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P robablemente, la perfu-
mería sea el sector en el
cual el complemento em-
bellecedor que supone la
información, desde etiquetas a carteles
y anuncios, haya conocido de más an-
tiguo cierta exigencia en su diseño,
como se desprende de la contempla-
ción de este catálogo que tienen en
las manos. Todas las etiquetas for-
man parte de una misma voluntad,
distintiva e identificadora, con
mayor o menor acierto en su
presentación y con desigual
valor artístico, pero respon-
diendo todas a la inge-
n i o s a condición de tarjeta de
identidad que les fue asignada.
5. 5
Hoy la etiqueta es una forma básica de la identidad del producto,
desde luego de las más eficaces, incluso atractiva, siendo
sumamente útil para clasificar especies, homologar géneros, ordenar
clases o pormenorizar tipos con asombrosa facilidad y exactitud.
Generalmente, hacen constar en ella
el nombre, las propiedades, la composi-
ción, los ingredientes, las fórmulas, las
normas y los códigos, en una abundan-
cia de informaciones que parece imposi-
ble que puedan caber en una superficie
por lo general tan pequeña.
Hacia 1900, en los tiempos de la
Belle époque, el de maître perfumeur ya
era todo un oficio, en el cual los elegidos
hasta podían ver elevada su excelencia
artesana a la categoría de arte. Le livre
des perfums, de Eugène Rimmel, editado
en 1870, podría ser un precedente de
este sentido compilador.
Tal vez fuera el sector de la perfume-
ría el que antes reparó en la necesidad
de disponer de una imagen de produc-
to unificada, coherente, personalizada
y distinguida, para tratar de incremen-
tar su eficacia mercantil. Hasta el punto
de que, en España, algunas de las mar-
cas más populares por aquel entonces
se mantienen todavía en el mercado en
puestos de liderazgo, cumplidos los pri-
meros cien años o a punto de hacerlo.
La Belle époque aglutinó en torno de
la belleza femenina una serie exhaustiva
de complementos, con objeto de realzar-
la al máximo.
De modo que no fueron solamente los
perfumes y jabones, sino que de pron-
to los vestidos, los abrigos y los som-
breros armonizaron, quizás como nun-
ca habían hecho, con el mobiliario y los
utensilios decorativos y ornamentales de
todo tipo, adquiriendo la artesanía un
valor artístico en la confección de com-
plementos de vestuario, con las joyas y
abalorios de cosmética y perfumería en
primer término.
6. 6
Entre los aprendices españoles de la
Belle époque parisina figuran el galle-
go Federico Ribas, que llegó en 1899,
a tiempo de verla nacer; el madrileño
Rafael de Penagos; los valencianos Jo-
sé Segrelles, Eduardo Jener y Emilio Fe-
rrer, que fueron regresando escalonada-
mente al estallar, en 1914, la Primera
Guerra Mundial. En cambio, el cata-
lán Emilio Vilà y el vallisoletano Eduar-
do García Benito permanecieron en Pa-
rís o en Nueva York la mayor parte de
sus vidas.
Para mejorar la imagen en un mer-
cado bastante competitivo, nada mejor
que confiar el diseño a un único diseña-
dor, en régimen de exclusiva. En 1916
la Perfumería Gal de Madrid, convocó
un concurso de carteles en el Círculo Ar-
tístico de Barcelona al que concurrieron
quinientas obras.
Lo ganó Federico Ribas, que había
regresado recientemente del París de la
Belle époque, donde triunfó en especiali-
dades como la ilustración, el cartelismo
e incluso la dirección artística.
La poderosa y emprendedora Perfume-
ría Gal se hizo inmediatamente con los
servicios del cartelista, nombrándole di-
rector artístico del departamento de pu-
blicidad, labor que desempeñó durante
muchos años, hasta su práctica jubila-
ción.
