1. EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS:
APRENDER A APRENDER y SOCIAL Y CIUDADANA
MEDIANTE LA IMPLEMENTACIÓN DE LOS PRINCIPIOS CIENTÍFICO - DIDÁCTICOS
Introducción
Desde 2006 el desarrollo competencial del alumnado se ha convertido en el leitmotiv del
sistema educativo español. La Ley Orgánica de Educación (2006) así lo certifica desde
su preámbulo, donde se remarca de una manera especial la importancia en que la
escuela se convierta en el centro de aprendizaje de las personas. Unos centros de
aprendizaje basado en el desarrollo competencial, donde el alumnado se desarrolle
como persona competente tanto para la sociedad actual, como para la sociedad futura,
tratando siempre, de que esta se más justa y por lo tanto mejor para todos.
Esta realidad legal, a los docentes nos plantea un reto especial, ¿Cómo conseguimos que
las disciplinas trabajen en pro del desarrollo competencial en el alumnado? La respuesta
no es sencilla, ya que en muchos casos estamos acostumbrados a que los conocimientos
de la disciplina de turno, sea el fin último de esta, prestando especial atención, como
nos podemos imaginar, tan solo a los contenidos conceptuales y con suerte, también a
los factuales.
Sin embargo, esta realidad ya no es valida. En una sociedad de la información donde el
alumnado con un solo clic puede acceder a toda la bibliografía publicada sobre un tema
concreto, el rol de las disciplinas debe cambiar por completo, y por ende el rol del
profesor también. Por un lado, el docente ya no es el único poseedor de la información
en el aula. Es más, puede darse el caso, de que el alumnado haya tenido acceso a
publicaciones más actualizadas que las del profesor, por lo que esta realidad de docente
ya no resultaría la más óptima.
Algo parecido ocurre con las distintas disciplinas. En una sociedad tan globalizada
como la actual, la cual tiene a corto plazo pocos visos de cambiar, sino es para
convertirse en aún más global, y donde el alumnado se debe enfrentar a situaciones, a
problemas o a conflictos también globales, el sistema educativo no puede seguir siendo
un reino de taifas donde cada disciplina es un compartimento estanco e incomunicado
con las demás disciplinas. Las diferentes materias (asignaturas) que componen el
currículo deben convertirse en las herramientas para una educación global del alumno.
Una educación que prepare al alumnado, tal y como se ha comentado al comienzo, no
solo para la sociedad actual, sino que también lo prepare para la sociedad futura,
tratando de que esa sociedad sea lo mejor que.
Enorme reto por lo tanto al que se le debe hacer frente desde la escuela; pero ¿como
hacerlo?, ¿por donde empezar? La respuesta es clara: la escuela debe pasar de trasmitir
el conocimiento, a facilitar las herramientas para que el alumnado pueda acceder a ese
conocimiento de forma crítica, autónoma y manejando una serie de herramientas que le
permitan seguir haciendolo también en el futuro, de forma eficaz y segura. Pero claro
¿por donde empezar?, desde nuestro punto de vista esta claro, analizando las
características didácticas especificas que cada disciplina científica ofrece para el
desarrollo competencial.
2. Contexto de la experiencia
Así lo hemos llevado a cabo en nuestro caso: durante los cursos 2009-10 y 2010 -11 se
esta midiendo y comprobando la viabilidad de los Principios Científico Didácticos
desde el área de Ciencias Sociales, Geografía e Historia en la Ikastola Lauaxeta de
Amorebieta (Vizcaya) para el desarrollo competencial del alumnado de 3º y 4º de ESO.
Esta experiencia se enmarca dentro un programa más amplio de búsqueda constante de
la excelencia educativa, para lo cual los proyectos de innovación didáctica son uno de
los ejes principales.
La experiencia concreta que se describe a continuación trata de mostrar la viabilidad de
los Principios Científico Didácticos para el desarrollo de las competencias básicas, en
esta caso concreto centrándonos en dos de ellas: la competencia para aprender a
aprender y la competencia social y ciudadana.
La razón de haber escogido estas dos competencias responde a un criterio de equilibrio
metodológico y curricular, ya que a pesar de que la totalidad de las disciplinas deben
trabajar en base a competencias, también es cierto que cada una de las áreas posee una
serie de características curriculares que las hace más adecuadas para trabajar unas
competencias de manera más consciente que otras. Así ocurre por ejemplo con la
competencia Social y ciudadana: desde nuestro punto de vista la competencia más
estrechamente ligada al área de Ciencias Sociales. Además de estas competencias más
ligadas a unas áreas curriculares que a otras, hay otro grupo de competencias, que
podríamos considerarlas como interdisciplinares, y que independientemente del área que
se trate, se puede trabajar de igual manera. La competencia para aprender a aprender es
una de estas. Siendo desde nuestro punto de vista también la competencia más
importante de las ocho competencias básicas, ya que se trata de una competencia que
engrana a las siete restantes, y que permite que el alumnado se convierta en una persona
capaz de saber desenvolverse en diferentes contextos y sepa responder a las necesidades
de cada momento de una manera segura y eficaz.
