3. DEFINICIÓN
El absceso hepático es una colección de pus y detritus rodeada de una
cápsula fibrosa dentro del hígado, resultado de un proceso infeccioso que
conlleva destrucción secundaria del parénquima y del estroma hepático. En el
caso de absceso hepático amebiano su etiología esta dada por Entamoeba
histolytica.
4. FACTORES DE RIESGO
En la edad adulta predomina la afectación hepática entre los hombres en una
proporción de 9:1
Es mas frecuente en personas desnutridas
Alcoholismo
Malos hábitos higiénicos
Estados de inmunodeficiencia
5. FISIOPATOLOGÍA
Cuando la E. histolytica se desenquista en el intestino delgado toma la forma
de un trofozoito y ocurren tres situaciones:
1. No causa daño en el huésped, lo cual se conoce como colonización
asintomática
2. Al causar daño en el intestino ocasiona lo que se conoce como colitis
amebiana
3. Cuando perfora la mucosa intestinal para pasar a la circulación portal penetra
en el hígado y ocasiona el absceso, o lesiona otras estructuras, como el
cerebro, pulmones o la piel.
6. FISIOPATOLOGÌA
Los mecanismo de daño a los tejidos ocasionados por la amebiasis se
atribuyen a la actividad de varias moléculas presentes en el parásito.
1. Proteínas formadoras de poros sin actividad enzimática, denominadas
“amiboporos”
2. Fosfolipasas
3. Colagenasas
4. Adhesinas
5. Proteasas de cisteína , las cuales son consideradas las mas importantes.
7. FISIOPATOLOGÌA
Aproximadamente 60% de los abscesos son solitarios y se localizan
preferentemente en el lóbulo hepático derecho, debido a la distribución del
flujo sanguíneo portal y relacionado con el hecho de que el lóbulo derecho
recibe sangre predominantemente de la vena mesentérica superior a través
de la porta.
Cuando los abscesos son múltiples, se debe sospechar etiología piógena o
mixta y diseminación biliar
8. AANATOMIA PATOLÓGICA
El sitio de mayor frecuencia del absceso hepático es el lóbulo derecho , en su
porción superior y externa, pero puede llegar a encontrarse en cualquier otro
segmento del hígado.
En general es absceso único pero pueden ser varios.
El hígado muestra crecimiento y presenta zona de abombamiento en la
cápsula con zona fluctuante.
La serosa peritoneal esta cubierta de natas de fibrina, con adherencias laxas
de la cápsula al peritoneo parietal.
La lesión histológica que produce la amiba es una necrosis extensa de tipo
lítico en el tejido hepático , acompañado de una escasa reacción
inflamatoria, congestión y zonas de hemorragia.
9. ANATOMIA PATOLÓGICA
El color del material necrótico depende de la cantidad de sangre pero casi
siempre es achocolatado y espeso, y con el tiempo tiende a hacerse
amarillento. En la mayoría de los casos su contenido es estéril y no desarrolla
crecimiento bacteriano y sólo en 10% de los casos llegan a cultivarse
gérmenes entero patógenos concomitantes.
Una vez que se trata el absceso y se resuelve el problema el parénquima
hepático se regenera y adquiere su aspecto normal sin dejar cicatriz fibrosa.
El tamaño de los abscesos puede variar desde 1 cm hasta 25 cm,
denominándose > 20 cm abscesos gigantes. En promedio 5-10 cm la mayoría
que acuden a atención médica.
10. CUADRO CLÍNICO
Dolor: Se refiere como malestar sordo con sensación de pesantez constante,
irradiado al hombro derecho (omalgia), que aumenta con la inspiración
profunda, con la tos y con los cambios de posición. Su intensidad aumenta con
el crecimiento de la glándula y es dado por la distensión de la cápsula de
Glisson.
Fiebre: Tiende a ser de entre 38 y 39ºC, intermitente, de predominio
vespertino y precedida de escalofrío y diaforesis profusa.
Ictericia: ocurre alrededor del 50% de los casos y casi siempre es leve con
discreta coluria que puede ser dado por necrosis hepática o compresión del
absceso a las vías biliares.
11. CUADRO CLÍNICO
Manifestaciones Digestivas: Se puede acompañar de nausea, vómito, plenitud
post prandial inmediata, distensión abdominal, y cambios en el hábito
intestinal. La diarrea y el síndrome disentérico se encuentra presentes en el
40% de los casos.
Manifestaciones Respiratorias: Dado la localización más frecuente del absceso
es la cara superior del lóbulo derecho, puede aparecer tos, disnea y derrame
pleural derecho.
Síntomas Generales: Anorexia, Astenia, Adinamia y pérdida de peso.
