c3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptx
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1. Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de México
Integrantes
Jhovany Martínez Coronel
Estefanny Denisse Castillo Villanueva
José Emmanuel Martínez Sánchez
2. 50 gramos de zanahorias
50 gramos de chile jalapeño o serrano entero
1 cebolla pequeña (de aprox. 100 gramos / 3.5
onzas)
2 cucharadas soperas de aceite vegetal
2 dientes pequeños de ajo
1 taza (1/4 de litro) de vinagre blanco
1/3 de taza de agua
dos ramitos pequeños de tomillo
1/2 cucharadita de orégano o mejorana fresca o
deshidratada
2 hojas de laurel
1/2 cucharadita de sal
3. Tener impecablemente limpios y listos dos frascos de cristal con tapa
hermética de 1 taza (1/4 de litro) cada uno.
Pela la zanahorias y córtalas en rebanadas de un poco menos de
medio centímetro de grueso.
Si los chiles están chicos, tienes la opción de dejarlos enteros; si
prefieres rajas, quita los tallos y corta los chiles en tiras del tamaño
que desees.
Corta la cebolla en rodajas de medio centímetro de grueso y separa
los arillos.
En una sartén calienta el aceite. Fríe las rebanadas de cebolla y los
dientes enteros de hago (pelados) durante 3 o 4 minutos a fuego
medio, moviendo frecuentemente para que no se doren. Añade las
rebanadas de zanahoria y sigue friendo y moviendo durante otros 4 o
5 minutos.
Agrega los chiles enteros o en rajas y sigue el mismo procedimiento
(sofriendo y moviendo frecuentemente) durante 3 o 4 minutos
adicionales. Nota importante: no te pares de tal modo de que tu cara
esté encima de la sartén para que no te entre a la nariz y ojos el vapor
o el humo de los chiles (situación muy dolorosa).
4. Vierte a la sartén el vinagre y el agua. Deja que todo hierva
suavemente durante algunos minutos hasta que las rebanadas
de zanahoria se puedan traspasar con un tenedor pero sin que
estén blandas. Si tuvieras duda sería mejor cocerlas muy poco
que pasar de cocción, pues si las zanahorias y chiles se
suavizan demasiado se desmoronarán de una forma
desagradable en el momento de servirlos.
Agrega las hierbas y la sal, moviendo la mezcla para que todo
quede combinado. Quítalo del fuego y permite que se enfríe un
poco para poder manejarlo más fácilmente.
Transfiere todo a los frascos de vidrio preparados,
asegurándote de distribuir los ingredientes equitativamente
entre los dos; es decir, que cada frasco contenga un diente de
ajo, una hoja de laurel y la mitad de los demás elementos.
Tapa los frascos y deja que se enfríen a temperatura ambiente.
Guarda los frascos en el refrigerador, en donde se conservarán
bien durante varias semanas. Los chiles pueden consumirse
inmediatamente, pero para un mejor sabor espera algunos días
antes de abrir los frascos y servirte.