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Psiquiatría trastorno pasivo - agresivo de la personalidad
1. Trastorno pasivo – agresivo de la personalidad (CIE–10 F60.8) USP – FMH – Escuela de medicina Escuela de Medicina Tercer Año Autores: Quijano Rojas Roberto Darwin
2. Introducción El trastorno pasivo – agresivo de la personalidad, es considerado un diagnóstico demasiado unidimensional y genérico, por eso de ser una categoría oficial del DSM – III fue relegado a la sección de «Criterios y ejes propuestos para estudios posteriores» y se le dio un término más general, «Trastorno negativista de la personalidad», en el DSM – IV. Es más considerado un mecanismo de defensa con escaso constructo histórico («depresivos malhumorados» de Schbeider en 1923), ya que responde como un patrón general de resistencia pasiva a exigencias sociales y laborales. Según Millon, esta tendencia a ser oposicionista, no complaciente, malhumorado, pesimista y crónicamente quejoso, a estar descontento con facilidad y a desmoralizar a los demás. Es la búsqueda a un autoajuste para obstruir los esfuerzos y placeres de los que le rodean. El trastorno de la personalidad dependiente es un tipo de trastorno de la personalidad del grupo C (desórdenes ansiosos o temerosos).
3. Subgrupos de los trastornos de la personalidad en relación con el resto de trastornos
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6. Se asocia a episodios psicóticos en 8.3% de los casos.
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9. Para la mayoría de las situaciones prevén el peor de los resultados, incluso en aquellas que parecen ir bien (negativistas).
10. Presentan dependencia de los otros y la necesidad de autoafirmarse, lo cual muestra su falta de autoconfianza.
11. Esta visión catastrofista de los acontecimientos suele provocar respuestas hostiles y negativas por parte de los demás, hartos de aguantar sus continuas quejas.
17. Trastorno Negativista desafiante, existe un patrón similar de actitudes de oposición y problemas con las figuras de autoridad, si bien suele diagnosticarse en niños y el trastorno pasivo – agresivo sólo debe diagnosticarse en adultos.
22. Se debe hacer enfrentar con sus actitudes erróneas e indeseables, y las consecuencias de estas. Con esto se busca un retroalimentación en búsqueda de la aparición de actitudes positivas
23. Las terapias de grupo y familiares, contribuyen al desarrollo integracional con la sociedad de sus nuevas actitudes positivas.
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25. La tendencia de este trastorno es la cronicidad y su evolución es dependiente del tiempo de tratamiento que reciba y de la integración que llegue hacer con los compañeros que estén en las terapias grupales.
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27. Mantener la calma con baja reactividad y controlar nuestras reacciones negativas, en caso de no tolerar los comentarios deprimentes u ofensivos que realice el paciente.