12. EXPLORACIÓN FÍSICA
Depende de lo avanzado del cuadro, llega a mostrar fascie dolorosa, estado
tóxico, fiebre, taquicardia, polipnea, ictericia.
En tórax hipoaereación basal derecha, dolor en parrilla costal derecha,
derrame pleural, frote pleural y estertores basal e incluso frote pericárdico ya
que raramente llega a comunicarse el absceso con pericardio.
A nivel abdominal se encuentra distensión abdominal, hepatomegalia, hasta
signos de irritación peritoneal con resistencia muscular, signo de rebote
peritoneal e íleo paralítico.
13. DIAGNÓSTICO
Laboratorio:
• Biometría hemática: Leucocitosis, habitualmente de 15,000 o más leucocitos,
neutrofilia, y bandemia, así como anemia de grado variable.
• Pruebas de función hepática: Puede haber incremento de fosfatasa alcalina y
de bilirrubinas discretamente asi como de transaminasas.
• Pruebas inmunitarias: Los anticuerpos antiamebianos se demuestran a través
de los métodos de hemaglutinación indirecta con un valor de 1:512 o superior
se considera diagnóostica, inmunoelectroforesis, y ELISA que deben ser
positivos en cerca de 95%.
• Cultivos: En caso de punción y aspirado deberá remitirse a laboratorio para
tinción de gram, cultivo o visualización del trofozoito.
14. DIAGNÓSTICO
Estudios de imagen:
• Telerradiografía de tórax. Se realiza en posición posterior y lateral derecha.
Puede existir derrame pleural derecho, condensación pulmonar y atelectasia
derechos.
• Placa simple de abdomen. Se puede apreciar hepatomegalia, en ocasiones
una imagen hidroaerea a nivel de sombra hepática que es el resultado de
liquido y aire dentro del absceso.
15. DIAGNÓSTICO
• Ultrasonido: Es el procedimiento de
mayor utilidad en el diagnóstico del
absceso hepático, sencillo y no invasivo.
• Tomografía axial computarizadda y
Resonancia Magnética. Estos tiene un a
especificidad hasta del 95% y tienen la
capacidad de mostrar con mayor nitidez
las imágenes del absceso.
16. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Colecistitis, abscesos perirrenal, apendicitis alta e incluso con absceso
hepático, piógeno, carcinoma hepatocelular, metástasis hepáticas, quiste
hepático, quiste hidatídico o hidatiforme, y enfermedades pulmonares como
pleuritis, empiema o abscesos pulmonares.
17. COMPLICACIONES
Complicaciones Torácicas.
1. Derrame Pleural que suele ceder con el tratamiento antiamebiano y no deja
secuelas.
2. Absceso y empiema secundarios a la contaminación de un derrame pleural, el
cual debe ser manejado con drenaje, y canalización mediante sonda de
pleurostomia hasta su resolución.
18. COMPLICACIONES
3. Apertura hacia los bronquios con drenaje del contenido hacia el exterior. El
cuadro clínico es aparatoso e incluye la expulsión de material achocolatado
(vómica) por las vías respiratorias, acompañado de accesos de tos. En ocasiones
puede surgir la salida de una pequeña cantidad de líquido biliar por la
fistulización del conducto biliar hacia los bronquios. La mayoría de las veces esta
complicación se resuelve con drenaje postural y tratamiento especifico.
4. Apertura hacia el pericardio, que condiciona un taponamiento cardiaco y que
requiere un drenaje quirúrgico de urgencia.
19. COMPLICACIONES
Complicaciones Abdominales:
1. Ruptura del absceso libre a la cavidad peritoneal, que origina un cuadro de
peritonitis generalizada grave, el cual requiere un manejo quirúrgico
inmediato.
2. Ruptura y fistulización hacia la vesícula.
3. Ruptura y fistulización hacia el estómago, el duodeno o el colon. Cuando esto
sucede el cuadro mejora considerablemente y puede llegar a cerrar de
manera espontánea.
20. COMPLICACIONES
Otras complicaciones:
1. Con menor frecuencia se puede abrir el absceso hacia la vena cava, y puede
causar la muerte brusca del paciente.
2. Apertura al retroperitoneo, que condiciona absceso perirrenal de difícil
manejo.
3. Apertura hacia la piel con fistulización crónica que mejora al paciente pero
tarda algunas semanas en cicatrizar.
21. TRATAMIENTO
El fármaco mas utilizado es el metronidazol. Debe iniciarse por vía oral a
dosis de 20-40 mg de peso por día, o bien, 750 mg tres veces al día durante 10
días. Si el paciente no tolera la vía oral o la gravedad lo amerita, de
administrarse por vía parenteral a dosis de 20 mg/kg por día.
