1. Gabriel Celaya, Poeta (2ª Parte)
Por : Santiago Fernández
Asesor de Matemáticas del Berritzegune Nagusia,
Bilbao. Abril 2016
santiagoff@gmail.com
2. Las raices de Gabriel Celaya
Rafael Múgica y la Residencia de Estudiantes.
Gabriel Celaya quiso ser pintor.
Gabriel Celaya , el POETA
Libros escritos por G. Celaya
La poesía es un arma cargada de futuro( análisis)
Su gran amor: Amparo Gastón ( Amparitxu)
Gabriel Celaya con sus amigos
Despidiendo a Gabriel Celaya
Esquema
3. Texto de Félix Maraña
J.P.Fiedrich Ritcher
Las raíces de Gabriel Celaya
4. Rafael Múgica y la Residencia de Estudiantes.
Hay que señalar la gran importancia que tuvo para Gabriel los años que
vivió en la Residencia de Estudiantes, entre 1927 y 1935, mientras
cursaba estudios de ingeniería industrial.
Allí su corazón se debatió entre sus dos grandes pasiones: la poesía y la
pintura. En la Residencia conoció a S. Dali y F. G. Lorca,…
Gabriel Celaya, Ricardo Carretero, Ohlsson, José
Orbaneja. Residencia de Estudiantes, 1934 S. Dali, F.G. Lorca, L. Buñuel y otros
5. Gabriel Celaya quiso ser pintor.
Y, aunque su dedicación a la pintura fue de unos pocos
años, nos ha dejado un fondo de dibujos y pinturas muy
sugerente.
Estos dibujos fueron realizados en su mayoría durante su
estancia en la Residencia de Estudiantes de Madrid, entre
los años 1927 y 1935, y firmados como Rafael Múgica.
La obra gráfica permaneció inédita hasta la exposición
coproducida en el año 1997 entre la propia Residencia de
Estudiantes y el Koldo Mitxelena Kulturunea, en la que
por fin ven la luz pública. La mayor parte de esta obra,
más de 300 dibujos y numerosos óleos, forma parte en la
actualidad del fondo de la Biblioteca de Gabriel
Celaya perteneciente al Koldo Mitxelena Kulturunea, en
San Sebastián.
Koldo Mitxelena Kulturunea
6. En la "Historia de mis libros", Gabriel Celaya nos confiesa
cómo "...entre 1927 y 1935 cursé la carrera de ingeniero
industrial sin dificultades ni suspensos. Es decir, sin alarma
para mi familia. Pero lo que realmente me ocupó y me
preocupó durante esos años --y eso sí que debía haber
alarmado a los míos-- no fue la ingeniería, que despachaba
como un asunto de trámite, sino la pintura, en la que
fracasé, pese a mi entusiasmo, por falta de preparación
técnica, y la literatura, en la que el autodidactismo produce
mejores resultados...".
El mismo Gabriel
Escribe de su
afición por la
pintura.
13. “¡Cuántas veces allí, señorito rebelde ,
intenté suficiencias, procuré dar estado
a una estúpida furia y a un afán sin objeto!
Mas era inútil. Nada gritaba yo gritando.
Nadie me levantaba paredes, ni oponía
A cuanto yo pedía coerciones o engaños.
…
Nadie me restringía. Nadie me atropellaba.
Todo era en torno un orden tranquilo funcionando.
Y allí Del Río Hortega, y allí García Lorca
como locos, más siempre fijos en su trabajo.
Miré en torno y entonces sentí la gran vergüenza
de ser pobre diablo que hace gestos en vano.
…
Sin sentir, nos armaron hombres y aquí seguimos
como nos enseñaron, durando contra todo,
llorando, mas también mordiéndonos los puños,
mordiendo mucha muerte mas clavando los
codos,
trabajando, mostrando que somos los de siempre,
y hablando por España como un oculto coro”
Gabriel Celaya
Poesía dedicada a la Residencia de Estudiantes
15. ¿Qué pensaba G. Celaya de la poesía?
“ No hagamos poesía como quien se va al quinto cielo o como quien posa
para la posteridad. La poesía no es –no puede ser- intemporal o, como
suele decirse un poco alegremente, eterna. Hay que apostar por el ‘ahora o
nunca”, escribía en 1975, en la antología que preparó para
Cátedra: ‘Itinerario poético’.
Unas líneas más adelante decía:
«La Poesía no es un fin en sí. La Poesía es un instrumento, entre otros,
para transformar el mundo. No busca una posteridad de admiradores.
Busca un porvenir en el que, consumada, dejará de ser lo que es hoy».
