Este documento trata sobre la importancia de la lengua como instrumento de comunicación y cómo ha permitido el desarrollo de sociedades complejas. Explica que analizará diferentes subtemas relacionados con cómo aprendemos a hablar, expresar pensamientos y actitudes, y cómo juzgamos la forma de hablar de los demás. El objetivo del libro es acercar al lector al fenómeno de la comunicación lingüística y mostrarle el papel fundamental de los hablantes. También destaca la importancia de que los profesores incorporen recursos educativos
1. Raúl Ávila.
Editorial Trillas
México, 1977
Introducción:
Gracias a la lengua el hombre ha podido formar sociedades complejas e
incluso organizar otros sistemas de comunicación. En esta reseña les
hablaremos de diferentes subtemas donde hablaremos de como se
relacionan con la lengua y de como aprendemos hablar y de como expresar
nuestros pensamientos, emociones, actitudes y perjuicios acerca de la
manera de hablar de los demás. No obstante su importancia, pocas veces
nos detenemos a reflexionar sobre las características de este instrumento
de comunicación.
El propósito de este libro es de acercar al lector al fenómeno de la
comunicación lingüística, invitarlo a que valore el sistemas de comunicación
mas complejo inventado por el hombre la lengua y darle un marcote
referencia que le permita ubicar el papel de los usuarios del sistema los
hablantes.
Una de las áreas concierne a la formación de profesores en el ámbito de la
educación superior. Un buen profesor, además de los conocimientos y
habilites inherentes a su especialidad profesional, y cualesquiera que sean
las materias que posee, debe saber incorporar e integrar sus enseñanzas al
gran conjunto de adquisiciones y logros que para los alumnos representan
el plan de estudios cursado; debe comunicarse con los alumnos
transmitiendo y recibiendo información y mensajes con fluidez, precisión y
claridad y, correlativamente, ha de conocer y emplear recursos educativos
tecnológicos y metodológicos acordes con el contexto pedagógico vigente
Desarrollo:
El signo y los signos:
El mundo, ante la interpretación del hombre, esta lleno de significaciones.
Tan pronto el hombre decide ir mas allá de los objetos mismos, encuentran
que estos tienen un valor que los trasciende: una significación.
Cuando vemos en un objeto no su valor, sino algo que lo trasciende o, en
otras palabras, cuando tomamos un objeto mismo, estamos considerándolo
como signo. Un signo es, pues un hecho perceptible que nos da
información sobre algo distinto de si mismo. Los signos de los que hemos
hablado anteriormente no son, muy obvios; en cambio, es claro el valor del
signo cuando damos varios golpes a la puerta para indicar que estamos ahí
y que deseamos que la haya.
1.1 Signos primarios y secundarios:
¿Cual es la diferencia entre los signos del primer tipo, como el vestido o el
cacharro, y los del segundo, como el golpear en una puerta o las palabras?
En los primeros, la finalidad de comunicar algo mas allá del objeto mismo no
es la función primaria: el vestido sirve fundamentalmente para cubrirse el
cuerpo y el cacharro, para digamos cocinar con el. En ambos casos
podemos considerar la acción con valor del signo, pero en el primero su
significado, su interpretación, solo puede ser descifrado por el especialista:
el emisor produjo involuntariamente el signo y no pretendía establecer la
comunicación.
1.2. Semiológica y lingüística:
La semiológica se ocupa del estudio de los signos producidos por el
hombre.
La semiológica, tomada en su planteamiento en su planteamiento amplio, se
enriquece, pero a la vez se vuelve metodológicamente imprecisa, por la
imposibilidad de lograr una sistematización de toda clase de signos.
La lengua es, pues, un sistema de signos y, como tal, constituye uno de los
objetos de estudio de la semiológica. Sin embargo, dada la complejidad y
riqueza de la lengua y dada sus características distintivas, hay una disciplina
que, dentro de semiología se ocupa de su estudio: la lingüística.
la lengua es eficaz porque, con los signos podemos transmitir un numero
infinito de mensajes, de acuerdo con la manera en que dedicamos