Los argentinos consumen el doble de sal recomendado por la OMS, con un promedio de 12 gramos diarios frente a los 5 gramos recomendados. Para alcanzar esta cantidad saludable, se debe reducir casi a la mitad el consumo actual de sal mediante cambios en los hábitos alimenticios y el uso de sal yodada. El exceso de sal es un factor de riesgo para la hipertensión y enfermedades cardíacas.