16. La Poesía no está
encerrada y enjaulada
en los poemas. Pasa a
través de éstos como
una corriente y consiste
precisamente en ese
pasar de uno a otro, en
ese ser del creador y el
receptor uno para el
otro y en el otro, en ese
contacto y casi
cortocircuito entre dos
personas que, más allá
de cuanto pueda
explicarse, vibran a
una”
(1947)
17. Marea del silencio, 1935
La soledad cerrada, 1947
Movimientos elementales, 1947
Tranquilamente hablando, 1947 (firmado como Juan de Leceta)
Objetos poéticos, 1948
El principio sin fín, 1949
Se parece al amor, 1949
Las cosas como son, 1949
Deriva, Alicante, 1950
Las cartas boca arriba, 1951
Lo demás es silencio, 1952
Libros escritos por Gabriel Celaya
Libros de Poesía
18. Paz y concierto, 1953
Ciento volando (con Amparo Gastón), 1953
Vía muerta, 1954
Cantos iberos, 1955
Coser y cantar (con Amparo Gastón), 1955
De claro en claro, 1956
Entreacto, 1957
Las resistencias del diamante, 1957
Música celestial (con Amparo Gastón), 1958
Cantata en Aleixandre, 1959
El corazón en su sitio, 1959
Para vosotros dos, 1960
Poesía urgente, 1960
La buena vida, 1961
Los poemas de Juan de Leceta, 1961
Rapsodia eúskara, 1961
19. Episodios nacionales, 1962
Mazorcas, 1962
Versos de otoño, 1963
Dos cantatas, 1963
La linterna sorda, 1964
Baladas y decires vascos, 1965
Lo que faltaba, 1967
Poemas de Rafael Múgica, 1967
Los espejos transparentes, 1968
Canto en lo mío, 1968
Poesías completas, 1969
Operaciones poéticas, 1971
Campos semánticos, 1971
20. Dirección prohibida, 1973
Función de Uno, Equis, Ene, 1973
El derecho y el revés, 1973
La hija de Arbigorriya, 1975
Buenos días, buenas noches, 1978
Parte de guerra, 1977
Poesías completas (Tomos I-VI),
1977-80 Iberia sumergida, 1978
Poemas órficos, 1981
Penúltimos poemas, 1982
Cantos y mitos, 1984
Trilogía vasca, 1984
El mundo abierto, 1986
Orígenes – Hastapenak,
1990 Poesías completas, 2001-04
21. Ensayos
El arte como lenguaje, 1951
Poesía y verdad, 1959
Juan Manuel Caneja, 1959
Exploración de la poesía, 1964
Castilla, a cultural reader (con Phyllis Turnbull), 1960
Inquisición de la poesía, 1972
La voz de los niños, 1972
Bécquer, 1972
Los espacios de Chillida, 1974
Lo que faltaba de Gabriel Celaya, 1984
Reflexiones sobre mi poesía, 1987
Ensayos literarios, 2009
Prosa
Tentativas, 1946
Lázaro calla, 1949
Penúltimas tentativas, 1960
Lo uno y lo otro, 1962
Los buenos negocios, 1965
Memorias inmemoriales, 1980
Drama
El relevo, 1963
Ritos y farsas. Obra teatral completa, 1985
22.
23. Pasarán gaviotas veloces, altas gaviotas,
Sobre casas de cristal, terrazas de cristal,
Donde muchachas blancasTocan los pianos de cristal.….
Por el aire transparente,Por mis ojos transparentes,Pasarán las lentas nubes del silencio,
Las gaviotas del gozo,La brisa,
Lo eterno.
Y habrá blancas muchachas en el aire y en mis ojos,
Y habrá un gozo sin sentido,
Y un olor de inmensidad,Y frente al mar infinitoHabrá terrazas, pinares,Una ciudad de cristal.Marea de Silencio (1935)
Sí, yo lo sé: Los lirios
Son el milagro de un alba inmaculada
Y el caballo, la forma
De una brisa dormida.
El cielo es una música quieta.
El mar absorto,
Plano
De tan callado, piensa.
Por la orilla de lo eterno
Con los brazos extendidos
Voy suspirando, llorando,
Aún no sé por qué motivo
Marea del silencio (1935)
24. Los Elementos
Somos hijos de la tierra
y el llanto,
del mar y de la inercia,
de la moral, del lento
pensamiento,
del discurrir circunspecto,
del florecer fugitivo
de un buen deseo,
y del peso del recuerdo
(de ese corazón cargado
que golpea triste y ciego),
y de los ojos inquietos
en donde brilla el silencio.
