El documento habla sobre el plagio en las universidades colombianas. Explica que el plagio es un delito penalizado en Colombia y que las instituciones de educación superior realizan campañas de prevención. Menciona algunas de las causas del plagio como el desconocimiento de normas, la falta de tiempo y el manejo inadecuado de Internet. También presenta opiniones divididas sobre cómo enfrentar el plagio, entre sanciones estrictas o enfoques formativos.
1. El robo de ideas es castigado penalmente en Colombia
Las instituciones de educación superior realizan campañas preventivas para evitar que
sus estudiantes plagien los trabajos académicos.
El tomar una idea textual de un libro o de una página web sin la
debida cita en la que se explique la fuente bibliográfica es una forma
de plagio. El robo de ideas es una práctica que deteriora la calidad
profesional de los egresados y uno de los motivos por los que la ley
colombiana castiga hasta con cárcel a las personas que recuren a
este tipo de actividades.
Existen diversos motivos por los que los universitarios plagian, uno puede ser por la falta de
tiempo que tienen para investigar o porque simplemente no tienen el conocimiento para citar
una fuente. También hay otras razones como por ejemplo la que da un universitario de la
ciudad de Bogotá, el cual afirmó que "en realidad a veces me da pereza hacer algunos trabajos,
no les veo sentido y me parecen aburridores". Este joven decide que el "copy–paste" es la
forma más cómoda para hacer sus trabajos.
Para aquellos que desconocen qué es el copy-paste los contextualizamos diciendo que es la
forma en que un estudiante decide extraer una parte de un documento encontrado en la red o
en libro y utilizarlo como si fuera de su autoría en un trabajo académico que entrega a la
universidad. "Simplemente copio lo que me parece más relevante de la red de acuerdo al
trabajo que esté realizando", este es uno de los comentarios que dio el estudiante bogotano
cuando se estaba refiriendo al copy-paste.
La pereza y el poco entusiasmo que tienen hacia el estudio es lo que más motiva a los
estudiantes a que sus esfuerzos sean limitados a la hora de investigar y de leer para realizar un
trabajo de la universidad.
La tecnología ha brindado herramientas ágiles y fáciles de usar, pues con sólo ingresar a un
buscador de Internet y escribir las palabras pertinentes, se puede encontrar todo lo que se
necesita, desde la historia, mapas, infografías, comentarios, resúmenes y demás información
que se requiera, de manera que los trabajos de los estudiantes que recurren a este método
puede ser uno de los más completos de la clase.
Al respecto, uno de los universitarios que acostumbra hacer plagio, comentó, "Google es el
principio de todo, pero hay unos sitios muy interesantes en donde uno consigue diferentes
textos tanto académicos como socio-culturales, como Wikipedia, Monografías, Encarta, entre
otras". Ahí no para el listado de página web en donde se pueden encontrar todo tipo de tareas o
de investigaciones existen múltiples portales en los que el aficionado al copy-paste puede
recurrir, entre ellos están: el rincón del vago, los eskakeados y apuntes 21.
Las visitas a las bibliotecas y a los libros se acabaron para muchos estudiantes. Ir a consultar
un libro requiere de transportarse hacia el lugar en que está ubicada la biblioteca, buscar dentro
de un mar de libros lo que necesita y cuando encuentra lo que requiere debe disponer de todas
sus neuronas para entender lo que está leyendo. Una vez logre tener una idea clara de lo que
quiere plasmar en su escrito debe de hacer alarde de sus facultades de síntesis y semántica. Y
es precisamente ese proceso mental el que no quieren realizar los estudiantes de hoy en día.
Cuándo se le preguntó al estudiante bogotano si plagiaba más cuando las tareas se hacían
consultado libros o ahora que existe la Internet, la respuesta fue contundente: "por supuesto,
ahora que existe la Internet ya que es un medio y herramienta que facilita encontrar diversos
temas gracias a la facilidad del hipertexto. Además es un medio que está a alcance de todos, en
2. cualquier esquina hay un café Internet".
