Serguéi Diaghilev fundó los Ballets Rusos en 1909 para mostrar el arte ruso en Europa. Aunque no tenía talento artístico, tenía un don para descubrir el talento de otros y producir espectáculos innovadores que combinaban danza, música, arte y diseño. Los Ballets Rusos sorprendieron al público europeo con su vanguardismo y colaboraron con muchos artistas famosos. Diaghilev continuó dirigiendo la compañía hasta su muerte en 1929, revolucionando el ballet y abriendo el camino para futuros coreógra
2. Los famosos Ballets rusos fueron obra del
productor ruso Serguéi Diaghilev. No tenía talento
ni como pintor ni como compositor musical ni
como coreógrafo. Sin embargo, tenía un don para
descubrir el talento y una pasión por el arte y
descubrió nuevas maneras de desarrollarlo, que
todavía son relevantes en la actualidad.
Aunque estudió Derecho, desde su juventud
Diaghilev era asiduo a conciertos, espectáculos y
presentaciones de exposiciones. En 1898 creó con
sus amigos Alexandre Benois, León Bakst, Valentín
Serov y otros la revista Mir iskusstva (Mundo del
arte) para renovar el arte ruso. Como fundador
de Mir iskusstva organizó exposiciones de
acuarelistas alemanes y británicos, rusos y
escandinavos.
Mir Iskusstva
4. En 1906 Diaghilev organizó una exposición de
arte ruso en el Salón de Otoño de París en la
que se presentaron al público francés Benois,
Repin, Serov y Malyavin. Empujado por el éxito,
al año siguiente organizó en la capital francesa
los Conciertos históricos rusos, en los que hubo
música de Rajmáninov y Rimski-Kórsakov. En
1908 mostró al público europeo la ópera Borís
Godunov, de Mussorgski. La gran combinación
de un momento trágico de la historia rusa,
relatado por Alexander Pushkin, la vigorosa
música de Músorgski, que rompía con la
tradición musical, la escenografía, el coro del
Teatro Bolshói y el talento del famoso bajo
Fiódor Shaliapin causaron una gran impresión
en el público europeo.
Fiódor Shaliapin como Boris Godunov
5. En 1909 Diaghilev volvió a París con un ballet.
El conjunto se había creado con bailarines del
Teatro Mariinski de San Petersburgo y del
moscovita Teatro Bolshói, que fueron a París
durante sus vacaciones. El propio Diaghilev
escogió el programa y apostó por las
representaciones de Mijaíl Fokine, de 29 años,
que tenía dificultades para desarrollar su
carrera en el conservador Teatro Mariinski. Le
Pavillon d'Armide, Les Sylfides y Nuit d'Égypte
tenían referencias al arte europeo, mientras
que Le festin y Las danzas polovtsianas
representaban el exótico arte ruso. La
escenografía fue diseñada por Alexander
Benois y Léon Bakst. El verdadero símbolo de
esta gira fue Anna Pávlova y su imagen en una
posición arabesca adornaba los pósters.
Nijinski y Pavlova en Le Pavillon
d’Armide
8. Diaghilev demostró que se podían hacer
espectáculos de ballet llenos de integridad
artística y libertad creativa. Todas las revistas de
París y de Europa acabaron escribiendo sobre los
Ballets Rusos, que al principio fueron
considerados como una especie de arte bárbaro.
Un conflicto con la dirección de los Teatros Rusos
Imperiales, la institución estatal que no estaba
cómoda con los triunfos de Diaghilev, y que veía
con terror el hecho de que sus empleados
participaran en experimentos radicales, acabó
por hacer que crease su propio conjunto teatral.
Las nuevas estrellas de Diaghilev fueron Tamara
Karsávina y Vaslav Nijinski. Sin una fuente de
ingresos estable, estaban constantemente de gira
y el empresario se vio forzado a realizar ballets
de múltiples actos. Gracias a Diaghilev el ballet
dividido en tres actos sigue siendo el espectáculo
más popular de ballet en Occidente. Tamara Karsávina y Vaslav Nijinski
en Giselle
9. El Pájaro de fuego
TAMARA KARSÁVINA
Con Michel Fokine en El dios azul
10. Preludio a la
siesta de un fauno
El espectro de la rosa
VASLAV NIJINSKI
El festín
12. Al principio Diaghilev atrajo al público con el exotismo ruso, producciones como Petrushka, El
pájaro de fuego y Scherezade sorprendieron al público por su vanguardismo en comparación con
los espectáculos europeos.
