La resolución de problemas implica cuatro etapas: 1) identificar el problema, 2) generar soluciones potenciales, 3) examinar y evaluar las soluciones, y 4) probar las soluciones y evaluar los resultados. La memoria operativa y los procesos ejecutivos en la corteza prefrontal dorsolateral, parietal y premotora juegan un papel importante en la resolución de problemas al permitir mantener la información de manera consciente durante el proceso.