Somos hijos del mar
y de la tierra,
del llanto contenido,
de la dulce materia.
Pero también, ligeros,
atrevidos, gloriosos,
somos hijos del fuego"
Gabriel Celaya
25. Sin comentarios*
Gabriel Celaya
He pensado: Un poema no debe ser vago.
Si quiero que funcione debe de ser exacto.
Entonces no he cantado, he contado
De uno en uno los muertos que llevamos.
Me he sentado ante mi mesa, y he apuntado
Sus nombres y apellidos. Sin comentarios.
Al llegar al noveno ya estaba llorando
Pero hacia dentro. Sin comentarios.
Veintidós, veintitrés y veinticuatro.
La rabia me retorcía. Las lágrimas corrían.
Pero había que tragarlas. Sin comentarios.
Treinta y tres. Treinta y cuatro. ¿
Se pueden llevar más lejos el dolor y el espanto?
He tirado mi boli. He suspirado pensando:
Cumplí lo que podía. Mi poema ha terminado.
Y entonces un amigo me ha anunciado
Que acaban de matar al treinta y ¿cuántos?
*Escribí este poema ―dice Celaya― en Donosti (Euskadi), el 30 de septiembre de 1976. Lo
publico ahora por primera vez.
26. SE TRATA DE ALGO POSITIVO
Gabriel Celaya
Hoy, por ejemplo, estoy más bien contento.
No sé bien las razones, mas por si acaso anoto:
mi estómago funciona,
mis pulmones respiran,
mi sangre apresurada me empuja a crear poemas.
(Solamente -i qué pena!- no sé medir mis versos.)
Pero es igual, deliro: rosa giratoria
que abres dentro mío un espacio absoluto,
noche con cabezas
de cristal reluciente,
velocidades puras del iris y del oro.
(Solamente -¡qué pena!- estoy un poco loco.)
Mas es real, os digo, mi sentimiento virgen,
reales las palabras absurdas que aquí escribo,
real mi cuerpo firme,
mi pulso rojo y lleno,
la tierra que me crece y el aire en que yo crezco.
(Solamente -¡qué pena!- si vivo voy muriendo.)
27. A VECES ME FIGURO QUE ESTOY ENAMORADO
Gabriel Celaya
A veces me figuro que estoy enamorado,
y es dulce, y es extraño,
aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo.
Las canciones de moda me parecen bonitas,
y me siento tan solo
que por las noches bebo más que de costumbre.
Me ha enamorado Aaela, me ha enamorado Marta,
y, alternativamente, Susanita y Carmen,
y, alternativamente, soy feliz y lloro.
No soy muy inteligente, como se comprende,
pero me complace saberme uno de tantos
y en ser vulgarcillo hallo cierto descanso.
28. CON LAS MANOS EN LOS BOLSILLOS
Gabriel Celaya
Con las manos en los bolsillos
vengo y voy (¡tan cansado!):
vengo con unas largas estelas de horas muertas,
voy con mi entusiasmo de fuego renovado,
quedo, en último extremo,
estúpido, rendido, mientras suenan en torno
bocinas distendidas periódicos idiotas,
voces que rebotan, agrias, en lo hueco.
Vengo y voy, vuelto y callo,
siento cómo soy a la vez tonto y sabio,
cómo, a mi descanso,
conviene el derramarse de un cuerpo extenso y lacio,'
deshacerme pausado sin pena y sin fatiga,
bostezar sin sentido,
pasear para nada con ojos distraídos
y unas manos pesadas que hundo en los bolsillos.
Tranquilamente hablando ( firmado con Juan de Leceta)
29. ESPAÑA EN MARCHA
Gabriel Celaya
(De "Cantos iberos", 1955)
Nosotros somos quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus
muertos.
No vivimos del pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus
comienzos.
Somos el ser que se crece.
Somos un río derecho.
Somos el golpe temible de un corazón no resuelto.
Somos bárbaros, sencillos.
Somos a muerte lo ibero
que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero.
Paco Ibañez, Paris 1967
30. De cuanto fue nos nutrimos,
transformándonos crecemos
y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto.
¡A la calle!, que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.
No reniego de mi origen,
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.
Españoles con futuro
y españoles que, por serlo,
aunque encarnan lo pasado no pueden darlo por bueno.
Recuerdo nuestros errores
con mala saña y buen viento.
Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte del sueño.
Vuelvo a decirte quién eres.
Vuelvo a pensarte, suspenso.
Vuelvo a luchar como importa y a empezar por lo que
empiezo.
No quiero justificarte
como haría un leguleyo.
