El historicismo surgió en Alemania a finales del siglo XIX como una corriente de pensamiento que distingue las ciencias de la naturaleza de las ciencias del espíritu. Se basa en que el mundo histórico es el resultado único e irrepetible de la acción humana. Algunos de sus precursores fueron Wilhelm Windelband, quien destacó en filosofía, y Heinrich Rickert, quien argumentó que los juicios previos del observador influyen en lo que se consideran observaciones neutrales.