Para algunos estudiantes el plagio es algo usual en sus actividades académicas y lo toman como
prácticas sin mayor transcendencia. Un ejemplo de ello es la respuesta que nos dio el
universitario bogotano cuando aseguró que no sabía que el plagio tenía sanciones penales y que
sólo lo hacia en la universidad.
En realidad la legislación colombiana sí reconoce el plagio como un delito. Tanto es así que en la
ley 1032 de 2006 declara que son ocho años la máxima sanción para alguien que es
sorprendido
copiando
una
obra.
Las instituciones de educación superior al tomar conciencia de la problemática del plagio que se
está presentando en sus aulas empezaron a realizar campañas de prevención. Como es el caso
de la Universidad Nacional de Colombiana que a través de carteleras, cartillas informativas y
charlas quiere explicarles a sus alumnos que copy-paste es un delito y puede tener
implicaciones penales.
Así mismo la Universidad Sergio Arboleda tiene como regla que el estudiante que es
sorprendido haciendo plagio debe organizar charlas preventivas a sus demás compañeros. Por
su parte la Universidad de los Andes realiza capacitaciones en las que se les explica la forma
adecuada de cómo citar un autor.
Lo anterior demuestra que las instituciones de educación superior están trabajando para
concientizar a los universitarios que el copy-page es una práctica indebida y que puede
acarrearle a la persona que lo realiza serios problemas legales.
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/estudiantesuperior/1608/article-156304.html
3. 5 ENE 2012 - 5:00 PM
El paraíso del copie y pegue
El desconocimiento de las normas por parte del estudiante, la falta de mano dura de las
instituciones y el manejo inadecuado de internet, son algunas de las causas por las que
este delito se ha convertido en una situación habitual dentro de las aulas de clase.
Por: Carolina Ayala con la colaboración de Diana Figueroa y Gilma Gonzalez
El
plagio, una tendencia que está al alza en universidades de todo el país. / Archivo - El Espectador
“Se informa que el estudiante no fue admitido en la universidad en el período académico del
2009-1, por cometer plagio y no seguir las reglas de ética que rigen a la institución (…)”.
Lo que acaba de leer puede ser parte de la carta que acompañe la hoja de vida del
estudiante que quiera pasarse de listo con el profesor de la universidad, creyendo que
puede apropiarse de lo que otros han hecho. Ana María Fernández*, estudiante de
administración dual de la universidad Autónoma, lo sabe mejor que nadie.
Fernández y sus compañeros de grupo estaban sobre el tiempo para entregar el proyecto
del trabajo de grado cuando ella decidió tomar ‘prestada’ la tesis de su padre para
hacerlo. Ellos no sabían que la información que se encontraba allí era de internet y no
estaba atribuida al autor. Para su mala fortuna, el profesor creyó haber leído algo similar y
lo buscó en la red. Lo encontró y confrontó a Fernández y su grupo, quienes aceptaron el
plagio y fueron enviados al Comité de Ética, el cual decidió que por ser primera vez, sólo
debían hacer un trabajo complementario.
Sin embargo, Fernández, al parecer, no aprendió la lección. Tiempo después, cuando
debía presentar el simulacro del ECAES, llegó tarde y decidió pedirle a su amiga que le
diera copia de las respuestas. El profesor que estaba vigilando la descubrió y ella volvió al
4. Comité de Ética. Esta vez sus miembros no fueron tan flexibles. Fue suspendida un
semestre.
El plagio es la apropiación y la violación de los derechos de autor de la producción
intelectual de otra persona y por lo tanto es un delito que se encuentra penalizado por la
legislación colombiana. Los artículos 270 y 271 del código penal establecen que si una
persona publica total o parcialmente una obra, la modifica o comercializa sin autorización
previa del titular de los derechos, no sólo tendrá que cancelar una multa que puede ir
desde 20 a 1000 salarios mínimos legales, sino que además deberá pagar entre 2 y 5
años de cárcel.