Paralelamente, otra empresa del sec-
tor, la Perfumería Floralia, también de
Madrid, solicitó los servicios de otro ilus-
trador y cartelista, el madrileño Salva-
dor Bartolozzi, sensible y refinado, que,
aunque también había pasado por Pa-
rís, llevaba ya unos años destacando en
el panorama de la ilustración editorial
madrileña.
después, de 1900, en París la belleza halló en la mujer y en las
flores sus formas preferidas de representación, que aprendieron a
dibujar con gracia los jóvenes ilustradores más ambiciosos
que había entonces en España,
8. 8
A su vez, la Perfumería Calber, de
San Sebastián, requirió los servicios de
otro profesional acreditado, el catalán
Roberto Baldrich.
Sus dibujos de «chicas bien» estiliza-
das, aniñadas y andróginas, aprendi-
das en el París de su formación, pronto
superaron las fronteras y se publicaron
también en la sofisticada revista Vogue,
cuyos tirajes mensuales rondaban ya los
140.000 ejemplares de distribución in-
ternacional.
En fin, para no ser menos, la Perfu-
mería Myrurgia, de Barcelona, confió
su imagen gráfica al joven Eduardo Je-
ner, procedente de la inagotable cante-
ra de buenos ilustradores valencianos,
establecido en Barcelona desde los vein-
tiún años, aunque con estancias pasaje-
ras en París.
De los más famosos ilustradores de
entreguerras que contribuyeron a dis-
tinguir las cubiertas de la revista Blan-
co y Negro y algunos extraordinarios de
9. 9
Apareció entonces un razonable interés revolucionario por
participar en el diseño de la nueva sociedad del bienestar que
alumbraba, destinada a ser gozada por toda la colectividad, sobre
todo por la históricamente más indefensa.
ABC, llamados por Juan Manuel Bonet
«los seis grandes de la ilustración», tan
solo uno, Máximo Ramos, no parece ha-
ber colaborado en ningún diseño de en-
vase, cartel, etiqueta o anuncio para
una u otra industria perfumera españo-
la. En cambio, mientras que Federico Ri-
bas trabajó a fondo para Gal, los de-
más lo hicieron con diversas frecuencias
para Calber (Roberto Baldrich) y Flora-
lia (Salvador Bartolozzi, Enrique Ochoa
y Rafael de Penagos, quien también tra-
bajó para Gal).
Un año antes de finalizar la Prime-
ra Guerra Mundial, la revolución sovié-
tica subvirtió violentamente los valores
y costumbres de la Rusia zarista. Apa-
reció entonces un razonable interés re-
volucionario por participar en el diseño
de la nueva sociedad del bienestar que
alumbraba, destinada a ser gozada por
toda la colectividad, sobre todo por la
históricamente más indefensa. Para ello,
los artistas al servicio del pueblo, que
fueron estandarte de la formidable van-
guardia constructivista, también se dedi-
caron a proyectar la innovación en el
vestuario de la nueva sociedad. Tal fue
el caso de Vladimir Tatlin, por ejemplo.
En realidad, sorprende la coquetería
con la que los artistas de la combativa
vanguardia constructivista se presenta-
ban a sí mismos en público, puesto que
solían vestir con una atildada elegancia,
a la última moda y altamente personali-
zada.
Solo hay que ver fotografías del mí-
tico poeta de la revolución, Vladimir
Maiakovsky, su musa Lília Brik, su cola-
borador en el diseño de campañas y li-
bros Alexander Rodchenko y su esposa
10. 10
Varvara Stepanova, Nathan Altman (un
perfecto dandy), El Lisstizky, Vladimir
Tatlin o Naum Gabo, y naturalmente, las
damas Alexandra Exter, Liubov Popova
o Tatiana Bruni.
En una contracción surgida espontá-
neamente de la Exposición de las Ar-
tes Decorativas celebrada en París en
1925, aquel poderoso estilo constructi-
vista se adaptó a una versión descafei-
nada que cuajó en el archipopular esti-
lo art déco, al que añadieron unas gotas
de cubismo, también descafeinado.