También puede administrarse tinidazol, a dosis de 2 g cada 24 hrs por 5 a 7
días
Otras opciones son el secnidazol, Dehidroemetina, cloroquina, notazoxanida.
En general, si no hay confirmación mediante punción o confirmatoria por
laboratorio, casi todos los abscesos hepáticos son tratados con esquemas que
cubren Entamoeba histolytica y absceso hepático piógeno.
La aspiración terapéutica además del tratamiento antibiótico no puede
apoyarse o refutarse con las evidencias actuales, por lo que aún es
ampliamente utilizado.
23. ETIOLOGÍA
La mayoría de los abscesos hepáticos piógenos son secundarios a infección de
la vía biliar o del tubo digestivo:
1. Biliar: Debido a colangitis ascendente pudiendo ser por una obstrucción
benigna o maligna.
2. Vena porta: Secundario a la infección de un órgano cuyo drenaje venoso se
realiza en el sistema porta, como puede ser apendicitis, diverticulitis,
denominándose a estas entidades pileflebitis.
3. Artería Hepática: Debido a septicemia, aunque este hecho es poco habitual,
menos del 1%.
4. Extensión directa. Por colecistitis, absceso subfrénicos o ulceras perforadas.
5. Traumática: Tejido hepático contusionado o resultado de una cirugía hepática
con tejido desvitalizado.
24. ETIOLOGÍA
Un tercio de los abscesos hepáticos piógenos son causados por bacterias
aeróbicas, un tercio por anaerobios, y 30% por una mezcla de aerobios y
anaerobios. .
Los microorganismos entéricos son los mas frecuentes en los adultos.
En la población pediátrica el Staphylococcus aureus es el organismo más
frecuentemente aislado.
25.
26. CUADRO CLÍNICO
El cuadro clínico comparte las mismas manifestaciones que en absceso
hepático amebiano, no es posible hacer una diferenciación de uno u otro solo
por el cuadro clínico.
27.
28. DIAGNÓSTICO
Es muy importante diferenciar entre un Absceso hepático piógeno y un
absceso amebiano dado que el tratamiento y el pronóstico son muy
diferentes.
El absceso hepático piógeno y amebiano tienen características de imagen
similares por lo que el diagnóstico diferencial depende en parte de la
sospecha clínica y estudios de laboratorio.
En los casos de absceso hepático piógeno es más frecuente el hallazgo de
anormalidades pleuropulmonares.
El estándar de oro para establecer el origen piógeno es el cultivo el cual debe
obtenerse mediante muestras obtenidas en caso de punción.
En relación a las alteraciones de laboratorio en biometría hemática,
funcionamiento hepático son las mismas y no es posible hacer una diferencia
entre una etiología u otra.
29. TRATAMIENTO
Se incluyen cefalosporinas de tercera generación, aminoglucosidos,
penicilinas de amplio espectro, quinolonas generalemente con clindamicina o
metronidazol para ofrecer cobertura a anaerobios.
El tratamiento debe iniciarse inmediatamente después de que las muestras
para cultivo han sido obtenidas.
La decisión sobre el cambio de antibióticos dependerá del resultado final del
cultivo.
El tratamiento parenteral por 2 a 3 semanas deberá ir seguido por antibióticos
orales por 4 a 6 semanas.
30. TRATAMIENTO
Para un absceso solitario < de 5 cm en su
diámetro mayor, confirmado por aspiración y
con sensibilidad microbiana disponible, la
resolución debe alcanzarse con antibióticos
exclusivamente.
Si el absceso es > de 5 cm, con secreción
viscosa o espesa que no es posible drenar de
forma percutánea , o aquellos multilobulados
, pueden llegar a requerir manejo quirúrgico.
31. TRATAMIENTO
Se prefiere intentar el drenaje mediante punción
dirigida por USG o TAC, el cual se realiza casi
siempre con sedación y anestesia local. Las
indicaciones para su realización son:
1. Abscesos únicos localizados cerca de la periferia del
hígado.
2. Abscesos crónicos que persisten a pesar de
tratamiento médico.
32. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
La Cirugía laparoscópica se prefiere a la cirugía abierta en caso de Inminente
apertura hacia la cavidad peritoneal, abscesos múltiples o multilobulados ,
aquellos localizados en lóbulo izquierdo y después de tratamiento percutáneo
fallido.
Resistencia al tratamiento medico o drenaje percutáneo.
La cirugía abierta se recomienda en caso de ruptura hacia la cavidad
peritoneal.
Es importante mencionar que los procedimientos quirúrgicos se han reducido
y solo se practican entre el 3.5 y 8% de los casos.