Aunque hasta hace poco los casos de plagio en las universidades nunca llegaban a estas
instancias, en marzo del 2009 fue condenada a dos años de prisión y a cinco salarios
mínimos la profesora de literatura Luz Mary Giraldo, de la Universidad Javeriana de
Bogotá, quien usó fragmentos de la tesis ‘El mundo poético de Giovanni Quessep’, de la
estudiante de literatura Rosa María Londoño, realizada en abril de 1996, para darle vida a
su artículo ‘Giovanni Quessep: el encanto de la poesía’, publicado a finales del mismo año
en la revista ‘La Casa Grande’, donde no se hace referencia en ningún momento a la
estudiante.
Ésta es la primera condena de plagio registrada por la Dirección Nacional de Derechos de
Autor del Ministerio del Interior y de Justicia, convirtiéndolo en un caso ejemplarizante.
(Ver recuadro 1) No obstante, los casos de plagio siguen creciendo en las universidades.
David Álvarez, vicepresidente del Centro Colombiano del Derecho de Autor y profesor de
la Universidad Católica de Colombia, asegura que el impacto de esta problemática en las
instituciones es elevado debido a que el uso de internet ha llevado a los estudiantes a que
en lugar de apropiarse de esta herramienta para realizar productos de mayor calidad, se
limiten a copiar lo que ya está hecho y lo peguen en sus trabajos.
Para Álvarez, lo más preocupante es que el estudiante no le vea problema a plagiar la
información y no se dé cuenta que está cometiendo un fraude, por eso siempre le dice a
sus estudiantes que “se están tumbando ellos mismos, pues no estudian nada, pasan el
requisito de la materia, pero no entendieron nada”.
Sin cifras
A pesar de que el plagio se ha convertido en un dolor de cabeza para las universidades
de la ciudad, hasta el momento no existen cifras consolidadas de los estudiantes que han
sido sancionados o expulsados por este motivo. El director académico de la Universidad
San Buenaventura, Juan Carlos Flórez, manifiesta que aunque los datos no se
sistematizan, sí han existido casos de plagio que han terminado con la expulsión del
alumno, pero la mayoría de veces, la amonestación es realizada sólo por parte del
docente. Flórez considera que el problema se presenta porque el estudiante no es
consciente que necesita apropiarse de los conocimientos para poder enfrentarse al
mundo profesional.
En la Universidad Autónoma de Occidente, UAO, se registraron 6 casos de plagio en los
últimos dos años Isaac Fuenmayor, presidente del Comité de Ética de la institución,
reconoce que el desconocimiento de las normas, puede llevar al estudiante a incurrir en
plagio. Pese a esto, Fuenmayor encuentra que “muchas veces con las respuestas de los
5. estudiantes frente al comité de ética, se evidencia que puede ser un problema de
irrespeto total por los valores morales y éticos que tienen que ver con el trabajo propio,
con las ideas y la producción intelectual de los demás”.
Por otro lado, Hernando Bahamón, director académico de la Universidad Icesi, sostiene
que hasta ahora en la institución no se han presentado casos de expulsión por plagio,
puesto que no es considerado una falta académica tan grave, a menos de que sea una
conducta reiterada del estudiante. En la Icesi se ha encontrado que algunos de los casos
de plagio son cometidos por ignorancia del alumno, lo cual lleva a una amonestación
verbal que se realiza con carácter formativo para enseñarle el respeto por el trabajo de los
demás.
Aunque el desconocimiento de las normas por parte del estudiante es una de las razones
por las que el plagio se ha vuelto tan popular en las universidades, Germán Gallego,
profesor y exdirector delprograma de comunicación social de la UAO, cree que la
Academia tiene una responsabilidad compartida en el asunto, por lo cual considera que
las medidas coercitivas no son la solución, “Lo que uno hace como profesor es dar un
camino, guiar al estudiante. Yo puedo castigarlo o echarlo, pero ahí no estoy
contribuyendo a su aprendizaje”. Así lo piensa Oscar Ortega, profesor de la Universidad
Santiago de Cali, quien no está de acuerdo con la expulsión del estudiante, pues prefiere
que siga formándose y enseñarle que el plagio es una condición del profesional mediocre,
a que deje de estudiar. “Algunos me dirán qué posición ética tan cómoda, pero finalmente
el que esté libre de pecado, que empiece a tirar piedra. Yo desde la ética pienso que en
este espacio estamos para formar, tengo que considerar el error y la falla como una
posibilidad genuina y real de vida”, dice Ortega.