Quisiera ser un poeta y escribir tu primer verso.
España mía, combate
que atormentas mis adentros,
31. Mi locura
Gabriel Celaya
Después de mucho andar, mucho perder, mucho luchar,
Me dicen: “¿Para qué”?
Yo digo simplemente: “Para vivir mejor”
Me dicen: “¿Cómo es eso, Si tú vives bien? ¿Qué más quieres, di?”
Yo digo en tonto: “No sé”
Pero es claro lo que quiero para todos,
Y me digo por lo bajo: “¡Pues sí que estamos bien!”
Y sigo trabajando más que tonto
Por una gloria total,
Con inocencia,
Y a veces con tan alta claridad, Que esa luz casi parece una ferocidad.
32. Por de pronto, esto
Gabriel Celaya
Lo primero es respirar.
Lo segundo es comer.
Lo tercero es andar.
Andar por andar,
pues ¿sabe usted adónde va?
Comer por comer,
¿o es que no quiere seguir?
Respirar por respirar,
¿o es que quiere usted morirse?
Lo normal es vivir,
y respirar, y andar,
y a ratos sueltos, pensar.
33. LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Gabriel Celaya
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
más se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
que golpea las tinieblas.
Cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades;
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo,
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
….
34. Meditación
Gabriel Celaya
Si es verdad que existo y que me llamo Rafael,
Si es verdad que estoy aquí
Y que esto es una mesa;
Si es verdad que soy algo más que una piedra oscura entre ortigas,
Algo más que una áspera piedra en el fondo de un pozo.
Si verdaderamente es real esta extraña claridad violeta de la tarde,
Si esos grises y malvas son casas y nubes,
Si verdaderamente no es un sonámbulo ese hombre que pasa por la calle, Si es
real este silencio que sube y baja entre el misterio y la vida,
Si es verdad que existo y que me llamo Rafael
Y que soy algo más que una planta de carne;
Si verdaderamente las cosas existen
Y yo también existo
Y mi pensamiento existe;
Si verdaderamente esta dulce tarde de con olor a magnolias es algo real Si es
también real este temblor de infinito que siento latir dentro de mí,
Si verdaderamente me llamo Rafael y existo y pienso,
Si verdaderamente el mundo vive en una atmósfera densa de pensamientos
[desconocidos y eternos,
Si verdaderamente es así ¡Oh gracias, gracias por todo!
37. Canciones
Gabriel Celaya
Canción de invierno:
Canción de nieve, de hastío
De témpanos y soledad,
Canción de plata, de cisnes
Diamantes y frialdad.
Canción de primavera:
Canción de luz, de colores,
De esmaltado revivir,
Canción de pájaros, flores,
Esmeraldas y rubis.
Canción de verano:
Canción de oro, de lumbre,
De amapolas y de Sol.
Canción de fuego, de sangre
De calor y exaltación.
Canción de otoño:
Canción de grises ojeras
De morados y dorados,
Canción de los ojos muertos
De la lluvia y el cansancio.
38. Una pareja perdida
Gabriel Celaya
Iban los dos vestidos con descaro
-minifalda, melenas-
cogidos de la mano,
tan jóvenes que casi daban miedo,
tan absortos en un cero que,
aunque no se veían,
les unía absolutos algo fieramente puro.
Iban a cualquier parte cogidos de la mano.
Se amaban sin tristeza,
ni alegría, ni nada.
Y a veces se miraban,
pero no se veían.
Y luego se sentaban en un banco cualquiera.
Pero no se veían.
Ella era muy bonita;
parecía aturdida;
él, feroz y esmirriado.
No hablaban.
No tenían ya nada que decirse.
Ya no se deseaban.
Pero seguían juntos,
cogidos de la mano,
frente a algo que espantaba.
40. Oda a Pablo Neruda
Te escribo desde un puerto.
La mar salvaje llora.
Salvaje, y triste, y solo, te escribo abandonado.
Las olas funerales redoblan el vacío.
Los megáfonos llaman a través de la niebla.
La pálida corola de la lluvia me envuelve.
Te escribo desolado.
…
Te escribo desde un puerto,
desde una costa rota,
desde un país sin dientes,
ni párpados, ni llanto.
Te escribo con sus muertos,
te escribo por los vivos,
por todos los que aguantan
y aún luchan duramente.
Poca alegría queda ya
en esta tierra nuestra.
Mas ya ves, esperamos
Gabriel Celaya
41.
42. LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
1.-Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,(16)
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, (16)
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,(14)
como un pulso que golpea las tinieblas(12)
2.-cuando se miran de frente(8)
los vertiginosos ojos claros de la muerte,(14)
se dicen las verdades:(7)
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades(14)
3.-Se dicen los poemas (6)
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,(14)
piden ser, piden ritmo,(7)
piden ley para aquello que sienten excesivo.(14)
4.-Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
5.-Poesía para el pobre, poesía necesaria (14)
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
6.-Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno
estamos tocando el fondo
7.-Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
8.-Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
9.-Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, (14)
y calculo por eso con técnica qué puedo.(14)
Me siento un ingeniero del verso y un obrero (14)
que trabaja con otros a España en sus aceros.(14)
10.-Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego (14)
Tal es, arma cargada de futuro expansivo (14)
con que te apunto al pecho.
11.-No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto. (14)
Es algo como el aire que todos respiramos (14)
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos. (14)
12.-Son palabras que todos repetimos sintiendo (14)
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. (14)
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre(14)
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos(14)
Análisis informal de la poesía
44. El poema consta de 12 estrofas con 4 versos cada una. Con rima libre y alternancia
reiterada de versos cortos y largos. Se introducen bastantes comas, dando fluidez el
poema.
Si bien el poema está escrito en verso libre su irregularidad métrica no es total al
presentar algunos versos de rima asonante( por ejemplo: versos 22 y 24) y también
consonante (por ejemplo: versos 7 y 8).
Contiene versos de arte mayor y menor. Además, hay un fuerte predominio de los
alejandrinos ( veintitrés versos sobre los cuarenta y ocho de que consta el poema) y
abundantes octosílabos y heptasílabos.
Es un poema muy musical, abusando de las repeticiones: como las anáforas,
paranomasia, y paralelismos que encontramos en casi todas las estrofas, o el
polisíndeton... también se utilizan el encabalgamiento, enumeraciones e hipérbaton para
fomentar ese ritmo.
Utiliza palabras agresivas, como armas y un quiasmo muy potente en el último verso: “son
gritos en el cielo, y en la tierra, son actos)
Análisis sucinto del poema.
“La poesía es un arma cargada de futuro” de Gabriel Celaya,
pertenece a Cantos Íberos, 1955.
45. En el poema se diferencian tres partes en cuanto a contenido:
• La primera, en la que describe la realidad de la Guerra Civil,
• La segunda, donde nos explica por qué es necesaria la poesía y
para quién.
• Por último, la tercera parte es mucho más subjetiva (desde el yo)
en la que expresa sus sentimientos e ideas sobre lo que debería
ser la poesía y para qué debería servir.
“La poesía es un arma cargada de futuro” de Gabriel Celaya,
pertenece a Cantos Íberos, 1955.
Temática del poema.
46. Su gran Amor:
Amparo Gastón ( Amparitxu)
Amparitxu es el detonante. El propio Celaya cuenta que es al conocerla cuando decide dar el
salto y ser poeta. A partir de la irrupción de Amparitxu en escena podemos hablar de Gabriel
Celaya, el poeta. No antes( Prof. Díaz de Guereñu)
47. Pero quizá el gran hecho de 1946 fue que conoció a Amparitxu Gastón, a la
que contrató de secretaria para aquella editorial que estaba en una
buhardilla con cocina, donde nacería la poesía social española.
Por allí pasarían, entre muchos otros, Eugenio de Nora, que traía los libros
de Pablo Neruda, Blas de Otero, Ángela Figuera, Jorge Semprún, Enrique
Múgica...
Celaya solía contar, como quien no quiere la cosa, que “ todo era muy
ambiguo”
Un día, el consejo de administración de la fábrica se reunió y me dijo:
“Como usted comprenderá, esto de que un ingeniero gerente publique
versos desacredita a la empresa y puede crearnos muy mal nombre ante
los bancos. Le agradeceremos que en adelante firmen con seudónimo”.
Y empecé a firmar como Gabriel Celaya.
Celaya conoce a Amparo Gastón
49. Con Raimon, Paco Ibañez e Imanol
El amor, esa brisa
Pensar en el amor es importante,
sobre todo
cuando no se pasa hambre.
No hablo de la India, no hablo del Vietnam,
aunque vale.
Hablo, amor, de si podremos pagar hoy el pan.
Tendremos pan y vino. Si hoy nos falta dinero,
mañana lo tendremos.
Y somos millonarios de tiempo, tiempo y tiempo.
Como la India, como la China, como el Vietnam,
no tenemos prisa.
¿Y quién es tan valiente que nos venga a cobrar?
Pensemos, por lo tanto, en el amor.
Cuando se puede esperar,
hasta la brisa parece limpia y trascendental.
