La nefropatía diabética es una complicación común de la diabetes que ocurre cuando los niveles altos de azúcar en la sangre dañan los riñones. El daño renal empeora lentamente y a menudo no presenta síntomas hasta que está muy avanzado. El riesgo de desarrollar nefropatía diabética aumenta con el control deficiente de la glucosa y la presión arterial, y se puede reducir controlando estos factores.