Fue el gran momento del modisto, es-
tilista y perfumista Paul Poiret, inmedia-
tamente reconocido como el «Rey de la
moda» o, por mejor decir, el «Sultán de
París», debido al enorme poder de di-
fusión de sus patrones. Poiret tuvo em-
pleado como modisto a Erté, es decir,
Romain de Tirtoff, un exiliado ruso que
fue pintor, ilustrador, diseñador y esce-
nógrafo, y que ejerció también una gran
influencia con su personalísimo estilo
art déco. Y fue también el gran momen-
to de Gabrielle «Coco» Chanel, que re-
volucionó la moda con el traje de cha-
queta, los zapatos bicolores, el corte de
cabello de las damas a la garçonne o el
uso del pantalón como prenda femeni-
na. También creó perfumes, y su gran
aportación al diseño de frascos y etique-
tas fue la línea Chanel, en cuya etique-
ta ya se adelantó a su tiempo, en 1921,
con una tipografía de palo de caja alta,
negro sobre blanco, como las que Paul
Renner, con su Futura en 1927, y Eric
Gill, con su Gill Sans en 1928, encabe-
zaron la revolución del fin de la década
bajo el epígrafe radicalmente innovador
de «la nueva tipografía».
Enric Satué
Textos resumidos de su ensayo
“El diseño gráfico de perfumes y jabones”
12. Francisco Betrian
Tarjeta comercial perfumada
1869
Una de las formas
para dar a conocer
una fragancia al público
es el uso de una tira
de papel especial o
“mouillette” impregnada
de un aroma. Se trata de
una práctica utilizada
por los vendedores
desde las primeras
décadas del siglo XX y
en ellas incorporan los
fabricantes su publicidad.
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13. Estampa cromolitografía
1890
Otra forma de hacer
publicidad fueron los
calendarios. La Perfumería
Inglesa de S. Romero
Vicente es una de las
más conocidas
de Madrid a finales
del siglo XIX.
En la publicidad de
sus vistosos almanaques
perfumados hace
una llamada de atención
sobre el Agua de Colonia
Imperial, uno de sus
productos más solicitados.
13
14. Etiqueta comercial
Estampa: cromolitografía, 1862
A
El Instituto Español Químico
Farmacéutico de Sevilla
presenta, por primera vez
al público, el perfume Brisas
del Ebro en la Exposición
hispano-francesa de 1908
celebrada en Zaragoza.
En una visita de los reyes
Alfonso yVictoria Eugenia
la soberana elogia Brisas
del Ebro y solicita que le
perfumen con él. La etiqueta
de polvos de belleza con un
diseño posterior presen-
ta una sofisticada figura
femenina de estilo años 20.
En la composición destaca
el color gris plateado de
su pelo, la tipografía y los
motivos florales.
14
18. Jener, Eduard (1882-1967)
Etiqueta comercial
Estampa: cromolitografía
El diseño gráfico de
productos Orgía
de Myrurgia es de Eduard
Jener quien firma muchos
de los diseños de esta
casa y a quien se debe
considerar uno de los
creadores más puros
del art déco. Los motivos
florales de la fucsia ilustran
todas las etiquetas
destinadas a decorar
las cajas de jabones
y polvos de belleza de la
misma gama.
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19. Cebrián, José (1839-1904)
Acuarela
La acuarela de José Cebrián nos muestra un sencillo vaso con dos claveles como ejemplo de
la vistosidad de estas flores pero, además del uso ornamental ampliamente conocido de los
claveles, estos han tenido otros usos en el campo de la perfumería y la cosmética.
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20. Etiqueta comercial
Estampa: cromolitografía
La fábrica Cortés Hermanos, fundada en 1888 en Barcelona, es una de las empresas más
antiguas de toda España. Entre otros productos de belleza fabrica y comercializa el Jabón de
Heno Cortado. Su etiqueta en tonos verdes y dorados presenta un campo de heno rodea-
do de elementos decorativos de estilo modernista.