Gabriel Celaya
52. A Amparitxu, así en la tierra como en
la Magia
(Los espejos transparentes - 1968)
Me dirán, ya lo sé, que soy un decadente
cuando lean los versos más de viejo que de
loco
que expongo en esta luz como en el fijo
espanto.
¡Mas tanto he caminado! Tengo derecho a un
alto.
Yo tengo mis poemas, mi Amparo y mi misterio.
Poco entiendo si trato de ver algo allí fuera;
pero todo lo entiendo, real en el secreto
y en el calor chiquito y en el dolor de un
tiempo.
Amparo, desembocan los ríos de mis versos
en tus ojos parados, terriblemente abiertos,
y en el misterio cierto del amor y el suspendo.
¡Amor, tan sólo amor! ¿Qué importa ahora la
rima?
Te quiero. Me recrezco. Tú enriqueces mi vida.
Amar es no soñar según lo que se espera
y ver cómo es milagro la luz de cada día:
Milagro y amenaza, descubrimiento loco.
Doblez que algo promete, terror que compromete,
lucha que desafía y apuesta con la muerte.
Donde menos se espera, surge y da, golpe, el alto
la sorpresa que deja mi corazón parado.
Donde más, sólo queda pensar en el pasado.
Donde menos y más, mi Amparitxu tú estás
bellamente callada, sonriendo en Esfinge,
como si tú tuvieras en la mano ese As
de un palo que no existe. Ya sé; me ganarás.
Gabriel Celaya
53. Hablo con Amparo
Amparo, ya atardece, ¿y qué hemos conseguido?
Es cierto que aún seguimos donde siempre, luchando
que aún dura la alegría como algo sin sentido,
y otros, cuando cedemos, nos siguen levantando.
Campesinos del Sur, obreros guipuzcoanos,
en vosotros saludo una España que avanza.
Muchachas, estudiantes, mineros asturianos,
con vosotros apuntan la luz y la esperanza.
Perdonad si mi canto no os acompaña más.
Perdonad si no ensalzo todo lo que ya dora.
Mi voz va enronqueciendo, pero vivo, detrás,
escucho cómo cantan los gallos en la aurora.
Gabriel Celaya
54. Dedicatoria final (Función de Amparitxu)
(De "Función de uno, equis, ene", 1973)
Pero tú existes ahí. A mi lado. ¡Tan cerca!
Muerdes una manzana. Y la manzana existe.
Te enfadas. Te ríes. Estás existiendo.
Y abres tanto los ojos que matas en mí el miedo,
y me das la manzana mordida que muerdo.
¡Tan real es lo que vivo, tan falso lo que pienso
que -¡basta!- te beso!
¡Y al diablo los versos,
y Don Uno, San Equis, y el Ene más Cero!
Estoy vivo todavía gracias a tu amor, mi amor,
y aunque sea un disparate todo existe porque existes,
y si irradias, no hay vacío, ni hay razón para el suicidio,
ni lógica consecuencia. Porque vivo en ti, me vivo,
y otra vez, gracias a ti, vuelvo a sentirme niño
Gabriel Celaya
55. «Por la playa te paseas siempre solo
y no sé si estás soñando
o muriéndote quizás muy poco a poco.
Tienes la cabeza hundida
y los ojos claros, quietos.
Verte es ver el silencio.
Algo se murió en tu alma
no sé cuándo, no sé cómo,
y yo pienso en un misterio doloroso.
Y te veo paseando siempre solo,
y no sé si estás soñando
o muriendo quizás por mí y por todos».
Amparo Gastón( Amparitxu)
Gabriel Celaya, Amparo Gastón y Rafael Alberti
Vacaciones en Formentor
Dionisio Ridruejo, Amparo Gastón,
Gabriel Celaya, José Hierro, Luis Felipe
Vivanco, en Formentor.
56.
57. Concesión del Tambor de Oro, de la ciudad
de San Sebastián, a Gabriel Celaya, 20 de
enero de 1989.
58. Celebración de la boda de Gabriel Celaya y Amparitxu Gastón.
Casa Nicolasa, San Sebastián, 1982.
59. DESPEDIDA
Quizás, cuando me muera,
dirán: Era un poeta.
Y el mundo, siempre bello, brillará sin conciencia.
Quizás tú no recuerdes
quién fui, mas en ti suenen
los anónimos versos que un día puse en ciernes.
Quizás no quede nada
de mí, ni una palabra,
ni una de estas palabras que hoy sueño en el
mañana.
Pero visto o no visto,
pero dicho o no dicho,
yo estaré en vuestra sombra, ¡oh hermosamente
vivos!
