Este protocolo propone lineamientos para el mantenimiento y uso de vías venosas basados en la evidencia, con el objetivo de reducir la variabilidad clínica y las complicaciones asociadas. Incluye recomendaciones para el cambio de apósitos, inspección del punto de inserción, extracción de sangre, lavado de manos, y técnica aséptica. Se categorizan los niveles de evidencia de las recomendaciones y se detalla el método para implementar y evaluar el protocolo.