La inflamación crónica se caracteriza por un proceso inflamatorio de larga duración con signos de inflamación activa, destrucción tisular y intentos de reparación. Histológicamente presenta infiltración de células mononucleares como macrófagos y linfocitos, así como destrucción tisular inducida por estas células. La reparación implica angiogénesis, fibrosis y sustitución del tejido destruido por tejido conectivo a través de la acción de factores de crecimiento.