La razón por lo tanto, de porqué implementar los Principios Científico Didácticos para
el desarrollo competencial de las dos competencias seleccionadas adquiere una doble
importancia. Por un lado una importancia metodológica ya que esta experiencia se
enmarca dentro una tesis doctoral que trata de comprobar la viabilidad de los PCD en el
segundo ciclo de ESO (3º y 4ª) en el área de Ciencias Sociales tomando como muestra
de referencia el alumnado de la Ikastola Lauaxeta de Amorebieta (Vizcaya); y por otro
lado, porque la base fundamental de los principios encaja perfectamente con la idea de
desarrollo de competencias. Y es que, entre otras cuestiones, si por algo podemos
caracterizar a los Principios Científico Didácticos, es por ser una herramienta de
aprendizaje sencilla de comprender y fácil de identificar y de aplicar de forma estable y
constante en el área de Ciencias Sociales, Geografía e Historia cada vez que se trata de
trabajar un tema en profundidad con el fin de comprenderlo para poder aplicar sus
aprendizajes en la vida diaria. Es decir que partimos de la base de que los Principios
Científico Didácticos son unos organizadores de contenidos que permiten trabajar al
alumnado de manera significativa, al permitirles saber en cada momento que es lo que
están trabajando, para que lo están haciendo y con que otros contenidos se pueden
relacionar para poder sacar conclusiones más completas y enriquecedoras.
3. Como decíamos previamente, la experiencia se ha llevado a cabo en la Ikastola
Lauaxeta, concretamente en cuatro aulas de 4º de ESO, con un total de 102 alumnos, y
se ha concretado en la unidad didáctica referida al bloque temático de la Revolución
francesa, dentro de la asignatura de Historia de este curso.. La experiencia ha tenido una
duración de cinco semanas con un total de 15 sesiones de una hora cada una.
Proceso y desarrollo
En un principio la unidad se organizó en cuatro tareas, a las que al final se decidió
añadir una más con el objetivo de disponer de una muestra de contraste más para la
obtención de mejores conclusiones didáctica, curriculares y metodológicas finales 1.
La primera tarea consistió en:
1.- La explicación pormenorizada al alumnado de que es lo que iban a llevar a cabo en
las sucesivas sesiones.
2.- Cuales eran los objetivos alcanzar.
3.- Cuales iban a ser los contenidos a trabajar
4.- La metodología de trabajo que se iba a seguir.
5.- Cuales iban a ser los criterios de evaluación que se iban a evaluar y mediante que
instrumentos de evaluación se iba a llevar a cabo.
6.- Y cuales iban a ser los criterios de calificación y corrección 2.
La segunda tarea, consistió en la explicación del modelo teórico de los Principios
Científico Didácticos, prestando especial atención no a los aspectos epistemológicos de
los mismos, sino a los aspectos metodológicos y didácticos que estos Principios
implican. Hay que señalar también que estos Principios para la mitad del alumnado ya
eran conocidos por haber desarrollado unidades didácticas, organizadas en base a estos
de forma experimental en momentos anteriores. De todos modos, para el alumnado que
trabajaba por primera vez según Principios, no fue un problema su comprensión, tal y
como pudimos comprobar al analizar los resultados de aprendizaje durante y al final de
la unidad didáctica.
La tercera tarea consistió en el desarrollo de una serie de lecturas y actividades que
trabajaban la totalidad de los contenidos conceptuales y factuales de la unidad didáctica
y gran parte también de los contenidos procedimentales. Estas actividades se dividieron
en tres tipos y fueron actividades tanto individuales como grupales:
1.- Actividades de inicio: donde se trataba principalmente de familiarizar al alumnado
con el vocabulario específico relacionado con la Revolución francesa.
1
Hay que señalar que esta forma de organizar la unidad didáctica no es nada novedosa ni para el
alumnado participante en esta experiencia ni en la Ikastola Lauaxeta, ya que esta consensuado como se
debe hacer la organización de las diferentes tareas que componen una unidad didáctica.
2
Tal y como se ha comentado previamente, al final de la unidad se añadió una tarea más, y que
en un principio no estaba planificada que se llevara a cabo y que por lo tanto no se le comento al
alumnado. A pesar de esto, cuando llego el momento de comunicarles a los alumnos y alumnas que iban a
tener que llevar a cabo una tarea extra final, se les explico el porque de esta y se les dio todo tipo de
detalles como los que se les había dado con respecto al resto de tareas que habían llevado a cabo
previamente, ante lo cual, el alumnado no presento ningún problema ni observación.
4. 2.- Actividades de profundización, donde el alumnado llevaba a cabo una serie de
lecturas, visionado de vídeos y actividades variadas trabajando algunos de los
procedimientos especificados en la unidad
3.- Actividades de síntesis, donde el alumnado tuvo que trabajar una serie de actividades
que les sirvió para repasar los contenidos trabajados previamente.