Yo seguiré siguiendo,
yo seguiré muriendo,
seré, no sé bien cómo, parte del gran concierto.
Gabriel Celaya
60. Con Dámaso Alonso, Gloria Fuertes, Luis Rosales y otros poetas.
Gabriel Celaya con sus amigos
61. .
A Blas de Otero
Amigo Blas de Otero: Porque sé que tú existes,
y porque el mundo existe, y yo también existo,
porque tú y yo y el mundo nos estamos muriendo,
gastando nuestras vueltas como quien no hace nada,
quiero hablarte y hablarme, dejar hablar al mundo
de este dolor que insiste en todo lo que existe.
Vamos a ver, amigo, si esto puede aguantarse:
El semillero hirviente de un corazón podrido,
los mordiscos chiquitos de las larvas hambrientas,
los días cualesquiera que nos comen por dentro,
la carga de miseria, la experiencia —un residuo—,
las penas amasadas con lento polvo y llanto.
……
Por eso, amigo mío, te recuerdo, llorando;
te recuerdo, riendo; te recuerdo, borracho;
pensando que soy bueno, mordiéndome las uñas,
con este yo enconado que no quiero que exista,
con eso que en ti canta, con eso en que me extingo
y digo derramado: amigo Blas de Otero.
Gabriel Celaya
Con Amparitxu Gastón
y Blas de Otero
62. Amparo Gastón, Gabriel Celaya,
Alfonso Sastre y Caballero Bonald,.La Habana
Homenaje a F. García Lorca.
Con Pablo Neruda (izda.)
y Paco García Lorca, entre
otros.Brasil,1968
Con Gloria Fuertes, Luis Rosales, Dámaso
Alonso, Jose Miguel Belloso, Jiménez Martos.
63. Con Eduardo Chillida
Gabriel Celaya, Carlos Muñiz, Alfonso
Sastre, Mari Dapena, Jose María de
Quinto y Eva Forest.
64. Con Joaquin Navarro, su familia
y José Bergamín(en el centro)
Con la actriz Lola Gaos
Con Blas de Otero
65. De Izquierda a derecha: Gabriel Celaya, Blas de Otero, Asunción Carandell,
Carlos Barral y José Agustín Goytisolo
69. Celaya con los alumnos y las alumnas de la escuela de Magisterio
ESCUNI, después de la obra de teatro "El relevo", que Gabriel
Celaya escribió en 1963. Año 1985
70.
71. En su ensayo "Poesía y Trabajo" (1972), Celaya ubica el concepto de
“poesía social” de la siguiente manera:
“ Es inútil decir que en Poesía, el trabajo no lo es todo. Ni en Poesía, ni en
nada. […] Quien no comprenda esto y siga creyendo que el poeta es un ser
superior y no un obrero, aunque un obrero especial, como especial de otro
modo es un médico o un electricista, no entenderá nunca lo que quiere decir
Poesía social en su recto sentido”
Gabriel Celaya un poeta Social
73. EDUCAR
Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca...
Hay que medir, pensar, equilibrar...
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino...
un poco de pirata...
un poco de poeta...
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejan
Soñar que, cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
Gabriel Celaya
74. Aprende a tragar
Té dirán: «Hay que pensar.»
Y tu no comerás,
sólo rumiarás.
Rumiarás el pensamiento
de las mil que te dan.
Y al fin, devolverás.
Devolver las que te dan
sin digerir, no es pensar.
Es tan sólo vomitar.
Consejo Mortal
Levanta tu edificio. Planta un árbol.
Combate si eres joven. Y haz el amor, ¡ah, siempre!
Mas no olvides al fin construir con tus triunfos
lo que más necesitas: Una tumba, un refugio.
El Celaya filósofo
76. Luz
BUENOS DÍAS, GABRIEL
Las olas son las olas.
Gabriel Celaya.
Tres poetas en uno / semillero
de tantos más / tu ánima insumisa
se topó con la muerte y su pesquisa
y la puso a cuidar tu invernadero
especialista en empezar de cero
detonaste la bomba de la risa
sin dios sin espejismos y sin prisa
perro viejo / filósofo / ingeniero
fiel a tu gente / a amparo / ya ti mismo
a pesar de tus ráfagas de triste
te encaraste jovial con el abismo
hombre en medio del mundo y hombre a solas
junto al mar fuiste humilde y escribiste
simplemente / las olas son las olas
Mario Benedetti.
79. Romanticismo
LOS DOS MARCELOS
A la memoria de Gabriel
En abril de este año hablé con Bioy Casares.
