La Escuela Nueva surge a inicios del siglo XX como respuesta a las necesidades de la industrialización y la escolarización masiva. Promueve principios como el aprendizaje activo, la individualización, centrarse en los intereses del niño (paidocentrismo), y una educación más práctica y menos formal e intelectualista. La Escuela Nueva busca que la escuela esté más cerca de la vida real y se enfoque en el desarrollo del niño más que en la transmisión de conocimientos.