La cuarta tarea, que también puede ser considerada como de síntesis, es donde
conscientemente el alumnado tuvo que trabajar según los Principios Científico
Didácticos. En esta tarea se les pidió que de forma grupal, llevaran a cabo una
presentación ante el resto de la clase, donde explicaban que fue la Revolución francesa
y cuales de las conquistas sociales, políticas, etc. que se alcanzaron ella, han llegado
hasta la actualidad y como lo han hecho. Para llevar a cabo esta tarea, y como índice de
la presentación se les pidió que organizaran los contenidos según los Principios
Científico Didácticos.
La quinta y última tarea, fue una tarea que se decidió incorporar tras analizar el
desarrollo de la unidad didáctica y sobretodo tras comprobar la buena calidad de las
presentaciones llevadas a cabo por los alumnos con la cuarta tarea. Esta quinta tarea,
consistió realmente en una sola actividad, donde el alumnado, en este caso de forma
individual, tuvo que explicar de forma escrita y mediante la realización de un resumen
cuales fueron las características más importante la Revolución francesa. No se les dio
ninguna explicación ni indicación más, ya que el objetivo de esta ultima actividad
añadida era comprobar hasta que punto habían reflexionado entorno a la importancia de
tener unos Principios, que les sirviese de guía para poder analizar un fenómenos socio
histórico como el de la Revolución francesa de forma integral, global y completa.
Conclusiones y valoración
Las conclusiones de la experiencia superaron con creces las mejores expectativas
previstas.
Con respecto al alumnado, señalar que tras la valoración que se les pidió que hicieran de
haber trabajado según los Principios, el alumnado expresó que entre los ocho Principios
Científico Didácticos trabajados, había sido el principio de Evolución, Cambio y
Continuidad el que más sencillo se les había hecho de entender y que en la mayoría de
los casos optaron por partir de este para posteriormente ir trabajando el resto de los
Principios de manera pendular entorno a él.
Otro aspecto que remarco el alumnado cuando se les pregunto en su opinión sobre que
es lo que les había permitido el haber trabajado según los PCD, fue que al conocer
perfectamente el esquema organizativo de los contenidos, supieron en todo momento
que estaban trabajando, donde se situaba cada unos de los contenidos y para que estaban
trabajándolo. Por lo tanto, se observa que se trata de que el aprendizaje se hace de
manera más significativo, con más sentido, según un criterio previamente conocido y
con un fin estructurado claro.
Una tercera conclusión con respecto al trabajo llevado a cabo por los alumnos, la
encontramos en la actividad extra final que tuvieron que realizar de forma escrita e
individual. Ya que, sin darles ninguna orientación al respecto de cómo estructurar el
5. resumen que se les pedía, todos los alumnos lo estructuraron según los Principios
Científico Didácticos. Un dato más que evidente de haber entendido la idea y la
funcionalidad que los PCD ofrecían. Así las cosas, hay que señalar como la totalidad del
alumnado habló de los principios de Especialidad, Temporalidad, Actividad,
Causalidad, Interdependencia e Identidad. El 46% del alumnado hablo también del
Principio de modalidad y que más del 23% del alumnado trabajó la totalidad de los
Principios. Unos datos, tal y como se pueden observar, más que positivos teniendo en
cuenta que era la primera vez que este alumnado trabajaba según esta propuesta
didáctica.
El equipo de profesores que llevo a cabo esta experiencia, también llegó a otra serie de
conclusiones en este caso referidas a la propuesta de unidad didáctica llevada a cabo.
La primera fue que se ha podido observar que una didáctica basada en los Principios,
permite que el alumnado sepa como organizar los contenidos por lo que les da una
herramienta facilitadora para aprender a aprender. Además esta herramienta al ser una
constante y poder ser aplicada, prácticamente, con cualquier tema de carácter socio-
histórico, hace que esta forma de trabajar con el tiempo, se convierta en mucho más
significativa y conocida para el alumnado, por lo que le posibilita trabajar con mayor
seguridad y confianza en si mismos.
En esta misma línea, señalar también como el equipo docente valoró de manera
especial, lo bien que una organización de contenidos en base a los Principios Científico
Didácticos, facilita el aprendizaje conceptual y factual por parte del alumnado. De
hecho, se ha podido constatar como en comparación con medias de datos de cursos
anteriores, los resultados en estos dos tipos de contenidos, englobados en esta
experiencia dentro de la tercera dimensión de la competencia social y ciudadana,
aumentó de un 85% de alumnos con evaluación positiva al 91%. Es decir que un 6%
más de alumnos que los de varios años anteriores tuvieron una evaluación positiva. Un
dato más que esperanzador con respecto a las propuestas de unidades didácticas futuras.
Por último, señalar también como esta experiencia de unidad didáctica también ha
servido al grupo de docentes interviniente en la misma para formarse de manera
especial en el ámbito de la didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia.
Entre otras cuestiones ha servido para tratar de entender mejor en la práctica la
importancia de diferenciar metodología de didáctica. Una cuestión tan simple y la vez
tan compleja que en muchas ocasiones se mezclan, pero que se deben abordar de
manera independiente. Y es que a pesar de que varias disciplinas pueden trabajar de
manera eficaz según una misma metodología, no ocurre lo mismo con la didáctica, ya
que en función de las características que posee cada ciencia, el disponer de una
didáctica adecuada resulta fundamental para la consecución de los objetivos señalados