Le recordé al maestro que en un prólogo suyo de hace cincuenta años
llamó pesado a Proust,
y que en una Postdata al mismo prólogo,
escrita veinticinco años después,
cantó la palinodia:
«¿Qué es eso de matar a quienes más queremos?
Bioy me dijo que, de pequeño, aborrecía a Proust,
pero que luego se hizo mayor y aprendió a amarlo.
Yo le dije que Proust me aburria,
que no me interesaba, ni antes ni ahora, en absoluto.
Bioy entonces me dijo que leyera Albertine disparue
como si fuera una novela policíaca,
que a lo mejor así empezaba a gustarme A la recherche du temps perdu,
como a todo el mundo sensato.
No he seguido el consejo de A.B.C.
Él se había mostrado irreverente con Proust cuando era joven,
que es cuando se dice la verdad.
Yo no quiero dejar de ser joven.
No soporto la idea de que cualquier enciclopedia
dedique siete páginas a Marcel Proust y siete líneas a Marcel Schwob.
No es justo lo que han hecho con los dos Marcelos.
Luis Alberto de Cuenca.
Madrid, 2 de octubre de 1991
* Publicado en la revista Zurgai, número especial de diciembre de 1992.
80. Admiración
LA VERDADERA HISTORIA
DE TESEO Y EL MINOTAURO
(Siglo VIII antes de Augusto)
A Gabriel Celaya, in memoriam
NO mató Teseo al Minotauro
pues que nunca ese monstruo había existido
y era slo invención de lo's mortales.
Mas al salir con vida de la cueva,
lo aclaman vencedor y no le escuchan
el relato veraz de lo ocurrido:
desenvaina la espada, sumérgese en la noche,
vaga por las entrañas de la oscura oquedad
y no encuentra ni rastro de la temible bestia.
Piensa entonces que todo es un engaño,
mito urdido para aterrar al hombre
y someter el hombre al hombre por el miedo.
Así dedujo el héroe en las tinieblas,
que Apolo y no Ariadna le guiara.
Y así, prudente, callose para siempre:
cumplió su cometido y, victorioso,
quién iba ya a creerle su relato,
que ya en triunfo lo llevan y su frente Coronan.
¡Oh necios hombres que, destruido el mito,
seguís mitificando lo desmitificado!
Rafael Esteban Poullet.
* Publicado en la revista Zurgai, número especial de diciembre de 1992.
81. Emoción
EL AIRE HUELE A HUMO
A Gabriel Celaya y a Amparo Gastón,
Que tanto le quiso y le quiere todavía.
¿Qué hará con la memoria
de esta noche tan clara
cuando todo termine?
¿Qué hacer si cae la sed
sabiendo que está lejos
la fuente en que bebía?
¿Qué hará de este deseo
de terminar mil veces
por volver a encontrarle?
¿Qué hacer cuando un mal aire
de tristeza la envuelva
igual que un maleficio?
¿Qué hará bajo el otoño
si el aire huele a humo
y a pólvora y a besos?
¿Qué hacer?¿Qué hará? Preguntas
a un azar que ya tiene
las suertes repartidas.
José Agustín Goytisolo.
* Publicado en la revista Zurgai, número especial de diciembre de 1992.
83. Revista Zurgai
Gabriel Celaya (Monográfico)
Diciembre 1992
República de las Letras,70
Madrid, 2001
República de las Letras,125
Madrid, 2011( centenario de G.Celaya)
84. La inauguración de un monolito
dedicado a G. Celaya en Logroño,
homenaje póstumo a Celaya.
16-06-1995
85.
86.
87. Concurso dibujo en el CEIP “Gabriel Celaya”,
Móstoles( Madrid)
Tema: Retrato de Gabriel Celaya
Dibujo: Viictor Calvo. 4º A
89. A Gabriel Celaya
Yo, tu nombre, Gabriel, con letras de oro
lo pondría en el rompeolas de España,
donde ni la envidia ni la cizaña
embistiesen como hace el fiero toro.
Celaya amigo, maestro del decoro,
¿Porqué desde siempre hay tan mala entraña
en esta tierra donde la guadaña
la elevan malditos formando coro?
Tu ceniza vivificó los prados
de esa tierra vascona tan querida,
que te entregó grandeza y valentía.
Si hay quien niega el valor de tus dictados
se equivoca, te agranda más la herida
abierta, cuando el ogro acometía.
Antonio Cillero Ulecia
90. Epílogo
Y al fin reina el silencio.
Pues siempre, aún sin quererlo,
guardamos un secreto.