La LOMCE afecta negativamente al profesorado de varias maneras: causa la pérdida de empleos fijos e interinos, invade la libertad metodológica de los profesores, introduce pruebas externas que ignoran el esfuerzo del profesorado y pueden reducir hasta 2,500 puestos de trabajo, y otorga más poder a los directores en detrimento de la participación democrática.