PETRUSHKA
15. La famosa y polémica producción de La
consagración de la primavera de 1913
de Ígor Stravinski y con coreografía de
Vaslav Nijinski supuso un punto de
inflexión para los Ballets Rusos.
Prácticamente separó a Diaghilev y su
compañía de Rusia antes de la Primera
Guerra Mundial. Durante el ensayo final
del ballet hubo golpes con el público,
dividido en dos grupos: defensores del
ballet tradicional y aficionados al
vanguardismo. A partir de ese momento
los Ballets rusos ya no eran una muestra
del arte oficial ruso, aunque Diaghilev
continuó colaborando exclusivamente
con sus compatriotas durante años.
16. El estreno del ballet Parade fue otro
punto de inflexión para Diaghilev. Para
crear este espectáculo se reunió a un
equipo formado por Jean Cocteau y
Erik Satie, responsables de la
escenografía y de la música, mientras
que Pablo Picasso se ocupó de los sets
y el vestuario, y la coreografía fue obra
de Léonide Massine. El ballet cubista
que crearon sólo se representó en una
ocasión y no fue bien recibido. Sin
embargo, la producción era una
especie de manifiesto de Diaghilev: sin
ingresos fijos y completamente
dependiente de la popularidad del
público no podía renunciar al atributo
que más le importaba en el arte: el
progreso y la oportunidad de
experimentar.
Pablo Picasso (con una gorra) con una tela para el
ballet Parade, realizado por los Ballets rusos de Diághilev en
el Teatro Chatelet de París, 1917
17.
18. Walter Nouvel, Serguéi Diághilev y Serge
Lifar en el Lido de Venecia
Después de la muerte de Diaghilev (1929) la
propiedad de la compañía fue reclamada por los
acreedores, y los bailarines se dispersaron. En
los años siguientes, la compañía fue revivida
como el Ballet Ruso de Montecarlo, con la que
se asociaban los nombres de George Balanchine
y Tamara Toumanova, y como el Original Ballet
Russe. Pese a todas las tentativas de Serge Lifar
y de Boris Kochno, la troupe no sobrevivió a su
fundador.
Diaghilev con Stravinsky
19. Bailarines de los Ballets rusos. Arriba, de izquierda a derecha: Anna Pávlova, Adolph Bolm, Michel Fokine, Vaslav
Nijinsky.
Abajo, de izquierda a derecha: Michael y Vera Fokine, Gertrude Hoffmann y Theodore Kosloff, Lidia Lopokova y
Alexandre Gavrílov, Tamara Karsávina y Vaslav Nijinsky
20. Los espectáculos revelaron también al
público el talento de grandes
compositores:
- Compositores rusos: Módest
Mussorgski, Piotr Ilich Chaikovski
Alexander Borodin, Serguéi Prokófiev,
Igor Stravinsky, Nikolái Rimski-
Kórsakov, Anton Arenski, Nikolai
Tcherepnin, Maximilien Steinberg,
Anatoli Liadov y Mily Balakirev.
- Compositores franceses: Maurice
Ravel, Claude Debussy, Francis
Poulenc, Erik Satie, Darius Milhaud,
Georges Auric, Reynaldo Hahn,
Florent Schmitt, Gabriel Fauré y Henri
Sauguet.
- Otros compositores: Richard Strauss,
Manuel de Falla, Ottorino Respighi y
Vittorio Rieti
Dafnis y Chloe, Ravel EL sombrero de tres picos,
Manuel de Falla
21. Para realizar la escenografía
(decorados y vestuario). Diaghilev
trabajó fundamentalmente con sus
amigos Léon Bakst y Alexandre
Benois, pero tras la Primera Guerra
Mundial, prefirió colaborar con otros
artistas, como los pintores Pablo
Picasso, Henri Matisse, Georges
Braque, André Derain, Maurice
Utrillo, Georges Rouault, Marie
Laurencin, Odilon Redon, Giorgio de
Chirico, José Maria Sert, Nicholas
Roerich, Natalia Goncharova, Ivan
Bilibin, Alexandre Golovin y Pavel
Tchelitchev
Diseño de Georges Rouault para El hijo pródigo