Este documento discute la importancia de un diseño curricular articulado por problemas y procesos que se centre en el estudiante. Argumenta que el maestro debe diseñar situaciones de aprendizaje motivadoras basadas en problemas reales para que los estudiantes desarrollen habilidades a través de la investigación y la reflexión. Finalmente, concluye que un currículo efectivo debe integrar enfoques por procesos y problemas para fomentar el desarrollo humano.