El reinado de Isabel II (1833-1868) fue un periodo de transición de la monarquía absoluta a un Estado parlamentario y burgués en España. Hubo dos regencias, la guerra carlista (1833-1839), y cuatro constituciones promulgadas. El carlismo representó la defensa del Antiguo Régimen frente a los liberales y su guerra civil buscó extender la rebelión desde el País Vasco, aunque terminó con el Convenio de Vergara en 1839.