Los textos jurídicos y administrativos presentan un lenguaje específico sometido a reglas y preceptos. Utilizan una estructura externa prefijada y en los textos administrativos se convierten en formularios. En cuanto a su forma lingüística, tienen un estilo nominal con oraciones largas y complejas, verbos que expresan obligación e impersonalidad, y un léxico denotativo, anacrónico y con tecnicismos abstractos.