurrir, acontecer o suceder
sociocultural del pueblo vivo que era objeto de estudio etnoarqueológico por el investigador.
En la etnoarqueología posprocesual, según se afirmaba, el arqueólogo solamente interpretaba el
contexto de una comunidad humana viviente y lo reivindicaba adjudicándose íntegramente lo
material y lo simbólico de ella al mismo tiempo. Aquí el método científico procesual —cuya
proximidad con las ciencias de la naturaleza es indiscutible— no se sostenía y carecía
absolutamente de sentido. Sin embargo, han surgido también fuertes críticas contra los
arqueólogos posprocesuales que en sus trabajos etnoarqueológicos más recientes el énfasis en lo
social los ha llevado a olvidar evidentemente los aspectos más puramente materiales de la
existencia.
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16. Vease. Vid. Adenda al artículo anterior, Arqueología y Cultura: en este caso, un ejemplo
divergente inscrito en la Teoría Arqueológica Argentina del siglo XX.
Un ejemplo de búsqueda epistemológica alternativa en la Arqueología Argentina: la
influencia intersubjetiva proporcionada por los fundamentos teórico-paradigmáticos del
filósofo español Ortega y Gasset en la investigación arqueológica de la Provincia de San Juan,
Argentina, durante la segunda mitad del siglo XX.
(Véase). Vid. en: Catalina Teresa Michieli, 2000. http://www.ub.edu/geocrit/sn-70.htm
Las distintas escuelas teórico-metodológicas de la arqueología siempre han aceptado la
importancia de la Geografía, como de otras ciencias humanas y sociales, en la elaboración de sus
investigaciones. Sin embargo, la misma siempre ha tenido una característica de auxiliar. La Escuela
Histórico-Cultural sólo prestaba atención a la distribución geográfica de tipos y conjuntos de
artefactos para estudiar su difusión y migración a fin de establecer áreas culturales. El Funcionalismo
incorporó la idea de que la cultura era el sistema adaptativo por el cual la sociedad respondía ante
una influencia externa, de índole Geográfica o Social, estableciendo modelos transmitidos. Por
último, la Escuela Positivista Americana —o estadounidense— conocida como “Nueva
Arqueología”, que primó en los estudios arqueológicos de las últimas cuatro décadas del siglo XX,
avanzó en este concepto e incluyó la idea de que la cultura es un medio extrasomático de
adaptación humana (Trigger, 1992).
Los principios de esta escuela han llevado a que los trabajos arqueológicos americanos
—o estadounidenses— de los últimos años intentaran poner énfasis en el estudio de los cambios
dentro de los sistemas culturales, estableciendo que el objetivo de la arqueología era
exclusivamente explicar los cambios producidos en las culturas arqueológicas en términos de
procesos culturales (de allí su apelativo de “arqueología procesual”), dejando de lado la idea de
innovación e inventiva humana y quitándole importancia a la reconstrucción del pasado histórico
(Trigger, 1992). La Geografía sólo interesaba en cuanto un cambio en ella significaba un impulso de
cambio para el Sistema Cultural.
A diferencia de la tendencia dominante, la investigación arqueológica que se ha realizado desde
mediados de la década de 1960 del siglo XX en San Juan, Argentina (Gambier, 1993, p. 5), tiene
como fundamentación teórica las Ideas Desarrolladas por el Filósofo Español José Ortega y Gasset
en cuanto a que el hombre no se resigna a simplemente acontecer o estar en el mundo; si no
puede satisfacer sus necesidades, produce lo que No Estaba en la Naturaleza (o ‘circunstancia’)
modificando o reformando esta circunstancia por medio de actos técnicos. La Técnica es por lo
tanto Lo Opuesto a la Adaptación Humana al Medio; es la Adaptación del Medio al Sujeto
(Ortega y Gasset, 1968, pp. 22-28).
La idea de que la circunstancia, tanto Geográfica como Histórico-Social, fue aprovechada o
modificada de diferentes maneras por los distintos poblamientos humanos prehispánicos de la
provincia de San Juan, Argentina, ha permitido investigar, realizar u ofrecer una nueva interpretación
de la relación que los asentamientos del Imperio Incaico tenían entre sí y cómo se articulaban con
los sitios de poblamiento nativo bajo su dominio (Michieli, 2000).
17. Consideramos que esta interpretación supera el conocimiento tradicional que estudiaba los sitios
arqueológicos en forma aislada, sin tener en cuenta las características del marco espacial e
histórico—social donde estaban insertas (Michieli, 2000).
Bibliografía
Gambier, Mariano (1993) Prehistoria de San Juan, San Juan: EFU, 110 pp.
Michieli, Catalina Teresa (2000) Tambos incaicos del centro de San Juan: su articulación
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Barcelona [ISSN 1138-9788]. Nº 70.
Véase. Vid.: http://www.ub.edu/geocrit/sn-70.htm
Ortega y Gasset, José (1968) Meditación de la técnica, 6a ed. Madrid: Revista de
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Trigger, Bruce G. (1992) Historia del pensamiento arqueológico, Barcelona: Crítica, 476 pp.