Por el contrario, el catedrático Juan Manuel Gómez asegura que es la falta de autoridad
del docente, lo que ha causado el fortalecimiento de la cultura del menor esfuerzo de
algunos estudiantes. “Apliquemos el reglamento y dejemos eso de arreglar entre profesor
y alumno en un rincón de la clase, que no es ni bueno para la universidad ni para el
profesor y muy malo para el alumno”. Gómez añade, además, que es una necesidad de
las universidades estudiar el fenómeno del plagio y calcular su impacto para poder tomar
medidas en el asunto y tener claros los mecanismos para enfrentar este problema.
Por qué lo hacen Gloria Hurtado, psicóloga y columnista de El País, señala que la razón
fundamental que motiva al estudiante a cometer plagio es el miedo al fracaso, sobre todo
en una cultura tan exigente y enjuiciadora como la actual. “El miedo no justifica que lo
hagas pero puede explicar por qué lo haces”, asegura la psicóloga.Justamente, Gloria
Hurtado fue víctima de plagio por el reconocido escritor brasileño Paulo Coelho, quien
publicó con leves diferencias en El Espectador, el 3 de abril de 2005, y bajo el nombre de
‘Cerrar un ciclo’, una columna escrita por ella el 21 de enero de 2003 para El País, titulada
‘Cerrando círculos’.
La columnista buscó la manera de contactarse con el escritor, pero él nunca contestó.
Habló con un abogado pero éste le dijo que esas demandas eran muy complicadas y
costosas. Sin embargo, el periódico El País y otros medios de comunicación le ayudaron
a Gloria Hurtado divulgar la situación y a rectificar sus derechos sobre la obra.
*Nombres cambiados a petición de las fuentes.
6. Los profesores también cometen plagio
Así como el caso de plagio de la Profesora Luz Mary Giraldo, existen muchos en donde
los docentes violan los derechos de autor de sus estudiantes, sin que ellos se den cuenta.
David Álvarez, vicepresidente del Centro Colombiano del Derecho de Autor y profesor de
la Universidad Católica de Colombia, considera que los profesores no tienen muy claro
que haberle dado ideas al estudiante para su tesis, no significa que tengan potestades
sobre ella, pues las ideas no tienen protección de derechos de autor y finalmente fue el
estudiante el que las materializó en una obra.
Además, Álvarez cree que entre algunos profesores existe un problema de doble moral,
ya que usan los trabajos de sus alumnos de manera descarada y piensan que éstos
deberían sentirse orgullosos por hacer parte de las obras que publican. Mario Uribe, jefe
del Departamento de Publicidad y Diseño de la UAO, sostiene al respecto que los
profesores que no citan las referencias académicas con las que trabajan y que no son de
su autoría, estarían también incurriendo en plagio, debido a que “los profesores no
podemos replicar lo que los libros dicen, debemos debatirlos”.
Casos célebres (*)
-Leo César Diago, concejal. En el 2006 se descubrió que el concejal presentó un proyecto
de acuerdo en el que había varios párrafos textuales tomados del Rincón del Vago. En
este mismo año, Jerónimo Uribe, hijo del Presidente de la República, fue señalado por
cometer plagio en la Universidad de los Andes.
-Hernando Gómez Buendía, fue retirado de la revista Semana por autoplagiarse al
publicar una columna en la que copió párrafos de una columna previamente publicada por
él.
-Joseph Biden, vicepresidente de Estados Unidos, fue acusado de plagiar varios trabajos
en la universidad y el discurso del dirigente político inglés Neil Kinnock.
(*) tomados de Semana, El Espectador y la página web “Pulso del
periodismo”.
http://www.elespectador.com/entretenimiento/arteygente/articulo-319658-el-paraiso-del-copiey-pegue