20
21. La peluquería de Jacinto Jorquis deValladolid se inaugura en el año 1931.
Este tipo de establecimientos que se abren en todas las ciudades españolas a lo largo del
siglo XX, ofrecían servicios para el cuidado del cabello y la barba masculinos..
Soria, Miguel Ángel
Reproducción fotomecánica, 1931
21
22. Montenegro, Federico (1890-1952)
Reproducción fotomecánica, 1914
En los anuncios de esta
época se nos muestra a la
mujer en un espacio de
intimidad. Nos abre las
puertas de su baño, su
tocador o su dormitorio,
espacio donde tendrá lugar
el uso de los productos
publicitados. Federico Ribas
debe gran parte de su
prestigio a la belleza y
sensualidad de sus figuras
femeninas. Colaboró en
numerosas publicaciones
como La Esfera y fue
director artístico de la
Perfumería Gal.
22
23. Aunque las imágenes de
mujeres modernas son las
más habituales en este tipo
de anuncios, también apare-
cen otras que surgen de la
mirada hacia otras épocas
históricas.Así nos encontra-
mos mujeres, sacadas de la
mano de dibujantes como
José Zamora y otros, que
proceden del siglo XVIII,
especialmente de la época
de Luis XV. Ellas se insinua-
rán y se expondrán para ser
cortejadas y galanteadas por
los caballeros.
Zamora, José de (1889-1971)
Reproducción fotomecánica, 1914
23
24. Una mujer sentada ante
el tocador arreglando su
cabello es la imagen del
anuncio de Petróleo Gal en
la revista La Esfera. Cuando
Salvador Echeandía abre
una droguería en la calle
Arenal de Madrid, en 1887,
empieza a distribuir una
loción alcohólica a base de
petróleo y esencias cítri-
cas para evitar la caída del
cabello. Era el Petróleo Gal,
uno de sus productos más
conocidos.
Reproducción fotomecánica, 1916
24
25. Gaspar, Tomás. Siglo XIX
Estampa: cromolitografía, 1915
Un ejemplo de la relación entre
música y publicidad es elVals-
Boston para piano creado por
el compositor Delfín Mateu.
La partitura está ilustrada con
la publicidad del
depilatorio Royal, invento de la
Casa Gozálbez de París.
En su litografíaTomás Gaspar
dibuja una dama de principios
de siglo con el envase en la
mano, mientras la publicidad
impresa al verso señala: «No es
de extrañar que el Depilatoire
Royal ocupe un sitial preferente
en el tocador de las elegantes
siendo un producto
imprescindible a toda mujer
que desee obtener
una belleza ideal».
25
26. El nombre de Ernesto
Martínez Colomer está
asociado con el negocio de
la distribución comercial que
construyó. La organización
E.M.C. nació para satisfacer
y suministrar a miles de
clientes en toda España
cualquier tipo de artículo.
Es así como muchos
pequeños propietarios de
establecimientos, a través de
este centro de distribución,
tienen acceso
a las fábricas de primera
magnitud, viniendo a
constituirse en interme-
diario y enlace entre el
fabricante y el detallista.
Martínez Colomer, Ernesto
Libro impreso
26
28. Figura de mujer. Tarjeta comercial
Estampa: cromolitografía
A
Este conjunto de obras
formado por invitaciones
de baile, paipáis, postales,
etiquetas y tarjetas comer-
ciales nos ofrecen imágenes
de hombres y mujeres de
distintas épocas. En ellas se
puede comprobar el afán
de todas las sociedades por
ofrecer una apariencia acor-
de con los gustos estéticos
de cada época. Para ello se
servían de todas las armas
que tenían a su alcance
como los productos de
belleza y la moda.
28
30. 30
Reproducción fotomecánica, 1959
Tulipán Negro
es una marca de
desodorante que
pertenece a la marca
Briseis, compañía
española dedicada a
desarrollar productos
para la higiene personal.
Era muy conocida en el
mercado por su
desodorante.