El documento habla sobre el estrés y cómo manejarlo. Explica que el estrés es un mecanismo para adaptarse a los cambios y lograr objetivos, pero que puede afectar la salud física y mental si no se maneja adecuadamente. Señala que para hacerle frente al estrés se necesitan recursos físicos, psicológicos y sociales como mantener buenos hábitos de vida, tener una perspectiva positiva, y contar con redes de apoyo.
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Manejo del estrés
1. TEMA: MANEJO DEL ESTRÉS
El estrés es un mecanismo que tiene el ser
humano para adaptarse a los cambios que le
exige el medio, enfrentar los peligros y lograr
sus objetivos. Este mecanismo genera
reacciones tanto físicas como mentales y
emocionales. Aun los acontecimientos positivos
pueden generar un cierto grado de estrés
cuando requieren cambio y adaptaciones.
Por eso es necesario saber como manejar este
proceso psicosocial
• Habilidad social. La capacidad de escucha, de
diálogo fluido, de precisión en las ideas, de sensibilidad
para con el otro, etc. atrae a los demás y los pone en
disposición de cooperar y colaborar en la solución de
los problemas. Como los estos tienen lugar, no en un
vacío sino en un contexto de relaciones
interpersonales, un contexto en que –si asumimos que
el hombre es un ser social por excelencia- es
prácticamente imposible que los problemas -¡y su
solución!- no tengan que ver con los demás,
particularmente aquellos que tienen determinado grado
de significación para la existencia de las personas
concretas.
• Redes de apoyo social y recursos materiales.
Los recursos de afrontamiento de las personas además
de internos (biológicos y psicológicos), son también
externos (sociales y materiales) en tanto que en
muchas ocasiones a la persona no le es suficiente
aquello con lo que cuenta como individualidad sino que
requiere de soporte fuera de él o ella. En este sentido
resultan sumamente importantes las redes de apoyo
social, concebidas como las redes de relaciones
interpersonales en que está inmersa la persona, de las
que se reciben tipos distintos de ayuda (emocional,
instrumental, material, informativa, guía, etc.) que
pueden ser decisivas para que ésta pueda afrontar
exitosamente las exigencias de su vida cotidiana, más
aún cuando se está “en problemas”.
Una fuerte convicción religiosa, la fe en la justicia y la
lealtad o cualquier otra sólida creencia existencial sobre
los valores humanos o sobre Dios, favorece resultados
positivos en el afrontamiento de los problemas.
CICLO DE CAPACITACIONES:
Tips de Seguridad Industrial y Salud
Ocupacional en el puesto de trabajo
MAYOR INFORMACIÓN:
Programa de Salud Ocupacional
2. CONOZCAMOS EL ESTRÉS
El estrés se presenta en diversas situaciones y se da en diferentes
niveles que afectan de alguna manera el desempeño de las
personas. Por ejemplo cuando éste se encuentra en el nivel
alto puede producirle daño al cuerpo, puede afectar sus
relaciones personales y su desempeño en el trabajo o en la
universidad. El estrés es parte de la vida. No se puede evitar
por completo, lo que sí se puede cambiar es la manera de
reaccionar frente a él, es decir, lo que pensamos, sentimos o
hacemos cuando algo nos lastima, nos amenaza o nos
desafía.
Estrés positivo y estrés negativo o patológico
No todo estrés es dañino. El estrés positivo nos
puede animar a hacer cosas creativas o
ingeniosas. Éste nos impulsa a producir y a dar lo
mejor de sí, bien sea hablando, negociando o
enfrentando una situación de peligro físico.
Pero cuando los cambios y las exigencias de la
vida nos abruman, el estrés negativo empieza a
afectar nuestra salud. La fase negativa del estrés
comienza cuando la tensión, física y mental,
aumenta en tanto la salud y el rendimiento
disminuyen. Los efectos en la salud suelen
manifestarse como: aislamiento, depresión,
ansiedad, mal genio, gastritis, insomnio, entre
otras.
Como el hombre es un ser biopsicosocial, requiere de los
siguientes “recursos” para afrontar el estrés: potencial
psicológico, potencial biológico y también el potencial
social que todos somos. En función de ello, para afrontar
las situaciones de estrés se requieren los siguientes
recursos:
• Recursos físicos de salud y energía. Manteniendo
unos buenos hábitos de vida como dormir de 6 a 8 horas,
comer balanceado y en horarios fijos, hacer ejercicio
mínimo 3 veces a la semana. Disminuir o eliminar el café,
el licor y el cigarrillo.
• Recursos psicológicos. Tener una cosmovisión positiva
y optimista. Un sistema positivo de creencias sobre sí
mismo, sobre los demás y sobre la vida se convierte en
importantes recursos de afrontamiento cuando la persona
está inmersa en situaciones que, de una u otra forma,
laceran su salud y bienestar. Una autoestima alta, donde
la persona “se quiere” y se ve a sí misma como valiosa,
hace que la persona se perciba como capaz de resolver
los problemas, aún aquellos que otros consideran
insolubles, y por ello los afronta persistentemente con
esperanza y optimismo. Esta actitud, en tanto hace que la
persona mantenga sus esfuerzos de afrontamiento en las
más adversas condiciones, casi siempre la vida la gratifica
con resultados alentadores.
• Habilidad para solucionar problemas. La habilidad
para buscar y encontrar la información necesaria, la
capacidad de identificar lo que es y lo que no es en
realidad el problema, la capacidad de generar alternativas
múltiples de solución, priorizarlas y seleccionar aquellas
más efectivas y eficientes, o la habilidad para ponerlas en
práctica, se convierte en un excepcional recurso de
afrontamiento a los problemas.