Previo Kant decía que no se debía hablar de la valía del hombre, sino de su dignidad, ya que cualquier valor es mesurable y puede entrar en el cálculo comparativo. Esta reflexión tiene importancia porque nos hace advertir la trascendencia del hombre más allá de los valores prácticos El hombre no queda subordinado a otro por el contrario todos los valores le son subordinados.

1. El VALOR DE
LA PERSONA
Equipo 1
Mariana Hernández
Claudia Belmonte
Gabriela Jiménez
Irving Cárdenas
Guillermo Maldonado

2. PREVIO
 Kant decía que no se debía hablar de la valía
del hombre, sino de su dignidad, ya que
cualquier valor es mesurable y puede entrar
en el cálculo comparativo. Esta reflexión tiene
importancia porque nos hace advertir la
trascendencia del hombre más allá de los
valores prácticos
 El hombre no queda subordinado a otro por el
contrario todos los valores le son
subordinados.

3. 4.1 descubrimiento histórico del
valor de la persona.
 En casi todas las culturas encontramos en
sus códigos legales culturales o religiosos, la
demanda de no transgredir la vida y proteger
los derechos. Ciertamente esta preeminencia
no siempre ha sido reconocida por todos ni
para todo el hombre.

4.  Al estar todos representados en el derecho
advertimos a nuestra igualdad fundamental y
nuestra condición de seres humanos libres
porque sin estas condiciones no podría
satisfacer el derecho en el que todos estamos
incluidos

5. 4.2 la experiencia del valor de la persona
 Cada persona intuye el valor de su propia
vida, de su ser y de su existencia como valor
supremo, al menos para ella misma. Cuando
logra proyectar ese valor a los demás,
descubre la preminencia de la otra persona,
así llega a darse cuenta de que el otro vale
tanto como él.

6. 4.3 fundamento antropológico de la
preminencia universal
 El respeto a los derechos de uno corresponde
a obligaciones por parte de los otros.
Respetar al hombre significa también respetar
el entorno en el que vive, y dar valor al
mundo y a los seres vivos.
 El respeto de la persona exige también el
respeto de lo que la persona pertenece en
primer lugar, sus cualidades personales y
después su bienes temporales.