La nefropatía diabética es una complicación cada vez más común de la diabetes debido al aumento en la incidencia de esta enfermedad. Los pacientes con diabetes pueden desarrollar lesiones renales originadas por daño microvascular. El tratamiento se enfoca en controlar los niveles de glucosa en sangre, la presión arterial y los lípidos, e inhibir el eje renina-angiotensina-aldosterona mediante el uso de IECA o ARA2, lo cual ha demostrado reducir la progresión de la enfermedad renal diabética.