La fruta es transportada desde el campo a la planta empacadora, donde pasa por estaciones de trabajo para selección de calidad, incluyendo medición, eliminación de flores, separación de frutos, y dos rondas de selección. Luego la fruta se coloca en bandejas para facilitar el transporte dentro de la planta antes de ser empacada en cajas de forma crítica para soportar el peso y ocupar espacio de manera eficiente durante el envío.