2. Vallejo Nágera (1952) denomina orientación al complejo de funciones psíquicas que nos
permite darnos cuenta, a cada instante, de la
situación real en la que nos hallamos. Es fruto y
resultado de la apercepción y elaboración de las
experiencias adquiridas, lo que permite que
tengamos conciencia de nuestra propia persona, y
de nuestra situación en el espacio y en el tiempo.
Relacionada directamente con la conciencia
del Yo, definida por Jaspers (1963)desde el punto de vista fenomenológico o fenoménico,
dado por Jaspers.
Vitalidad del Yo, conciencia del existir, es la vivencia de ser conscientes de que
tenemos un cuerpo y que somos una persona, de que estamos vivos.
Actividad del Yo: se refiere a la vivencia de que uno es actor de sus propios actos.
Demarcación del Yo, es la diferencia que se establece entre el Yo y el no Yo. Mi Yo
tiene su límite en el otro, en los objetos o en lo externo
Consistencia del Yo, se refiere a que Yo soy Yo en los distintos tiempos en que he
vivido. Yo he sido Yo cuando tenía 3, 5, 10, 15 y 25 años, y también soy Yo en los
distintos espacios en que he estado.
Imagen de sí mismo: conciencia de la personalidad, es en realidad una conjunción de
todo el resto de los atributos, en cuanto es una resultante que uno tiene respecto de sí
mismo, qué cree que uno es.
La orientación es una función dependiente de la conciencia. En tal sentido, si hay
alteración de la conciencia habrá alteración en la orientación. Sin embargo, puede haber
alteraciones de la orientación sí que necesariamente haya alteración de la estructura de la
conciencia.
Bases biológicas de la función
La identificación de las coordenadas de espacio y tiempo depende del aprendizaje,
principalmente de la función de memoria.
Del Sistema Circadiano
El sistema tálamo cortical relaciona sincrónicamente las propiedades del mundo
externo, referidas por los sentidos, con las motivaciones y memorias generadas
internamente. A través del reloj o marcapasos endógeno constituyen el reloj endógeno del
organismo que condicionan cambios de voltaje en unidades de tiempo. Los relojes
circadianos están mediados por actividad genética especifica (hay por lo menos seis genes
implicados en el mecanismo del reloj y adicionalmente, cuatro genes en el mecánicos de
3. sincronización el funcionamiento de neuronas con la luz solar) y complejos procesos de
biología molecular y de bioquímica que involucran al cerebro, los cuales, por vía de
respuesta, activan glucocorticoides, nervios simpáticos y órganos periféricos que a su vez
tienen sus propios relojes circadianos.
De las Aferencias
La percepción y el control de la orientación y el movimiento corporal en el espacio se
consiguen mediante un sistema en el que participansimultáneamenteestímulos aferentes de
tres fuentes: la visión, el órgano vestibular del oído interno y los sensores musculares,
articulares y cutáneos que aportan una informaciónsomatosensorial sobre el movimiento del
cuerpo y el contacto físico con el medio ambiente. La combinación de esta información se
integra en el sistema nerviosos centra, donde se generan las acciones apropiadas para
restaurar y mantener el equilibrio, la coordinación y el bienestar.
Funcionamiento psicológico normal de la orientación
La Orientación Alopsíquica: Es la capacidad que permite saber con claridad en
dóndese está ubicado en un momento determinado, y correlacionar esta ubicación y este
tiempo con otras ubicaciones y otros tiempos. Permite saber sin mayores validaciones
externas si es de día o de noche, si se está a comienzos, mediados o fin de año, si el sitio en
el que estamos es el de trabajo, recreo o en el hogar y que el hoy es distinto del ayer del
mañana. En ella se dividen:
-Orientación en el tiempo: es la apreciación de su sucesión.
- Orientación en el espacio: es el conocimiento de las magnitudes, formas y distancias
de las cosas entre las cuales vivimos y nos movemos, y de la noción de la localización de
las cosas.
- Orientación de lugar: es una función de la memoria e implica el reconocimiento, por
medio de recuerdos anteriores, de un lugar.
La Orientación Autopsíquica: es la que nos permite vivenciarnos como Yo único, y
como punto de referencia para entender las ubicaciones de otros objetos (No Yo) como
entidades diferentes del YO, ubicadas a su vez en determinados espacios y tiempos.
- Orientación de persona: se diferencia la orientación sobre la propia
personalidad (autopsíquica), de la orientación sobre las personas del medio ambiente.
- Orientación somatopsíquica: es la referida al propio cuerpo y a ella pertenecen
la conciencia de enfermedad, sensación de enfermedad y noción de enfermedad.
4. Psicopatologías de la orientación:
Son los desórdenes de la orientación y de la capacidad para orientarse en el espacio y
en el tiempo. Kraepelin y Jaspers (1952) distinguen los siguientes tipos:
Desorientación apática: el enfermo percibe con nitidez el mundo externo, pero carece
de la suficiente energía psíquica para elaborar la sensopercepción o no se interesa por el
medio ambiente, como sucede en la esquizofrenia. Es típico de este cuadro ignorar no sólo
la fecha sino el tiempo que lleva internado, el nombre de los médicos y personal que lo
atiende durante años. En la depresión melancólica puede darse también desorientación
apática por inhibición psíquica.
Desorientación lagunar: es la pérdida de orientación para determinado espacio y
tiempo, durante el cual el sujeto padeció una grave obnubilación del sensorio.
Desorientación amnésica: se produce por amnesia de fijación, como ocurre en los
cuadros demenciales.
Desorientación por confusión mental: deriva de un síndrome confusional, como en el
onirismo, delirium tremens, etcétera.
Desorientación delirante: a pesar de estar lúcido, el paciente elabora patológicamente
las sensopercepciones, de lo que resulta un falseamiento de la situación en el espacio y
tiempo. Ejemplo: un paciente delirante dice vivir en un castillo en la Edad Media.
La orientación autiosíquicase pierde cuando hay estrechamiento grave del campo de
conciencia, pero si la estructura de la conciencia está indemne y hay desorientación, la
causa es psicógena.
Bibliografía
4. K. Jaspers, Psicopatología General, Buenos Aires, Beta, 1963.
7. A. Vallejo Nágera, Propedéutica clínica psiquiátrica, Barcelona, Salvat, 1952.