El documento describe cómo los factores de riesgo del paciente y el pronóstico del tratamiento influyen en la frecuencia de los controles. Explica que los pacientes con mayor riesgo y tratamientos más complejos requieren controles más frecuentes debido a más factores de riesgo que pueden afectar el tratamiento. Por el contrario, los pacientes con menor riesgo y tratamientos más simples no necesitan controles tan frecuentes. La frecuencia de los controles depende del riesgo del paciente y el pronóstico del tratamiento.